El AGP es el espectáculo más colorido que se celebra en los Países Bajos. Sucede cada año al final del mes de julio y atrae cientos de miles de visitantes a la ciudad de Amsterdam. Aprovechando los canales, la cabalgata transcurre en el agua y resulta más fácil fotografiar a los participantes. En agosto del año 2007 vimos por primera vez a estas Princesas de Mordor y hoy les damos la bienvenida al Club de las 500.
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Aparcamiento de bicicletas en barcaza
Hoy tenemos algo un poco distinto en el universo de las bicicletas que estamos explorando desde hace tiempo. Si visitáis Amsterdam, junto al mercado de las flores y la Munttoren tenemos un aparcamiento de bicicletas muy especial y que está sobre el canal. Para hacerlo aprovecharon una vieja barcaza y la reconvirtieron para esta tarea. A través de dos plataformas se puede acceder a la misma. Al fondo tenemos los típicos edificios que caracterizan a esta ciudad y que siempre parecen bailar y estar a punto de caerse. Justo a la derecha de los que aparecen en esta imagen está el multicines Pathé de Munt en el que veo la mayor parte de las películas.
Junto a las estaciones de trenes suele haber edificios específicos usados como aparcamientos de bicicletas en los que se paga para que esté vigilada, con abonos semanales, mensuales o anuales. Algunos de esos aparcamientos son gratuitos (dependiendo del ayuntamiento).
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años
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Het Belfort & Lakenhalle en el club de las 500
De Bélgica me encantan dos ciudades, Gante y Brujas. Las dos están en la misma zona del país, al norte, en la parte flamenca. Si sumo las veces que he ido a esas dos ciudades, debo rondar las veinte visitas y siempre hago cientos de fotos y me maravillo con unos edificios que parecen sacados de los cuentos con los que nos íbamos a dormir siendo pequeños. En la ciudad de Gante tenemos Het Belfort & Lakenhalle, foto que vimos por primera vez en julio del año 2006. Aprovechando que hoy recordamos esta foto le he quitado un montón de marcas en el objetivo que estaban desperdigadas por ese precioso cielo azul para que luzca más bonita que nunca.
Este campanario de noventa y un metros de alto es una de las tres torres medievales que le dan a la ciudad de Gante un perfil fantástico. Se comenzó a construir en el siglo XIV (14 para los que sufren deficiencia educativa por culpa de las políticas educativas actuales) y la parte superior ha visto varias reconstrucciones. La principal campana se llama Roland y la gente sabía que cuando sonaba era porque la ciudad iba a ser atacada por chusma y gentuza de algún otro lugar. El emperador Carlos I de España y V de Alemania mandó quitar la campana cuando conquistó la ciudad.
Este edificio ha sido declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y hoy le damos la bienvenida a esta foto al Club de las 500.
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Un país mágico
Habiendo crecido en las islas Canarias y viviendo en la costa, nunca viví las cuatro estaciones de ese ciclo que llamamos año. Teníamos primavera, primavera parecida al verano, primavera y finalmente primavera. Puede sonar a paraíso en la tierra pero para mí faltaba algo, no me llenaba esa monotonía eterna.
Cuando emigré a Holanda lo primero que descubrí fue la lluvia, con un mes de julio en el que no paró de llover ni un solo día y un par de meses más tarde descubrí el otoño y fue como si alguien iluminara una zona de mi corazón que había estado en completa oscuridad y descubrí que existían infinitas variaciones para la belleza y el otoño las tiene todas. Estos son los meses de la luz cálida, suave, amable, delicada, que acaricia los objetos y los enaltece, que pinta el cielo con unos azules fantásticos, sin la fuerza del verano que mata el azul y lo vuelve casi blanco. Esta es la estación de las nubes que parecen velos y de los colores porque por todos lados la naturaleza reacciona creando color, regalándonos con una explosión de color que parece despedir el verano y dar la bienvenida a los meses fríos y oscuros.
Ayer salí a pasear cerca de mi casa y en mi caminata de unos ocho kilómetros y en un lugar llamado Overeindseweg encontré un rincón que parece sacado de un cuento, un lugar en el que la luz, el cielo, el agua y la tierra se juntan para crear un cuadro que resulta imposible describir con palabras. Sobre la superficie del agua las hojas que han comenzado a caer creando miles de islas, la hierba de un verde intenso y al fondo una granja en la que unas vacas disfrutaban de los últimos días antes de recogerse a sus establos para pasar el invierno. En el agua el reflejo del mundo y del cielo.
En mis oídos sonaba la soberbia canción Dotted Lines del grupo Sweet Talk Radio de la que me enamoré la noche anterior al ver el penúltimo episodio de la primera temporada de Haven, una serie que ha sido el gran descubrimiento de esta temporada y una pequeña joya que espero que dejen crecer y no machaquen por no ser excesivamente comercial. En la canción hablan de como hay cosas que no podemos explicar porque no tenemos palabras para hacerlo y eso es lo que siento año tras año cuando llega el otoño y todo a mi alrededor arde en belleza.
Tengo salud, dinero, un montón de gente que me quiere y vivo en un país que para mí es lo más parecido al paraíso. Por si esto no fuera bastante y para redondearlo todo, ya ha comenzado la temporada de la Bokbier, la mejor cerveza del mundo, la cerveza del otoño, la cerveza que lanza destellos morados y que sabe mejor que ninguna otra.