No me cansaré de repetir nunca que el que no cocina es porque no quiere y que preparar algo para comer no tiene por qué ser complicado ni requerir un montón de tiempo. Hay un montón de platos sabrosos que seguro que serán un éxito en la mesa que se hacen fácilmente y seguro que notaréis la diferencia si los comparáis con esas tristes comidas preparadas por las que opta tanta gente. Jamie Oliver lleva años en campaña para que la gente aprenda a cocinar y ya hemos visto por aquí varias recetas con el lema de PASS IT ON, así que os paso la de estas Albóndigas con pasta que saqué del libro Ministry of Food. Las cantidades están pensadas para cuatro personas aunque seguro que cinco comen igual de bien.
Los ingredientes: 4 ramas de romero fresco, 12 galletas cream crackers (son pequeñas y cuadradas, creo que en español son las galletas saladas. Aquí tenéis un ejemplo), 2 cucharadas colmadas de mostaza de Dijon o similar, 500 gramos de carne picada, preferentemente mezcla de carne de cerdo y de vaca, 1 cucharada colmada de orégano, 1 huevo, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 2 latas de 400 gramos de tomates picados, 2 cucharadas de vinagre balsámico, 400 gramos de espaguetis, aceite de oliva, un puñado de albahaca, sal y pimienta y opcionalmente medio pimiento chili rojo.
La implementación: Comenzamos quitando las hojas de romero de las ramas y picándolas finamente. Machacamos las galletas saladas envueltas en un paño de cocina hasta que se desmenucen y si queda algún trozo grande lo deshacéis con las manos. Se añade en un bol las galletas, la mostaza, la carne picada, el romero cortado, el orégano y se mezcla todo bien. Se añade el huevo y se salpimenta y se sigue mezclando con las manos hasta que tengáis una bola bien grande. Se divide en cuatro y de cada una de esas partes os tendrían que salir 6 albóndigas.
Se ponen las 24 albóndigas en una bandeja y se salpican con aceite de oliva, moviendo las albóndigas para aseguraros que todas tengan un poco de aceite. Si no las vais a cocinar inmediatamente, se cubren con un paño y las guardáis en la nevera.
Se pone un caldero grande con agua y sal a hervir (para hacer la pasta). Para preparar la salsa se corta la cebolla, separamos las hojas de albahaca y las reservamos, picamos finamente el ajo y si vais a usar el pimiento chili, también lo cortáis. Ponemos otro caldero a fuego medio y echamos un par de chorros de aceite de oliva. Se pone la cebolla y la freímos durante unos siete minutos o hasta que la cebolla esté blandita y ligeramente dorada. Después se añade el ajo y el pimiento chili picado y se deja un minuto. Añadimos las hojas de albahaca, el tomate picado y el vinagre balsámico. Se lleva hasta el punto de ebullición y se ajusta el punto de sal y pimienta al gusto.
En ese momento podéis poner otra sartén al fuego con un chorro de aceite de oliva y se fríen las albóndigas. Yo usé un sartén grande y las puse todas juntas y las preparé en unos nueve minutos. Mientras, puse la pasta en el agua hirviendo y la cociné según las indicaciones del paquete.
Cuando la pasta esté preparada, se cuela y por si la salsa os queda muy seca reserváis algo del agua que usasteis para cocinarla. Se vuelve a poner la pasta en el caldero (sin agua), se añade la mitad de la salsa de tomate y si es necesario un poco del agua reservada y de ahí la vais sirviendo en platos y añadís las albóndigas y el resto de la salsa. Por supuesto, a quien le guste lo puede espolvorear con queso parmesano.
Parece complicado pero no lo es y si alguna vez habéis cocinado espaguetis con salsa de tomate es más o menos lo mismo con el añadido de las albóndigas. Está riquísimo.
El día que lo preparé, congelé la mitad de la salsa y de las albóndigas y las aproveché para otro día y me quedó igual de rico.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa