La foto de hoy es una que me intriga. Mi teoría es que alguien ha enlazado a la misma desde algún lugar pero aún no he dado con el sitio. Solo eso explica que desde el 17 de octubre hasta hoy haya recibido más de ochocientas visitas con lo que no solo consiguió su entrada en el Club de las 500 sino que también ha entrado en el club de las 1000. En Distorsiones la vimos por primera vez a finales de septiembre del año 2006 en la anotación Saint Ann y corresponde a la entrada a una iglesia en las calles de Dublín.
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Primer día con las águilas – Primera parte
El relato comenzó en Los preparativos y el comienzo del viaje a Polonia
Nuestro primer día de aventura comenzó con un buen desayuno junto a una chimenea que calentaba el comedor. Todos estábamos muy excitados por lo que estaba por ocurrir y charlábamos con la precaución que da el no conocer a los otros interlocutores. La mesa estaba llenísima de panes y embutidos y nosotros los devorábamos con prisa y sin pausas. Nos trajeron unos huevos revueltos que también volaron y pronto comenzamos a prepararnos bocadillos para llevarnos y así tener algo que almorzar. En la cocina de la pensión llenaban nuestros termos con café recién hecho y una vez desayunamos fuimos a nuestras habitaciones a buscar el equipo. Ver a diez personas cargadas con equipo fotográfico para hacer fotos de águilas es algo espectacular. Las mejores mochilas, las más grandes, llevando en su interior los objetivos más caros y las cámaras de última generación. Creo que ya lo comenté pero por si acaso lo repito de nuevo. Tranquilamente podían haber más de doscientos mil euros en material fotográfico en aquel lugar dejado de la mano de Dios.
Cuando ya estábamos armados salimos a una playa justo enfrente de la pensión y desde ahí caminamos unos cien metros para llegar al puerto en donde un montón de pescadores recibían los barcos, sacaban las redes con el pescado y unas mujeres se encargaban de quitar los peces de las redes mientras otros las limpiaban y las preparaban para volver a usarlas. Uno de los jefes de los pescadores nos dio la bienvenida y se puso a hablar con la dueña de la pensión ya que ninguno de nosotros hablaba polaco. Ella traducía al alemán y varios holandeses entendían ese idioma. Yo mientras tanto caminaba por el muelle despistado y disfrutando del olor a mar (o a lago porque aquello no es técnicamente mar). Mi amigo el Moreno y Yo íbamos juntos así que nos tenían que buscar a una tercera persona y por descontado nos tocó la única chica, ya que los «otros» no parecían tomarse en serio lo de que a una mujer le guste la fotografía. Personalmente me la trae al fresco y si lo pensamos fríamente, el único que fue a esta excursión a pasárselo bien y sin ningún tipo de interés previo en las águilas soy yo pero dejémoslo estar ahí. Todos los demás se marcharon en los dos primeros barcos y salieron hacia la izquierda del muelle. Nuestro barco lo estaban preparando o más concretamente, estaban sacando todo el pescado ya que acababa de llegar y después lo acondicionaron para nosotros, lo cual consistió en poner un par de cojines para que nos sentáramos y una manta sobre la que poner las mochilas para que no olieran a pescado. El día era espléndido, con tres grados y soleado aunque se veían unas nubes pequeñas en el cielo. Había algo de viento.
Salimos del puerto y nuestro barco giró hacia la derecha, en dirección opuesta a los otros. Al parecer hubo una discusión previa en la que se comentó que hay más águilas por la izquierda y por eso se fueron todos ellos primero y a nosotros nos tocó la ruta de castigo, esa en la que no se ven tantas águilas. En los primeros cinco minutos nos dedicamos a ajustar nuestras cámaras comprobando una y otra vez el ISO, la apertura y las velocidades de disparo que conseguíamos. Como nos seguían un montón de gaviotas las usábamos como objetos para probar las distancias y la facilidad con la que las podíamos seguir en el aire. Mi objetivo de 400mm no es muy pesado pero aún así hay que saber llevarlo y hasta que no le coges el punto pierdes el ave que tienes delante con facilidad ya que un movimiento de unos centímetros puede suponer metros allí en donde el objetivo está enfocado. Mi amigo el Moreno tenía más problemas ya que su 500mm es como un cañón. Le habían dicho que no use el monopod pero él pasó ampliamente y se lo llevó. El pescador le prestó un cojín que puso en el suelo y sobre este puso el monopod y así solucionó el problema de la vibración del barco, no muy elegante pero extremadamente eficiente. Ajustamos el ISO en nuestras cámaras en varias ocasiones hasta que las velocidades eran superiores a 1/1000 o una milésima de segundo.
Pronto apareció un águila, un animal precioso, enorme y que se mueve con una gracia increíble. Con elegancia sobrevoló el lugar y cuando localizó un pescado que obviamente lanzó el pescador se fue acercando, sacó las garras y se lanzó a cogerlo en el agua. Toda la maniobra dura unos pocos segundos y durante la misma solo se escucha el tiroteo de las cámaras de fotos haciendo decenas de fotos. Según se fue nos pusimos todos a revisar nuestras imágenes y las mías fueron un fracaso. No estaban enfocadas y además en una salía y en la siguiente no había nada con lo que obligaba a la cámara a reenfocar y volvía a estar desenfocada para cuando el águila volvía a estar en mi punto de mira. Analizándolo fríamente, tenía varios problemas. Uno es que había seleccionado el punto central para el enfoque y es una zona muy pequeña y si el águila no está justo ahí, no pillo nada. Para hacerlo más difícil son un montón de objetos en movimiento en direcciones distintas y resulta casi imposible controlarlo. Tenemos el barco moviéndose en una dirección a la vez que el viento y las olas lo agitan arriba y abajo en otra dirección, tenemos el águila que va en su propia dirección y después me tenemos a mí tratando de compensar el movimiento del ave, del barco y de las olas mientras sujeto varios kilos de peso y miro a un punto muy pequeño en el aire para hacer una foto. Con esto quiero decir que cuando veáis las fotos (y algún día las veréis) y penséis que parece muy fácil hacerlas y que hasta un panoli de Mordor que lee mucha wikipedia y en su vida a hecho algo parecido lo podría hacer, volved a pensar porque no es así. Mi amigo el Moreno tampoco tuvo mejor suerte y la chica estaba en la misma onda. Una de las primeras cosas que descubrimos es que cuando el águila está cerca del agua y el contraste entre el ave y el fondo es mucho menor, la velocidad de disparo desciende rápidamente y el objeto aparece movido (o borroso). Para compensarlo volvimos a tirar del ISO y lo incrementamos aún más. Como había suficiente luz ajustamos nuestras cámaras para oscurecer la imagen un tercio de punto lo cual nos daba algo más de velocidad. Pronto tuvimos nuestra siguiente oportunidad y aunque también fue catastrófica, las fotos ya comenzaban a salir mejor.
El relato continúa en Primer día con las águilas ? Segunda parte
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La semana pasada en Distorsiones
Aunque parezca increíble Sigo coloreando el mundo y he añadido unos cuantos países a mi mapa personal. Sólo me quedan 3 días de vacaciones para este año (sin contar la semana de Navidad) así que no creo que hayan modificaciones a dicho mapa. Esta semana si hay algo que me ha faltado ha sido tiempo. He estado muy ocupado con múltiples cosas y puedo decir Qué soy muy poco dosputocero ya que por suerte disfruto más del mundo real. He cocinado cantidades ingentes de comida, recibido visitas y estudiado holandés para pasar un examen que no tuve porque mi profesora cayó enferma con la gripe mejicana.
Hablé del fiasco del Evernote, una de las aplicaciones que traté de usar en mi iPhone pero que ha resultado inútil porque no hace lo que prometen. En fin, ya desapareció de mi teléfono y por suerte no tuve que pagar por ella.
Acabamos la serie sobre Delft con una foto Sobre el Delftsche Vliet y después agrupé el conjunto en el Álbum de fotos de Delft. Como medida de emergencia para salir del paso he optado por el socorrido Club de las 500 y la verdad que sigo sin saber que haremos cuando se me acaben esas fotos. Esta semana hemos visto la Geometría de las setas en el club de las 500 y la Catedral de San Patricio y Atlas sujetando el mundo en el club de las 500.
Después de unas semanas ha vuelto la sección de Cocinillas con un delicioso Appelmoes ? Compota de manzana, muy típico en Holanda para acompañar platos de carne. Un poco más abajo tenéis una andanada enorme de fotos con los platos que he cocinado en estos siete días.
En lo referente al Cine tuvimos un drama romántico llamado Love Happens que está entretenido, una excelente película de terror llamada The Orphan ? La huérfana y una película de vampiros llamada Cirque du Freak: The Vampire?s Assistant que supera el aprobado.
Cuando me planteé hacer fotografías de la comida e ir poniéndolas en el resumen semanal no debía ser muy consciente de la tarea en la que me estaba embarcando. Esta semana ha sido muy culinaria y el resultado es un arsenal de fotos que veréis a continuación. Quiero señalar que el Caldo de millo lo preparé la semana anterior y como hice un montón, congelé lo que sobró. Por lo demás veréis algunas fotos de platos que añadiré a mi recetario en las próximas semanas. La cantidad de Magdalenas preparadas durante la semana ascendió a 36 y hubo Castañas asadas prácticamente todos los días.
Así transcurrió la semana.
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Cirque du Freak: The Vampire’s Assistant
Desde siempre me han fascinado los vampiros pero es que de hace dos años para acá se ha convertido casi en una obsesión y no hay libro, serie o película sobre vampiros que no absorba con devoción. Mis favoritos siguen siendo los de la Saga de Twilight cuyos cuatro libros me he leído siete veces cada uno y de la que no me canso. También leí los nueve tomos de los libros en los que se inspiraron para hacer la serie True Blood, me leí los cuatro primeros de The Vampire Diaries y ahora mismo estoy a punto de comenzar con la trilogía en la que se basaron para hacer el guion de Cirque du Freak: The Vampire’s Assistant película que se estrenará en España en marzo del año que viene.
Un julay adolescente trabaja a media jornada para un vampiro venido a menos y en sus ratos libres busca comerle el chichi a una friki
En una de esas ciudades desconocidas de los Estados Unidos, dos amigos entran en la adolescencia. Uno parece tenerlo todo a su favor y el otro es algo más problemático. Un día deciden ir a ver un espectáculo de frikis y allí cambiarán sus vidas al robar una araña muy especial. A partir de ese momento se verán inmersos en una batalla entre dos grupos de vampiros, los que matan humanos para alimentarse y los que solo beben un poco de sangre y dejan a sus víctimas con vida.
Ha corrido mucha agua desde aquellos vampiros vetustos que vivían amargadísimos en castillos de Transilvania y que volaban como cuervos viejos. Ahora los vampiros son gente como tú y como yo con un par de peculiaridades interesantes. Los de esta película no pueden andar a la luz del día (a menos que seas medio-vampiro) y corren rapidísimo. La historia nos presenta a un joven que al convertirse en medio-vampiro verá como ha de dejar a su familia y amigos y comenzar una nueva vida con la gente de un circo de bichos raros. El joven que lo interpreta es un tal Chris Massoglia
que no tiene mucho carisma y lastra un poco la historia con su apatía y su incapacidad para mostrar emociones. Hay momentos en los que pensé que se trataba de un cromo que ponían en las escenas porque es que el chico no puede (o no quiere). A su alrededor hay un montón de secundarios interesantes y que le dan un tono desenfadado y poco serio a esta película que está más bien orientada hacia los jóvenes, con personajes insubstanciales y poco definidos y adultos absolutamente increíbles.
Si eres capaz de asumir que no se toman la historia muy en serio y disfrutas con las temáticas de vampiros, la película funciona medianamente bien. Tiene partes lentas y otras que podrían haber estirado más ya que resultan muy amenas.
Una película entretenida con vampiros, adolescentes y gente rara. Ideal para ir con los amigos en una tarde de domingo.