La Sala Imperial o Salón del Trono se encuentra en el Harén del palacio de Topkap? y se remonta al siglo XVI. Tiene la cúpula más grande de todo el palacio de Topkap? y era el lugar en el que el Sultán recibía visitas oficiales así como la sala en donde los habitantes del Harén se divertían. Tras un incendio en 1666 la renovaron en estilo rococo y poniendo cerámica azul de Delft y espejos de Venecia. En la imagen podéis ver también el lugar en el que se sentaba el Sultán, su trono.
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Pipa de agua – Narghile
Cuando pasé por Estambul mi amigo el Turco se empeñó en que tenía que ir con él a fumar con una pipa de agua o narghile. Aunque es muy famoso y muchos pensamos que proviene de ese país, en realidad llegó a Turquía en el siglo XVI. La foto la hice cuando estábamos sentados en uno de los cafés en los que se puede fumar esta pipa. Los pedimos junto con un té y cuando nos los trajeron vino un chico que se movía por el local con carbón reponiendo en los narghiles a los que se les va acabando la piedra de carbón que tienen en la parte superior. Al aspirar el carbón quema el tabaco, el humo pasa por el agua caliente y después de cruzar por esta llega a nuestra boca. El pitorro por el que aspiras se reemplaza con cada cliente. Creo que estuvimos más de una hora allí y en un cierto momento estábamos más pasados que las bragas de Carmen de Mairena. En el local tenían tableros de Backgammon disponibles y la gente jugaba mientras fumaba. Me llamó la atención que en el local la gente era mayoritariamente joven y que se lo tomaban como una actividad lúdica para pasar un rato con los amigos. Está claro que llevarte la pipa contigo a todos lados y conseguir carbón no es muy práctico. Creo que un mes después de mi paso por la ciudad entró en vigor la nueva ley anti-tabaco y ya no se permiten los locales de este tipo, aunque supongo que en terrazas sí se podrá fumar.
Fue algo curioso aunque no creo que lo vuelva a repetir. Estuve medio acarajotado el resto de la jornada.
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La semana pasada en Distorsiones
Esta semana me la he pasado mayormente Tumbado a la bartola o cenando con amigos y yendo al cine. La culpa la tiene el verano, que este año está siendo fantástico por aquí arriba y si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo es que es posiblemente el mejor de esta década. Sin embargo, todo lo bueno se acaba y las señales están bien claras para aquellos que las quieran ver, como explico en El tiempo de las arañas. Por lo demás, pasear, charlar, beber y comer sin pausa y esto último ya se está notando demasiado en mi tripa, que parece más bien un balón de baloncesto aunque no me arrepiento de ninguno de esos gramos adicionales.
Uno de los días de la semana escribí un pequeño Relato inspirado en la foto que lo encabeza y que se llama El día más feliz de su vida. Tendréis que leerlo para saber de qué va. Espero retomar en algún momento de este otoño la vena festiva y dicharachera aunque nunca se sabe, siempre me he dejado llevar por mareas misteriosas y escribo lo que me viene a la cabeza.
Tuvimos una nueva bicicleta y en este caso se trató de una Bicicleta con publicidad, una forma curiosa de promocionar el negocio.
Seguimos con la extensa fotos de la serie sobre Estambul y esta semana vimos la fantástica Avenida de ?stiklal, La Puerta de la Acogida ? Bâb-üs Selâm, nos asombramos con Un retrete para un Sultán y el correspondiente lavamanos del Sultán y terminamos con Los azulejos de los dormitorios de los eunucos. Creo que en un par de semanas se acabarán las fotos de Estambul y todavía no sé con qué continuaré aunque es probable que saltemos a Malasia.
En el verano que más he cocinado tenemos una nueva receta para añadir a la serie de Cocinillas. Se trata de un delicioso plato de Pasta con salsa cremosa de beicon y guisantes.
Finalmente, el Cine, con tres películas. Empezamos con el entretenimiento sin más de G.I. Joe: The Rise of Cobra ? G.I. Joe, después vino el drama y las historias entrelazadas de Crossing Over y acabamos con una pequeña decepción, la esperada película Inglourious Basterds ? Malditos bastardos que no ha terminado de convencerme.
En fin, así transcurrió la semana.
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Inglourious Basterds – Malditos bastardos
Hay directores a los que idolatramos y por los que estamos dispuestos a cualquier cosa. Esperamos durante años sus películas y cuando por fin se estrenan, corremos a verlas. Te puede pasar también con actores o actrices que por una u otra razón te gustan. En mi lista de directores favoritos siempre ha estado Quentin Tarantino y las dos últimas películas suyas fueron dos obras maestras, como comenté en Death Proof ? Grindhouse: Death Proof y en Kill Bill: Vol. 2. De hecho, en mi extremadamente limitada colección de DVDs figuran las dos aunque nunca las he visto ya que lo mío con el formato DVD es más bien una relación de desprecio y ninguneo y donde haya una sala de cine que se quite lo demás. Aunque oficialmente la nueva película de este hombre se estrena en los Países Bajos la semana que viene, la han pre-estrenado en el Pathé Tuschinski en Amsterdam y allí estuve. Lo nuevo de Tarantino se llama Inglourious Basterds y en España se estrenará a mediados de septiembre como Malditos bastardos.
Un grupo de julays limpian el país de los gabachos de cabezas cuadradas
En un universo paralelo similar al nuestro, un grupo de soldados judíos se infiltra en la Francia ocupada para matar soldados alemanes de una forma extremadamente cruel. En un punto determinado surge la oportunidad para dar un golpe que acabará la Segunda Guerra Mundial y descabezará completamente al régimen Nazi y la banda de asesinos tendrá que ejecutar dicha misión.
Quentin Tarantino lleva tratando el tema de la venganza desde siempre. Si miras sus películas, siempre giran alrededor de la misma, un sentimiento primario y poderoso que mueve a la gente y te da determinación allí donde flaqueas. En esta ocasión es la venganza de un puñado de soldados judíos contra los alemanes por lo que les están haciendo a su gente y también la venganza de una chica judía que en la escena inicial ve como matan a toda su familia solo por ser judíos. Al mismo tiempo, el director quería revisitar las viejas películas de guerra y en cierta forma las pelis del oeste. Personalmente, creo que se le fue el santo al cielo. Tengo muchísima curiosidad por saber como doblarán esta película al español, ya que en versión original la película está en un tercio hablada en inglés, en otro en alemán y en otro en francés y los tres idiomas van saltando continuamente según quien sea el que hable. De hecho, si te gusta Tarantino, deberías ignorar la versión doblada e ir a por la original. Si veis el trailer en versión original tendréis la impresión que la película solo tiene un idioma, el inglés, porque la selección de escenas para el mismo fue muy cuidadosa y supongo que por eso, cuando llevábamos media hora de historia mayormente en francés y alemán, un nutrido grupo de espectadores se habían marchado a casa.
Mi problema con la historia fue la falta de velocidad y la infinita duración de cada segmento. La película dura unas dos horas y media y le sobra tranquilamente una hora que se os irá en escuchar aburridos diálogos que parecen no tener fin y que no aportan nada. Si en otras ocasiones el manejo de los mismos es lo que resalta el cine de este hombre, aquí se estampa contra un muro y no consigue sacar chispa porque le faltan las putas, los drogatas, los macarras y demás. Solo con soldados y judíos fue incapaz de enganchar esas parrafadas legendarias que te hacen partirte de risa y notas que los demás también se dan cuenta cuando vez el flujo incesante de gente que sale de la sala para ir a comprar cerveza y palomitas durante la película porque están convencidos que en esos dos o tres minutos que están fuera, no se pierden nada. Es una lástima ya que la violencia habitual con la que nos regala este hombre, aquí es gore puro y duro, con machetazos, tiros y todo tipo de brutalidades. Eso es lo único interesante de toda la película ya que cuando abren la boca, la cagan, una y otra vez y de nuevo y así hasta el final. También me decepcionó un poco el segmento final con su «Gran Finale», soso, predecible, estúpido, absurdo y definitivamente fuera de lugar. Es más que probable que la gente que lee comics salga alucinando y encantada de la vida pero el resto se aburrirá tanto que bostezará y sufrirá para mantener los ojos abiertos hasta el final.
Tampoco puedo destacar las interpretaciones de muchos de los actores. Brad Pitt esta avejentado, sin capacidad para expresar emociones en su cara y encochinado, eso en los pocos minutos que sale porque en gran parte de la película ni lo vemos. De los otros, el único que parece salvarse es Til Schweiger, un actor que siempre queda bien en pantalla y que al parecer ganó la lotería de esta película porque consiguió las mejores líneas de diálogo y las mejores escenas.
En fin, una decepción. Habrá que esperar a la próxima para ver si este hombre recupera el norte y hace algo más interesante porque esta película no es de las que recordaré mucho tiempo.