La misma semana que se estrenó fui a ver Blood Diamond, película que en España se conocerá como Diamante de sangre y que está nominada para varios Oscars.
Cuenta la historia de un julay facineroso que salta matas y corre por las laderas como el Pájaro Loco buscando el Coño Perdido y tratando de verle el sentido a la vida mediante el estudio de las piedras y los vidrios. Se entera que un mandril ha encontrado un pedrolo del tamaño de una manzana podrida y se encochina con la puta piedra. A partir de ahí hará lo que no está escrito para poseerla y ello incluye follarse a la protagonista y pasear por África con su amigo de color y menos luces que un bombillo roto. En el camino conocerá un montón de amiguitos que le querrán hacer pupita de la mala y en una mala borrachera se cruzará con la Comunidad del Julandrillo los cuales iban camino de no sé donde a tirar un puto anillo en un volcán.
Debería haber más cine rodado en África. Sólo por los paisajes merece la pena. Suponía que esta iba a ser otra de esas películas de aventuras a lo Indiana Jones con guaperas de protagonista y mucho Templo Maldito y esas cosas pero me equivoqué. Es una crítica despiadada a las compañías que venden diamantes y un retrato espeluznante de los monstruos que esas empresas han construido en África, un continente maldito y posiblemente sin remedio que terminará por destruirse a sí mismo tarde o temprano. Hay una violencia inusitada y que a todos los protagonistas parece natural. Leonardo DiCaprio se mueve por el lugar con gran desparpajo, buscando ese diamante que necesita para abandonar una vida turbia y llena de momentos para olvidar y poder comenzar a vivir de nuevo en Europa. Busca su segunda oportunidad y se lo juega todo a la carta del diamante. Usará al hombre que sabe en donde está escondido y siempre me da la impresión que cuando lo encuentren matará al otro y se irá tranquilamente. Las cosas no suceden así, se van torciendo continuamente, va aumentando el número de candidatos para hacerse con el dichoso diamante y a cada instante se vuelve más y más peligroso.
Yo ni tengo ni he comprado diamantes en mi vida y después de ver esta historia es algo que está muy abajo en la lista de posibles regalos. Ahora los veo todos manchados en sangre, en sufrimiento, en vidas sesgadas por carroñeros sin escrúpulos que abusan de la falta de leyes que hay en el gran Continente. La nuestra es una sociedad hipócrita y seguro que muchos de los que ven la película salen del cine cargando sus joyas sin que les importe una mierda la historia que pueda haber detrás de las mismas. Aún así, espero que les de que pensar.
Sobre la actuación de Leonardo DiCaprio solo cabe decir que es soberbia, impecable, absorbente y que no ganará el Oscar porque le ha tocado competir con otros que han hecho papeles tan buenos como el suyo pero más vistosos. Aún así, puede estar satisfecho porque ha logrado una interpretación memorable en una película que destaca.
Es cine de aventuras, es cine con chocha, con guaperas y con animales salvajes. Puedes elegir entre apalancarte con la beba que te cepillas los domingos por la tarde o los amigotes que tantos buenos momentos te han dado e incluso quizás con una mezcla de ambos. En cualquier caso, será una gran experiencia.
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