Distorsiones

No voy a negar que cuando vi el trailer de la peli esta, con tanta comida como aparecía por allí y con la gente cocinándola, a mí ya me la tenían vendida, que lo de preparar comida y después encochinarte es uno de los deportes en los que más me entreno, aunque al contrario que los mórbidos, yo limito las cantidades y tiro de congelador parar no desarrollar unas lorzas de esas como tienen muchos de los que conozco. La película es francesa y supuestamente cuenta la historia del primer restaurante, que venía a ser una posada pero sin camas para sobar o algo así y en donde únicamente se podía comer. Se titula Délicieux y al parecer se estrenó en España al principio de enero con el título de Delicioso.

A un julay que labura para un noble lo echan del curro y acaba montando un sitio para comer por su cuenta y además, se chinga a una pava.

Resulta que un pavo es el chef de un duque, justo antes de la revolución francesa y tras un banquete opulento, el duque lo echa porque a un curilla o algo así le ofendió que usara papas para un aperitivo, alimento que era solo para pobres y animales. El chamo se niega a disculparse y ya en la puta calle, vuelve al negocio abandonado y destruido de sus difuntos padres. Allí llegará una pava que quiere que la entrene para ser chef, algo inaudito porque es portadora de coño. Finalmente el chamo decide abrir un restaurante para que todo el que quiera, rico o pobre, pueda venir a comer lo que hace y claro, se monta un pitote porque hasta entonces, la comida así era solo para los ricos, o algo así.

Lo mejor de esta peli es verlos preparar la comida, aunque todo es muy cinematográfico y excesivamente limpio, que no me creo yo que en el siglo XVIII (equis-uve-palito-palito-palito) fuesen así de pulidos. La historia funciona porque el chamo es creíble como cocinero y estaba en toda su razón en el aperitivo que hizo y por el que lo despidieron. Al ser una peli francesa todo es muy exagerado y el chef es una diva que no veas, pero a la historia le va bien. El personaje más flojo es el del hijo, que no termina de convencer, pero vamos, que tampoco es que le dieran muchos minutos. La historia de amor entre el chef y la aprendiz, que resulta ser la viuda de un noble y que tiene malas intenciones, está bien y es entretenida pero se la podían haber ahorrado. Pese a eso, la peli funciona bien y entretiene.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esto no es lo tuyo, una peli sin efectos especiales y con gente que habla demasiado. Me da la impresión que esta será del agrado de muchos sub-intelectuales con GafaPasta.

No lo recuerdo pero tengo claro que la última vez que estuve en Amsterdam para ir a la filmoteca me tuvo que mirar una tuerta y me gafó que no veas, que después del fracaso francés yo pensaba que remontaríamos y aunque al final esta no fue tan mal, tampoco es una que vaya a recordar para los restos. Esto además es una película que en realidad son tres historias separadas e independientes arrejuntadas para tener un único producto y por si no lo había mencionado, es japonesa, con lo que tenemos las habituales polladas de los japoneses, que no sé si es por su lengua o por su cultura, pero se traban con gilipolleces nimias y a las cosas importantes no les dan importancia alguna. La peli se titula Gûzen to sôzô y al parecer ya pasó por los cines españoles el año pasado con el título de La ruleta de la fortuna y la fantasía.

Unas julays se traban con polladas que no veas, pero sin chimpún.

Tenemos tres historias. En la primera, una pollardona está como encoñada o algo así de un tipo, no me quedó claro porque primero se entera que su supuesta mejor amiga se ha enrollado con él, se lo calla y después va a donde sabe que está él para restregarle el potorro o cosa así y al final acaban los tres en un café o quizás no. En la segunda, un profesor gilipollas de universidad tiene que tratar con una alumna que quiere que se la empete hasta los pelos de los güevos pero él siempre deja la puerta de su despacho abierta y en la tercera historia, una pollardona acude a una de esas reuniones que celebran el aniversario del paso por la escuela y allí no reconoce a nadie y particularmente no a la que buscaba, después en la estación de tren se cruza con una pava que cree identificar y acaban las dos dorándose la píldora aunque resultó que realmente no se conocían, o algo así.

Esto es super-hiper-mega denso para mi, las historias son estúpidas y tengo que reconocer que con la del profesor me dormí, que masque más absoluto con la segunda historia, que es mala. La tercera quizás fue la mejor, con las dos pavas que creen que se conocen pero en realidad no se conocen, en esa al menos el tema era interesante, aunque no para una película. La primera tampoco me convenció, la que tenía el trauma porque estaba encoñada del tío mejor le hubiese puesto el potorro en la cara para que se lo comiera cuando tuvo la oportunidad y nos habríamos ahorrado cuarenta minutos de diatribas y gilipolleces. Esto es artisteo japonés y supongo que hay gente que se emociona hasta las lágrimas pero ya confirmo que yo no soy de ese grupo.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, huye de cualquier lugar en el que veas el poster. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, esto debe ser algo que tú sabrás apreciar enormemente. No funcionó conmigo.

Esta es una de esas pelis francesas que me ha vuelto a recordar claramente la razón por la que ese cine nunca me ha gustado. Si hubiese visto el trailer de la película, seguramente jamás habría ido a verla, así que es culpa mía y solo mía. Por el nombre de la pava, esto me suena a colonia mezclado con peli del destape, de aquellas en las que las hembras mostraban las ubres en todas las escenas, aunque estuvieran en el mismísimo polo norte con cienes y cienes de grados bajo cero. En fin, que ya lo único que puedo hacer es comentar Les Amours d’Anaïs, película que al parecer ya se estrenó en España en marzo con el título de Los amores de Anaïs y que sepáis que no os perdonaré que nadie me avisara para evitarla.

Una julay se encoña de un pollardón y de su hembra y se los chinga a los dos, obviamente, aquí hay chimpún.

Una pava que se pirra toda por comer pollas, se encoña de un viejo, al que se chinga todo lo que puede pero que cuando el chamo le dice que él no quiere cambios en su vida y quiere seguir con su hembra, ella coge y busca a la hembra y se la camela para restregarle el coño hasta que salgan llamaradas. Después va a resultar que la hembra esa tampoco quiere cambios en su vida y prefiere seguir con el viejo o algo así. De los noventa y ocho minutos, yo creo que al menos cuarenta los dormí, porque esto es un puto masque, aquí la historia es aburrida, los diálogos son soporíferos y la protagonista es gilipollas integral, es que a esa habría que empujarla en el borde de un acantilado y hacerle un favor a la humanidad porque ni entrenándote veinticuatro horas al día, se puede ser más gilipollas que ella. La película absorbe toda tu energía por las estupideces a las que te exponen. Hay una escena lésbica del coño-su-puta-madre en una playa que da vergüenza ajena, que esta gente se deberían haber visto lesbos en casa de Madame Claude para captar el concepto del rozamiento de coños.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esto está en tus antípodas (perdón, que esa palabra no la conoces, esto está fuera de tu alcance). Si eres un sub-intelectual con GafaPasta y te gusta algo así, mejor que cojas dos lajas y te machaques el capullo con ellas, totorota.