Spider-Man: No Way Home


Mi relación con Spider-man y sus tres iteraciones en el cine siempre ha sido complicada y como el mejor blog sin premios en castellano lleva aquí desde casi siempre, podemos mirar hacia atrás, hacia el año 2004 y ver que a Spiderman 2 de Tobey Maguire le di un 3 y bueno, a Spider-Man 3 – Spiderman 3 le di un 2. Después llegó la era de Andre Garfield y ya con The Amazing Spider-Man le puse un 8, aunque The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro – The Amazing Spider-Man 2 se quedó en un 6 y ahí acabó esa serie, que comenzó de nuevo con Spider-Man: Homecoming, que me gustó tanto como para darle un 8, Spider-Man: Un nuevo universo – Spider-Man: Into the Spider-Verse, la peli de animación Spider-Man: Un nuevo universo – Spider-Man: Into the Spider-Verse, que es la única que ha conseguido un 10 hasta ahora y finalmente con Spider-Man: Lejos de casa – Spider-Man: Far From Home, a la que le di un 7. Ha sido toda una vida de Spider-Man y hoy llegamos a la tercera de la tercera iteración, llamada Spider-Man: No Way Home y que seguramente aún sigue en los cines. En España no tradujeron el título porque todo el mundo sabe que eso es truscoluña no es nación.

Un julay pajero encoñado de una jinameña monta un pitote que no veas en todo el multiverso.

Resulta que como el nuevo Spider-Man ahora es conocido, le pide a la pitonisa Lola o algo así que haga un hechizo para que la gente se olvide de su nombre, pero engañan a la pitonisa y le dan pelo de chocho de una pava que no es virgen y en su lugar, todos los que conocen al pollardón ese, vienen a su universo y se le peta de malos-malísimos del pasado, chusma y gentuza y prácticamente, todos los podemitas de España y la gentuza truscolana. El chamo está desbordadísimo y no da abasto y también se vienen a su mundo los julays de las dos sagas de películas previamente mentadas en esta anotación y entre los tres, juegan a ver quién la tiene más grande y más gorda y quién lefa más.

Son ciento cinuenta minutos de película, pero en los primeros cuarenta o así, tenemos que hay que complacer a la Marvel y meten al pollardón ese que no tiene mandíbula y que menea las manos como una maricona loca y tal y tal. Es cuando el chamo desaparece cuando la película comienza de verdad y es divertida, entretiene y está muy bien, pero es cuando Obesity, el amigo mórbido de Spider-Man abre un portal y se trae a los otros dos Spider-Man, ahí es cuando la película toca una cuerda que muy pocas pelis han conseguido tocar, la de la nostalgia y ahí es cuando una película que era buena, sube varios puntos y se vuelve fantástica. Ver a los tres Spider-Man juntos es un flipe y comprobar que Tobey Maguire sigue sin poder actuar y Andrew Garfield es un pedazo de actor épico y legendario y les roba, una y otra vez, las escenas en las que aparecen todos juntos. Al final, Tom Holland parece que se lo está pasando bien, tan bien como los espectadores, que flipan con una traca final antológica y que nos saca de la sucesión enfermiza de películas de la Marvel y nos vuelve a meter en el mundo de Spider-Man, que es lo que queríamos ver todos. Un lujazo.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, por supuesto que has ido a aullar a un cine con el Clan y me parece muy bien. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, pese al pelucón que te pusiste para que no te reconozcan, que sepas que todos sabemos que fuiste. Esto es cine para divertirte y para sentir nostalgia, que la usan sabiamente.


2 respuestas a “Spider-Man: No Way Home”