Llegamos a otra serie que vendieron como de terror sin serla, aunque tiene exorcismos y movidas diabólicas por un tubo, pero miedo lo que se dice miedo no dio nunca. Esta además, el protagonista pertenece al universo de super-hiper-mega héroes de la DC y aunque la cancelaron tras la primera temporada, el chamo se unió a los Guardianes de la Galaxia y ahora está con ellos, pero en su papel. Se trata de Constantine y en España creo que ha llegado a alguna de las cadenas nuevas de Internet con el mismo nombre, porque el traductor debe ser algo borrego y no sabe que se puede traducir como truscoluña no es nación.

Un julay putero, capullo, pollaboba y pollardón como que es ungido por la divinidad más divina con poderes para que defienda a la humanidad exceptuando truscolanes y podemitas de las fuerzas más malvadas del infierno del que salieron los truscolanes o algo así y el colega irá por ahí buscando personas poseídas y dándole unos viajes de qué te cagas a los espíritus que tienen dentro o así. Lo mejor de la serie era el chamo, interpretado por Matt Ryan con un fortísimo acento de algún lugar del Reino desUnido que le da un montón de encanto y que no ocultaba en absoluto. Fue una pena que la cancelaran porque la serie era espectacular y recordaba mucho a Sobrenatural – Supernatural pero en bestia y decir que es esta última que he mentado la que al parecer está ligeramente basada en Constantine. Por suerte el personaje no desapareció y lo han mantenido vivo, aunque hoy en día en el papel en el que está es más bien una especie de Bruja Avería que hace conjuros para neutralizar o expulsar de este universo a la chusma y gentuza. El actor además es cachondísimo y seguramente eso le da más encanto.

Con una sola temporada, esto es algo para un fin de semana sin nada mejor que hacer y seguro que cualquier miembro del Clan de los Orcos se lo pasa bien.