El Hogar no es donde vives sino donde te comprenden


Home is not where you live
but where they understand you.

Christian Morgenstern

Seguramente de no haber visitado la fábrica de cerveza Guinness en Dublín nunca me habría tropezado con esta frase con la que me siento totalmente identificado. Si esto es cierto para todos, lo es aún más para los emigrantes, para aquellos que como yo nos liamos la manta a la cabeza y dejamos nuestra tierra para perseguir nuestros sueños. Arribamos a mundos distintos, a veces inhóspitos, a veces acogedores y una de las primeras tareas que tienes que culminar es la de crear tu nuevo hogar, identificarte con el sitio y aprender a amarlo.

En este proceso de aprendizaje, de conocimiento mutuo que sucede entre Uno y el Nuevo Mundo, es fundamental encontrar gente con la que te identifiques y lanzar tus garfios para abordarlos porque sin amigos es prácticamente seguro que fracasarás. Con el tiempo puede que llegues a ese estado en el que te sientes tan a gusto pese a tener el corazón partío y saber que cuando estás aquí añoras a los de allá y cuando llegas allá quieres volver aquí porque esta es también tu casa.

Es a partir de ese punto cuando nuestra casa está en donde nos comprenden, no donde vivimos. La llevamos a cuesta con nosotros y aunque pueda parecer lo contrario, no es una carga pesada, es algo que ni siquiera notamos. Cuando miro hacia atrás y repaso todos los años que llevo en los Países Bajos, me doy cuenta que pude haber elegido el quedarme en Gran Canaria y seguir en mi trabajo, pude haber elegido irme a la Península a trabajar o emigrar hacia otro país. Todas las puertas estaban abiertas y fue la mano del destino la que eligió por mi. No me arrepiento ni de un solo minuto de ello. Aquí o allá, siempre estoy en casa porque en ambos sitios tengo buenos compañeros de viaje que me comprenden.

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5 respuestas a “El Hogar no es donde vives sino donde te comprenden”

  1. Buenísima. La sensación de hogar, de sentirte en casa es lo mejor que existe. Cuando yo buscaba vivienda pasé más de un año mirando sitios que no me decían nada. Cuando entré donde vivo ahora, me sentí en mi hogar. Eso, como dicen los de mastercard, no tiene precio.

  2. sigo vivo. Esto es increible. No me he conectado en todos estos dias y ni lo hecho de menos. Estoy en el gran TEMPLO del siglo XXI, la tienda apple de la quinta avenida para regalarle a mi Dios Steve unos cuantos cientos de euros que seguro se gastara en furcias y pellejas. 
    Distorsiones continua en modo automatico hasta el martes, cuando retomo el control. Portense bien. 

  3. Pues yo pienso que cada uno tiene dentro de si el mecanismo para hacer que un lugar sea finalmente tu hogar. No es sólo que te entiendan, sino hacer que te entiendan. A veces la gente se va a sitios y se obstinan en que no les gusta por h o por b. Pero de ahí la habilidad de cada uno de adaptación.