En el jodido círculo


Una de las trampas que yo he evitado con éxito desde mi primer año en los Países Bajos hasta este año ha sido la de los cumpleaños neerlandeses. Aprendí en mi primer año, cuando me invitaron a un par de ellos y descubrí que un cumpleaños neerlandés es un círculo, con todo el mundo sentado alrededor y tomando cafelito y té, o cerveza o vino después del cafelito y del té, pero no antes. En algún momento del evento traen algo de comida, que viene en cantidades contadas y recontadas y es hasta posible que se informe al populacho que a cada uno le corresponden una, dos o tres y nada más que ese número. En ese círculo, las conversaciones son terribles y pasa el tiempo y no sucede nada, así que después de los dos o tres primeros yo ya le dije a todo el mundo que mejor me invitan a los funerales, que seguro que son más amenos y se olvidan de mí para los cumpleaños y que yo haría lo mismo y jamás los invitaría al mío que no celebro porque al no cambiar de año, ni siquiera lo podemos considerar un cumpleaños, es más bien una reafirmación del año en el que me quedé estancado y el comienzo de una iteración más con muchísimo más de lo mismo.

He tenido una racha de veintipico años con un gran éxito, hasta que llegó el 2023. La mujer de uno de mis amigos me invitó a la fiesta de su cumpleaños, evento especial y maravilloso que haría en el jardín y tal y tal y aunque intenté por todos los medios que mi visita a las Maldivas coincidiera con el evento, finalmente llegué una semana antes y no pude decir que no, así que fui y me aburrí como una ostra junto con otros dos y aunque fuera en el jardín, aquello era una sucesión de círculos y de todos tuve que huir. La cosa es que se corrió la voz entre mis amigos que fui a un cumpleaños de primera hembra, que rechazo las invitaciones de ellos pero si sus chamas me invitan, digo que sí y ahora estoy en un círculo maldito de invitaciones a cumpleaños de primeras hembras que no puedo rechazar porque me dicen que si fui a la del otro, tengo que ir a la de la suya o eso es discriminación super-hiper-mega negativa. Este fin de semana me tocó la de la primera hembra del Moreno, yo rezando para que hubiese una alerta roja por tormentazo y evitarlo y el joputa, que se lo olía, me dijo que de ser necesario, que yo me podía quedar a dormir en su keli. Por suerte vive a dos kilómetros del más allá, ni Móstoles está tan lejos y para llegar a la keli tengo que ir hasta Hilversum y allí esperar veinte minutos por una guagua que solo sale cada hora y que me lleva al lugar y para volver, solo puedo ir en esa guagua y la última llegaba a su barrio a las once menos cuarto, así que acordamos que yo estaría allí sobre las ocho y me quedaría dos horas y media.

Yo confiaba en que habría un montón de gente, el jardín estaría petado y yo podría esconderme en un rincón y hacer ejercicios del duolingo o mirar recetas de comida en el istagrame, pero no fue así, con la mierda de tiempo que tenemos, llovía y todo el mundo estaba dentro en un mega-círculo en una habitación. Me negué a tomar café o té y les dije que yo iba directamente a la cerveza Radler sin alcohol y me senté al lado de uno que está como una jaira y su mujer, a los que monopolicé por la noche, aunque ahora que lo pienso, todos los otros seguro que lo marginan porque está literalmente como una jaira y seguramente hasta le hice un favor y también me lo hice a mí porque es la única persona relativamente normal según mis estándares en ese cuarto. Cuando llegó la comida, el Moreno, que sabe que yo lo esperaba como agua de agosto para reírme de él el resto de mi vida, hizo cantidades industriales y cuando preguntaban les decía que se encochinen a conciencia y coman sin vergüenza, que le había dado dos leuros, quizás tres, a su hijo adolescente y cada vez que hiciera falta, el petaba la freidora de nuevo y seguía trayendo comida y lo dijo mirándome a mí con una sonrisa socarrona.

Cuando faltaban ocho minutos para la llegada de mi guagua, que llegaba con un minuto de retraso porque así de preciso es el programa que las controla, que hasta te la pone en un mapa para que sepas en dónde está, salí por patas a la parada, de allí regresé a Hilversum y tras ocho minutos de espera, llegó el tren que me llevó de vuelta a Utrecht y el trayecto final en bicicleta a mi keli. A ver si el Moreno se muerde la lengua aunque se envenene y no se lo cuenta a nadie más, aunque creo que me van a obligar a ir a dos cumpleaños de primeras hembras más. Ya les estoy diciendo que el uno de enero del año 2024 se acabó la tregua y entra en vigor una nueva ley que dice que no acudiré a cumpleaños de amigos o de sus hembras, independientemente del número ordinal de las susodichas.

En la vuelta a Hilversum en la guagua entró en una organización escondida en el bosque que es donde viven y ocultan a los auténticos Bosmongolo, la., que la palabra esa viene de otra neerlandesa para referirse a gente con discapacidades y que en los Países Bajos las familias los exportan a organizaciones que tienen sus edificios en lo más recóndito de los bosques para que los turistas, cuando vengan al país, alucinen y flipen con la belleza de la raza, que a esos lo mejor, según esta cultura, es ocultarlo. En el pasado, el edificio ese estaba rodeado con una valla como las de chirona y recuerdo que un día, por error, entré con la bicicleta mientras paseaba por Hilversum, en mis primeros dos años de vida por allí (y algo que definitivamente está narrado en el mejor blog sin premios en castellano) y no veas lo mal que lo pasé cuando me perseguían escondiéndose tras los árboles y yo pensando que me había convertido en la nueva víctima de una peli de terror. Ahora han quitado la valla, han puesto una parada de guagua y hasta se subió una mujer a la que yo miraba con sospechas, que igual que cuando ves algo marrón y que apesta asumes que es mielda, si se sube en la guagua en aquella parada, mejor guardamos las distancias.

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Una respuesta a “En el jodido círculo”

  1. Coño, que pelada de bolas de entrada, entre la cutrez de los cumples y lo de la ocultación de los mongolos, me ha entrado un tristeza que no veas, de la cual me voy a librar ya mismo…:(
    Salud

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