Galletas de mandarinas


Esta es una receta que tengo para poner por aquí desde el año pasado y que definitivamente, se ha convertido en una de mis favoritas en lo relativo a las galletas. Es tan fácil de hacer que yo afirmaría, aunque no tajantemente, que se puede hacer con la punta de eso mismo, pero yo no lo aconsejaría. Como el ingrediente principal son las mandarinas, mejor en temporada de las susodichas, aunque esto seguro que se adapta perfectamente con zumo de naranja y algún día me arriesgaré y probaré con el de limón, que puede que la gran sorpresa nos esté esperando por ese caminito. Después de preparar la masa la meto en el congelador quince minutos, aunque en la receta original sugerían la nevera.

Los ingredientes: Para las galletas, 40 g de piel de mandarinas cortada fina, 60 ml (1/4 taza) de zumo de mandarina, 260 g (1 1/2 taza) harina, 100 g de mantequilla, 90 g (2/3 taza) azúcar, yema de 1 huevo, 1 cucharadita extracto de vainilla, 1 cucharadita y media de levadura química y sal al gusto. Para el recubrimiento, azúcar de repostería y azúcar normal.

La implementación: Lo mejor es empezar pelando una o dos mandarinas y conseguir los 40 g de cáscara y con un cuchillo y mucha voluntad, cortar en partes minúsculas. Después, agarra las mandarinas y con mano fuerte, exprímelas en un bol. Añade al jugo de mandarina la mantequilla y el azúcar y a mezclar con alegría y un tenedor o si tienes máquina de amasar, ya sabes quién puede hacer el trabajo. Añadimos la piel de las mandarinas cortada y seguimos mezclando. Después ponemos la yema de huevo, el extracto de vainilla y un poco de sal y seguimos mezclando. Finalmente, llega el momento de añadir la harina y la levadura química y mezclar hasta que tienes una bola de masa elástica. Yo la envuelvo en film transparente y la meto en el congelador quince minutos, supuestamente la nevera también sirve, según la receta original.

Ahora vamos a empezar a hacer las galletas. Encendemos el horno a 180 ºC en modo con aire para que se vaya calentando. Vamos haciendo bolas de unos veinte gramos y amasándolas con las manos y en dos platos pequeños (o en dos cuencos) ponemos azúcar fina en uno y azúcar de repostería en el otro. Primero pasamos las bolas por el azúcar fino y después por el otro. Ponemos un papel de hornear en la bandeja del horno y vamos colocando las bolas después de pasarlas por las dos azúcares. Si no me equivoco contando, con estas cantidades me salieron veintiocho galletas. Cuando todas estén en la bandeja, al horno entre diez y doce minutos.

Galletas de mandarina

Están de puro vicio. Aunque regalo un montón, aprovecho el bote que tengo para conservar sin aire para poder seguir comiéndolas durante una semana o así, si es que consigo controlarme.


2 respuestas a “Galletas de mandarinas”

  1. Por lo que cuentas corroboran lo que ya pensaba, que estaban super sabrosas… 🙂
    Salud

  2. En cuanto pase la temporada de orejas y rosquillas en mi tierra, esta me la apunto.