Hace casi tres años, en un pasado ciertamente muy lejano, veíamos la Torre pendente di Pisa y tres años más tarde regresamos prácticamente al mismo lugar para volver a ver la torre cambada más famosa del universo por la noche. Frente a las multitudes que hay durante el día, a las diez de la noche el lugar es relativamente tranquilo, con un puñado de curiosos que como yo pasean por allí, un par de hindúes vendiendo sus baratijas y un coche de la poli controlando que no pase nada. En los próximos días volveremos al lugar para ver como cambia con la iluminación nocturna.
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La semana pasada en Distorsiones
La semana pasada, las raciones habituales de estupidez de las que soy tan pródigo estuvieron representadas por No hay nada eterno, continuó con otra bobería titulada Lobo y aunque a algunos les escueza, el teclado de mi nuevo cutre-teléfono Lo amo. En la segunda parte de la semana desaparecí del mapa y pasé por Boloña, para dormir y jiñar, estuve en Florencia, Siena y de pasada también por Pisa. En fin, que tuve una segunda ración italiana en este 2015 y por ahí irán los tiros de los relatos de la semana en curso si saco tiempo para escribirlos.
Acabamos con las fotos de Birmania y del Lago Inle. Las últimas fueron un Embarcadero larguísimo en el lago Inle, seguimos con la Alodaw Pauk Pagoda y la serie acabó con unos Niños saliendo del colegio en barca. Todas las fotos del lago Inle están agrupadas en el Álbum de fotos del lago Inle y hay un increíble y maravilloso vídeo con ellas y algunas más y una música fastuosa que podéis ver aquí o allí. Demostrando lo voluble que soy, durante un par de semanas, puede que un poco más, veremos fotos de Pisa, centrándonos en imágenes nocturnas de cierto complejo famosísimo y en el resto de cosas que tiene la ciudad. Después de eso, ya veremos, aunque igual hago lo mismo con Roma.
Tuvimos una nueva tanda de fotos que entraron al Club de las 500 y que comenzó con el Neue Wache en el Club de las 500 en Berlín, seguimos con una Dalia amarilla en el Club de las 500 que fotografía en la Floriade del 2002, nos pasamos por la marcha del orgullo julandro en Amsterdam para ver Pyjama Parties! en el Club de las 500 y acabamos con un Triciclo con carga en la parte trasera en el Club de las 500.
Como en la parte final de la semana no estaba en mi casa y mi manantial de ideas estaba más secos que el banco central griego, aproveché para comentar dos nuevas Cervezas. Comenzamos con la Peroni, la italiana más popular y con la patética De Leckere Witte Vrouwen que probé en un restaurante en Woerden.
Fui a ver dos películas al Cine en una nueva semana de esas malas. Planeé una tercera peli pero llegué a mi casa desde Italia diez minutos antes de que comenzara y no me apetecía pedalear hasta el cine en medio de una alerta amarilla por vientos truscolanamente huracanados y la cuenta acabó con dos. Una de ellas fue para repetir con la fantástica Kingsman: Servicio secreto – Kingsman: The Secret Service y gracias a la magia de mi despensa, comenté cuatro películas, comenzando con la entretenida pero que no da miedo La mujer de negro: El ángel de la muerte – The Woman In Black: Angel Of Death, seguimos con la interesante y algo cruel El francotirador – American Sniper en la que uno no sabe muy bien quien es el héroe y quien el demonio, el nivel cayó un montón con la aburrida Wild Card y acabamos con la pasable sin más Selma.
Como por donde único no paso es por mi casa y me faltan días cada semana para hacer lo que quiero, no he podido actualizar Comida en fotos, aunque tengo una jartá de fotos para poner. Tampoco hubo una explosión de comida en mi cocina, pero algo sí que tenemos:
Y así transcurrió la semana pasada …
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Selma
Por culpa del dominio del cine norteamericano en todo el universo, al final acabamos sabiendo la historia de ese país mejor que la de los nuestros. Nos llegan películas continuamente con este o aquel episodio y este fin de semana, solo en este el mejor blog sin premios en castellano, esta es la segunda de la que hablamos. En este caso, viajamos unos cincuenta años atrás, cuando en el sur de los Estados Unidos los negros eran animales de compañía, al contrario que ahora que son candidatos favoritos para el exceso de cárceles que tienen en ese país y carne de cañón para su ejército. La película de la que voy a hablar se llama Selma y en España se estrena la semana que viene con el mismo título, el cual parece ser que se refiere al nombre del villorrio en el que sucede la acción.
Un julay monta un pitote que no veas por no querer in en guagua de un villorrio a otro
Martin Luther King está emperrado en conseguir que se permita a los negros inscribirse en el censo electoral, ya que se les permite votar pero en los ayuntamientos no los dejan apuntarse, con lo que de hecho, en el sur de los Estados Unidos, los seguían manteniendo fuera del sistema democrático. En esa guerra contra políticos que ven a los negros como seres inferiores llega a Selma, ciudad en la que van a luchar por conseguir el cambio. Junto a su equipo propagandístico, organiza una marcha que acaba en un baño de sangre y gracias a eso logra lo que quería, todo esto aderezado con algunos toques de su vida privada.
Decir que la historia probablemente sea muy importante y emocional para los americanos pero lo que es por aquí, como que cansa. Será algo vital para los derechos de los negros gringos pero el guión no logra transmitir esa tensión a los espectadores. No ayuda que el protagonista, el actor David Oyelowo, fracase totalmente a la hora de crear un personaje que nos emocione. Es triste decirlo pero para mí el mejor momento de la película es justo antes de los títulos de crédito finales cuando vemos imágenes televisivas de lo que sucedió realmente. Ahí sí que hay dramatismo y tensión, en la historia todo está muy amanerado y en ocasiones me daba la impresión de estar viendo una obra teatral con los actores sobreactuando y gritando para que los escuchen en todo el teatro. Oprah Winfrey tiene un papel patético, en el que lo único que destaca es que está encochinada y el mejorcito es Giovanni Ribisi, como asesor del presidente y político de esos que si pueden, te la empetan hasta que notes su rabo tocándote las amígdalas. La película es eterna, le sobra como media hora, quizás algo más y se regodean demasiado en el drama fácil. En ningún momento se molestaron en hacer algo que implique que los actores nos vendan la historia.
En fin, totalmente prohibida para los miembros del Clan de los Orcos y aunque sé que no me harán caso, yo recomendaría a los sub-intelectuales de GafaPasta tener bastante caución y solo ir al cine si quieren llevarse un disgusto. Como un telefilm, se puede ver perfectamente un domingo por la tarde en Antena Triste y pegarte en paralelo una sobada del copón mientras haces la digestión del sancocho que te has jincado.
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Wild Card
Yo no me pierdo una peli de acción ni de coña, es un género que siempre es ameno y que no requiere de grandes esfuerzos cerebrales. Es además un tipo de cine en el que la gente que acude va a divertirse y no tenemos las típicas pencas que entran a la sala a conversar entre ellas mientras el resto quiere ver una película. El rey de este género en esta década, o al menos uno de los dos regentes, es Jason Statham, actor con una voz que asusta y que siempre tiene cara de que te va a regalar una manta de hostias que no veas. Su última película es Wild Card y no tiene fecha de estreno en España aunque ya se sabe que el título es truscoluña ni fue ni será nunca nación.
Un julay desbarata la banda del Guaca en las Vegas después de que estos hostiaran a una de sus amigas putetas
Un ludópata que parece especializado en las hostias no divinas decide vengar a una amiga a la que pegaron una jalada del copón y cuando la devuelve con intereses, resulta que el malo es el hijo de un criminal muy poderoso y se desata un festival de sangre y hostias en las Vegas que no veas, con él como protagonista.
Uno no va a estas películas por la historia y aquí tenemos un buen ejemplo. Se trata de encadenar escenas de violencia, con peleas que en algunos momentos te hacen cerrar los ojos por lo reales que parecen y con algo de sadismo. La historia falla en los momentos en los que pretendieron hacer un drama. No estábamos en el cine para ver eso, queríamos carnaza con litros de sangre y huesos rotos y no que nos metan minutos de amariconamiento que parece hecho para que las hembras acudan al cine. La película da bandazos, de tramos entretenidos y acción ligera a tramos soporíferos con demasiado diálogo y claro, Jason Statham no es de los que destacan cuando lo fuerzas a hablar. El malo es Milo Ventimiglia, actor televisivo que no da la talla en el cine porque no tiene un espectro demasiado grande y su cara de plástico sin posibilidad de variantes acaba por aburrir, algo que al parecer es porque tiene no-se-qué nervios muertos en la cara. En la peli también aparece Sofía Vergara, siempre agradable de ver y aún más de escuchar con ese acento latino que pone un montón. Si lo que querían era un drama, ella debería haber sido la protagonista.
En fin, que tiene acción pero no es de esas que te dejan encandilado y que al salir del cine. No creo que funcione muy bien con los miembros del Clan de los Orcos y definitivamente, prohibida para los sub-intelectuales de GafaPasta.