Angelina Jolie comenzó a coleccionar niños camboyanos después del rodaje de la película Tomb Raider. Para la película, estuvo en el país y el escenario de muchas de las escenas exteriores en el templo fue Ta Prohm, un templo situado a un kilómetro de Angkor Thom y que también fue construido alrededor del siglo XII (equis-palito-palito). Inicialmente optaron por dejar el templo en las mismas condiciones en las que lo encontraron, con árboles creciendo dentro de las ruinas y la jungla envolviéndolo todo pero posteriormente han tenido que comenzar a restaurar un poco porque los árboles lo están destruyendo. Gracias a la película (o por culpa de la misma), este lugar es muy visitado, sobre todo por gente que solo quiere hacerse la foto en el mismo lugar en el que la Jolie estuvo. La restauración la están haciendo un grupo de arqueólogos de la India. Sin ser el más grande, el entorno y la forma en la que la naturaleza ha luchado contra la obra del hombre lo convierte en uno de los más espectaculares. Entre la marabunta de turistas y las obras de restauración, el reto fue encontrar rinconcitos en los que no salgan tropecientos julays. Mañana veremos otra foto de este templo en la que se pueden ver los árboles y el daño provocado al mismo.
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Elefantes junto a la puerta sur de Angkor Thom
Aunque en el pasado eran un medio de transporte muy usado, en la actualidad los elefantes en Angkor Wat y alrededores son para uso y disfrute de los turistas, a los cuales les fascina darse un paseo a lomos de esos majestuosos animales. En la foto podemos ver un grupo que acaba de cruzar la puerta sur de Angkor Thom y que avanzan hacia Phnom Bakheng y allí ofrecerán sus servicios a los gandules que quieren subir hasta la cima de la pequeña montaña en ellos para ver el templo que hay allí y observar la puesta de sol desde una terraza privilegiada. Esta estampa me recordó los dromedarios en la montaña del Fuego en Lanzarote o los que hay en las dunas de Maspalomas en Gran Canaria.
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Chau Say Tevoda
Lo más duro de esta serie es el trabajo de investigación para averiguar el nombre del templo. Tengo que mirar mis fotos en el orden cronológico en que las hice y después leer lo que escribí para tener una ligera idea de lo que buscar. Así encontré el nombre del templo de hoy, el Chau Say Tevoda, situado tras pasar la puerta de la Victoria al este de Angkor Thom. Es otro templo hindú del siglo XII (equis-palito-palito) y que visité justo después de que acabaran las obras de restauración, ya que del año 2000 al 2009 lo tuvieron cerrado. Se puede notar ese trabajo en las piedras nuevas que han puesto para reeemplazar las que no encontraron o estaban muy dañadas. Como con los anteriores, es un puzzle que tienen que hacer y volver a montar sin la ayuda de cemento. El templo esta profusamente decorado y cuenta con muchísimas devatas, figuras sagradas femeninas. Solo por eso merece la pena pasar por el lugar aunque como suele ser habitual, parece que soy la excepción y las hordas ni sabrán que existe.
Este templo se restauró con fondos del gobierno chino y la manera en la que lo hicieron fue muy discutida, por el uso de esas piedras fabricadas. En las restauraciones hechas por franceses, americanos y japoneses no hacen esto jamás. De cualquier manera, la UNESCO permite que se usen réplicas modernas en piedra siempre que la cantidad oscile entre el 2 y el 9% del total.
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Crimen, decepción, castigo y el estado de la Bobosfera
Cada día que pasa la gente entrega más y más parcelas de su vida privada para consumo público. Muchos ni siquiera se dan cuenta, no leen las condiciones de aquello a lo que se comprometen, no les preocupa, no les interesa o simplemente, son estúpidos. Hay al menos dos clanes malévolos acaparando todo lo que pueden sobre cada uno de nosotros y almacenando toda esa información que puede y será usada en nuestra contra. Esos dos clanes son el GuglEvil y el CaraCuloLibro. Llegará un momento en el que la gente se desayunará leyendo que ahora también hay que añadir una foto reciente desnudo para tu perfil para facilitar la identificación del individuo en base a sus partes. Ellos saben que un grupo considerable lo hará sin plantearse si hay algo bueno o malo. Después estamos los otros, los que ocultamos tanto como podemos de manera paranoica. Yo soy el equivalente a un talibán cuando se trata de privacidad. Desecho amistades que me mencionan, me etiquetan o me añaden en sus redes sociales, cambio mi número de teléfono de manera regular y salvo por una cuenta de correo, no tengo nada que ver con esas dos corporaciones. Procuro no existir para ellos, bloqueo sus inofensivas cookies, evito que me rastreen con todas las herramientas a mi alcance y he conseguido tener un grupo de amigos que al igual que yo, están fuera de su circuito.
La única excepción a mi aislamiento de esas dos mafias era Feedly. Hace unos meses comencé a usar su lector de contenido sindicado (RSS) y por desgracia solo permitían entrar en tu cuenta usando una cuenta de GuglEvil. Habían prometido que tendrían un sistema propio y pasaron los meses sin que llegara. El jueves de la semana pasada y unilateralmente cambiaron el sistema y forzaban a los usuarios a crear un perfil en los círculos malditos de GuglEvil. Como en mi navegador no queda rastro alguno tras cada sesión, al tratar de entrar me encontré conque o pasaba por el aro o me iba a tomar por culo. A los pocos minutos los comentarios en la anotación en la que lo anunciaban eran legión, de gente tan cabreada como yo. Por suerte tenía una copia de mis subscripciones en formato OPML y al momento empecé a buscar alternativas. Rastreé las populares y ninguna me convenció, sobre todo porque la mayoría parece demandar la misma información que no estaba dispuesto a darle a esos. A través de un comentario llegué a Tiny Tiny RSS y tras mirar en el servidor en el que se hospeda esta bitácora, vi que lo podía instalar en mi cuenta. Lo puse, lo configuré en unos minutos, importé mi fichero OPML y en menos de una hora había emigrado a un entorno cien por cien seguro y que no depende de nadie. Después averigüé como eliminar mi cuenta en Feedly y les pedí que la borraran, suprimiendo los permisos que tenían para usar el acceso a través de mi identificación por GuglEvil. Después instalé el Tiny Reader en mis dispositivos mágicos y maravillosos y ya está, una cosa menos que ahora saben de mi. Al día siguiente se disculparon y dieron marcha atrás con el cambio pero en mi caso, ese acto de cobardía llegó demasiado tarde. Ya me había liberado de ellos y no soy de los que miran hacia atrás.
Limpiando las bitácoras que seguía y de las que muchas han muerto llegué sin quererlo a los premios de Cutrácoras 2013. Pensaba que ya habrían desaparecido pero al parecer todavía queda gente con un ego elefantiásico que quiere un reconocimiento externo. Decidí ver si había algo interesante entre las diez bitácoras que encabezan en este momento la votación para mejor bitácora personal y aún tengo arcadas. No hay una manera más suave de decirlo, todas y cada una de ellas son una puta mierda del copón, productos deleznables. Que triste que hace unos años podías encontrar sin problemas un montón de cosas interesantes y ahora mismo este mundillo creativo está muerto y los premios esos no sirven para descubrir nada interesante y solo para promocionar a una cutre-compañía que les pide a todos los bosmongolos que participan que escriban, enlacen y pongan en su portada esos enlaces para ganar algo de relevancia en la red. Es una verdadera lástima que en una década este mundillo se haya marchitado de esa manera. Hoy por hoy si quieres encontrar algo interesante has de encontrar Podcasts o rastrear el contenido gratuito que proporcionan publicaciones realizadas por profesionales y leerla a través de programas como Flipboard. Es el fin de una era.
Mirando la viga en el ojo propio, en el año dos mil cuatro hablaba de cine, de comida, de viajes y de las boberías que me suceden y nueve años más tarde sigo hablando de cine, de comida, de viajes y de las boberías que me suceden. Todo ese tiempo ha sido más de lo mismo. Está claro que soy alguna especie desconocida de dinosaurio …