Una de las cosas fabulosas del Baphuon es que está justo al lado de la selva o más bien está rodeado por la selva. Te sales unos metros del caminito convencional y de repente tienes una perspectiva alucinante y así consigues las fotos más curiosas. Viendo las imágenes que he elegido, creo que voy a recuperar algunas de ellas y pasarlas al blanco y negro para darles algo más de magia. En fotos que veremos más adelante se podrá observar como la naturaleza recuperó los templos abandonados y los árboles crecieron sobre los mismos. En el caso de la foto de hoy, siempre me alucina observar como saliéndote cien metros de la ruta que todos siguen y desaparecen los turistas, los pedigüeños, los vendedores de recuerdos y libros y te quedas tú solo acompañado por los templos y la naturaleza.
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La semana pasada en Distorsiones
Esta semana tocaba quedarme en Holanda en el frenético otoño que he planeado y que me lleva cada quince días a algún lugar de Europa pero mientras tanto pasamos la semana con el relato del fin de semana anterior en Munich. La historia comenzó en un Fin de semana en Munich, continuó Pateándonos Munich con resaca en la que podéis ver algunas fotos y vídeos hechos con el iPhone, ese dispositivo mágico y maravilloso que no está al alcance de pobres y facinerosos. La historia acabó el Último día en Munich y regreso a casa.
Para aligerar un poco y satisfacer mi ego tuvimos Las fotos más populares en mi flickr el pasado octubre con algunas bastante recientes, incluyendo la de los daños de la tormenta en Hilversum y mi nueva cámara. Acabamos la semana con una actividad anual denominada La limpiá y que incluye el cambio de número de teléfono móvil y el borrado de todos los contactos que están por encima de los veintiuno que mantengo como inicio de temporada. Si tenías mi número y no recibiste un güatzap informándote del nuevo, yo que tu me borraba de tu teléfono porque los datos que tienes ya no son correctos …
El paseo por los alrededores de la barriada de Angkor Wat en Camboya continúa y comenzamos la semana viendo La puerta sur de Angkor Thom, seguimos viendo las Caras en las torres del Prasat Bayon, después vimos Un Buda dentro de Prasat Bayon y de allí fuimos a ver el espléndido Baphuon y terminamos viendo La Terraza de los elefantes.
Estoy desarretado y con un frenesí enorme así que aprovechando el exceso de energía fui al Cine a ver siete películas o el equivalente a una diaria, aunque en realidad tuve dos sesiones dobles. Por supuesto, una de ellas fue Gravity, la cual vi por quinta vez y si a estas alturas alguien que la tiene en un cine cercano no se ha molestado en verla es porque es un bosmongolo y se merece todo lo peor, siempre. De mis amigos holandeses, todos han sido debidamente sugestionados y todos la han visto. También el Turco y es posible que repita con él el próximo fin de semana cuando lo vaya a visitar por segunda vez este año a Estambul. Comenté cuatro películas, comenzando con la amena y divertida Malavita – The Family, después caímos en el aburrimiento y la mediocridad de El consejero – The Counselor, tuvimos un ligero repunte con Het Diner, una película holandesa que por supuesto jamás llegará a vuestras pantallas y acabamos con la sosa Carrie. Hasta este momento he visto ciento setenta y tres películas y esa cantidad es superior a la del año pasado con lo que a partir de ahora no habrá comparaciones con otros años. Esta semana aflojare el acelerador aunque el fin de semana seguro que voy al cine con el Turco una o dos veces. La semana que viene él estará en Holanda y estoy planeando un encuentro galáctico que supondrá una perturbación perceptible en el espacio-tiempo, una cena con el Turco y el Rubio en la que discutiremos un posible fin de semana el año que viene en Turquía de locura absoluta en el que seguramente acabaremos muy malamente.
He puesto varias fotos nuevas en Comida en fotos y he programado varias para esta semana con las comidas en Turín, Munich y en Holanda que he hecho fuera de mi casa. Tratando de recuperar el ritmo, hoy tenemos el resumen de lo que comí durante la pasada semana, aunque falta alguna foto porque no tuve tiempo ni ganas de procesarlas:
Y así transcurrió la semana …
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Carrie
Somos legión los que pensamos que el mejor autor de la historia de la Humanidad, del Universo y de todo lo que haya más acá y más allá es Stephen King. Acabo de terminar de leer Doctor Sleep y siempre mantengo un ojo en su página por si anuncia algún nuevo libro. Sus obras se han adaptado para el cine, para la tele y unas han tenido más suerte que otras. Parece que la sequía de ideas que asola el cine actual ha llegado a osar hacer un remake o una reinterpretación de una película que en su día se convirtió en un clásico y que está basada en una de las obras más famosas de este escritor. Se trata de Carrie y la nueva versión llegará a las pantallas españolas a principios de diciembre.
Una julay se toma fatal la primera sangría mensual y monta un pitote que no veas en el instituto cuando sus compañeros lo único que quieren es un poquito de calimocho
Una julay adolescente más rara que una película de Garci y que tiene una madre más friki que la Princesa del Pueblo Orco es más o menos ninguneada en el instituto. Cuando la primera regla la pilla en las duchas le da un ataque de histeria porque no se esperaba sangrar por el potorro y monta un número del copón mientras sus compañeras son malas y crueles con ella. Una de estas se siente culpable y obliga al chamo que la empala a invitar a la piba a la fiesta de graduación, esas mariconadas que hacen en los institutos americanos y que hemos visto en tantas películas de terror. En los días de preparación a la fiesta, la niña desarrolla unos poderes mágicos de raticulín y cuando le hacen una broma terrible se emputa y no deja cabeza sobre hombro.
La película es más bien una copia de la anterior, con un par de detalles actualizados y que ni siquiera buscó el libro para encontrar cosas con las que distinguirse de la de hace treinta y siete años. No es cine de miedo o al menos no da miedo alguno, en ningún momento. Es más bien cine gore, con litros y litros de sangre y con muertes espectaculares pero le falta la tensión y la angustia que tiene el libro. Otro problema es que la nueva Carrie, una tal Chloë Grace Moretz, resulta demasiado blanda y poco creíble, como si esa piba hubiese estudiado lo de actuar en un curso de radio Ecca y aunque las ideas le sonaban no tiene ni puta idea de como hacerlo. A su lado Julianne Moore se quita el maquillaje para asustarnos, ya que más que por mala o maligna, asusta por vieja y estropeada, que su cara ya está pidiendo a gritos que se la estiren y le pongan los pezoncillos como dos lunares en las mejillas. Teniendo a los dos personajes principales tan flojos y viendo que siguen la vieja película al dedillo con el único añadido de los teléfonos móviles y los computadores, la cosa no da para mucho. Hay que esperar unos ochenta minutos para ver la escena que todos queremos ver y cuando llega, la liquidan en menos de diez minutos. Una lástima porque al menos podían haber optado por darnos mil millones de detalles escabrosos que nos habrían hecho taparnos los ojos.
Si eres un miembro del Clan de los Orcos, es posible que jamás hayas visto la película Carrie, la original y por descontado no has leído el libro ya que para ello deberías aprender a leer. Esto igual te satisface, aunque lo dudo bastante ya que hablan mucho al principio. Para los demás, podéis esperar a que la den por la tele, no merece mucho más.
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Het Diner
Esta semana se estrenaba una película holandesa y como el trailer me intrigaba lo suficiente decidí ir a verla. Ayudó un poco que al parecer esté basada en un libro del que se han vendido más de un millón de ejemplares en varios idiomas con lo que la historia prometía. Por lo que pude intuir del trailer, dos parejas iban a cenar y el hijo de una de ellas aparece de vez en cuando. Con esos datos y la escena de una langosta antes de que la metan en el caldero de agua hirviendo, me fui a ver Het Diner, película que es altamente improbable y posiblemente imposible que llegue a la cartelera española.
Cuatro julays se encochinan sin querer llegar al meollo de la cuestión
Dos parejas van a cenar. Al parecer ellos son hermanos, uno es un pobre desgraciado medio desquiciado y más raro que un círculo cuadrado y el otro es político y aspira a llegar muy alto en el escalafón de los corruptos. Eligen un restaurante fastuoso y lleno de gente guapa y al parecer, hay algo de lo que todos quieren hablar relativo a sus hijos pero que no se atreven a decir. Según avanza la cena el secreto llegará a la superficie y veremos que la razón por la que hay un retrete en todas las casas es que hay mierda en todos lados.
Esto es una especie de drama con flashbacks a algo que sucedió anteriormente. Aunque el tema podría ser el de las relaciones de pareja, subyacente está el racismo y la educación de los hijos ya que de lo que se trata es de dos primos que atacan a una pobre desgraciada que dormía en un cajero automático y le arrean una paliza del copón, quizás matándola, aunque nunca me llegó a quedar claro. Los padres se dividirán porque todos lo ven de distinta manera. Tenemos al que quiere que salga a la luz y haya escarmiento, al que cree que lo mejor es controlar el daño y a la madre coraje que sostiene que si su hijo le pegó a la mendiga es porque se lo merecía. Todo un abanico de colores, cada cual más repugnante que el anterior y aderezado por una comida civilizada en la que la bestia que todos llevan dentro sale a la superficie. El principal problema es que nunca se atreven a atacar el problema de fondo y se regodean en las reacciones de cada uno de los comensales. Particularmente molesto resultó Daan Schuurmans, un actor que está en varias películas recientes y que a mí me pone de los nervios por su incapacidad para actuar. Desgraciadamente, las mejores escenas las tiene Jonas Smulders, el hijo de una de las parejas, pero el director optó por la tijera y no se le ve demasiado. En fin, que al menos hay que agradecer que su duración no llegue a la hora y media con lo que no hay tiempo para aburrirse.
Esto podía haber sido un gran peliculón pero por desidia se ha quedado en una historia normal. Obviamente, está fuera del alcance de los miembros del Clan de los Orcos. Puede que algún sub-intelectual que no haya llegado a su cuota de cine extranjero se arriesgue a verla. Para los demás, algo para dejar pasar.