Distorsiones

Yo tengo claro que cuando llegue a las puertas del cielo, usaré esta saga para solicitar clemencia, que aquí soy el único que en el año 2019 metragué After: Aquí empieza todo – After y volví a tropezar con After: En mil pedazos – After We Collided, que me pareció flojita, seguí pateando la misma piedra con After. Almas perdidas – After We Fell y cuatripití con After. Amor Infinito – After Ever Happy y no me pareció bastante y esta semana fui a ver la última, que se titula After Everything y en España se estrena como After. Aquí acaba todo y hay que darle un premio pero que ya al pollardón que puso los nombres de las películas en español porque es que se merece eso y dos pollazos en la boca.

El julay barriobajero sigue encoñado de la penca de siempre y se va a Portugal a pollear con otra zurriaga y le dan candela de la peor.

Yo si te digo que no me acuerdo como acabó la película anterior no te miento, pero creo que, por lo que se vio al principio de esta, que son como folletines y te ponen hasta lo del capítulo anterior, la pelleja descubrió que el otro escribió un libro sobre ella, se emputó que no veas y lo dejó. Ahora tenemos al pavo viviendo en Londres, borrachuzo pa’l coño e incapaz de escribir. En el istagrame encuentra una anotación de una penca que se chingaba y que ahora está en Lisboa y se va para allá y se pone como a acosarla para que lo perdone, porque anteriormente se la chingó, lo grabó y mandaron el vídeo a todo el instituto o algo así y le jodió a la vida a la otra. Allí recibe unas cuantas palizas, deja de beber, lloriquea como travelo cuando le quitan las tetas postizas y hasta le viene a decir al chamo que se chingó a su madre, la empreñó y después no le dijo hasta mucho más tarde eso de Luke, yo soy tu paaaaaadre, pues acaba como que queriendo al chamo ese o así y hasta escribe su segundo libro, deja el alcohol y decide acudir a la boda de su hermanastro de padre que no era su padre y allí está la pelleja de siempre y terminan, como siempre, chingando en una mesa y ya se arregla todo pa’l coño y son felices y comen manices o algo así y tenemos como un epílogo años más tarde en los que hasta tienen hijos y todo, con lo que con algo de suerte, esto sanseacabó.

Mira que estas pelis son malas tirando a malísimas pero es que en esta peli final no tenían historia alguna, es que el guion lo escribieron en una tirita, como mucho, es que no hay nada y después venga a estirar planos y planos. Lo bueno y hasta buenísimo es que no vemos a la pelleja hasta el tercer acto y con lo poco que ella sabe actuar, ganamos los espectadores y pusieron a una nueva que es más guapa que la otra, pero también tiene las mismas dotes de actuación que un pedrolo que te encuentres por la calle. Como el chamo no se folla a la pelleja, entonces lo que hacen es llevarlo muy a menudo a una playa portuguesa y hacer que esté siempre quitándose la camisa como si tuviera una alergia al algodón o algo así y claro, se quita la camisa y las tontas que están en la sala y nunca han oído hablar de la pornografía, gimen como mulas en celo y se restriegan los coños como zambombas, que es que tienes que levantar los pies y no dejarlos en el suelo por el río de reflujos vaginales que se monta en la sala y todo eso, por verle los pezones a un panoli, que no le vieron nada más. Supongo que el epílogo ese ya casado y con hijos a las panolis estas las emociona hasta las lágrimas porque es la confirmación que sus machos les pueden dar tremendas jaladas y algún día se reformarán o así y solo les pegarán cuando se emborrachen.

La única razón que puede tener un miembro del Clan de los Orcos para ir a verla es para que su hembra se la coma allí mismo y se trague su biberón. Cualquier sub-intelectual con GafaPasta que la vea, arderá en el infierno de los videoclúbs. Un final apropiado para la que quizás sea la peor serie de esta década.

Llegamos a la tercera parte de una saga que parece que les cuesta mucho hacer las pelis porque vimos la primera en el año 2002, tuvimos que esperar catorce años, hasta el 2016, para ver Mi gran boda griega 2 – My Big Fat Greek Wedding 2, que además fue muy flojilla y siete años más tarde ha llegado a los cines la tercera parte, aunque no estoy seguro que llegue a los cines de todo el mundo porque una de sus productoras es una plataforma digital y tal y tal y esto tiene más pinta de ser algo para poner en un medio así. La tercera parte se titula My Big Fat Greek Wedding 3 y al parecer no está previsto su estreno en España, aunque sí que le han puesto el fastuoso título de Mi gran boda griega 3.

Un puñado de julays marrulleros van a Grecia a buscar los pelos del bigote de la abuela y se topan con los del coño.

Tenemos que a la basca esta gringa de ascendencia griega, les llega una invitación para volver al poblacho de la familia y para allá van un montón y al llegar se encuentran que el pueblo está prácticamente abandonado y que son los únicos que se van a presentar a la fiesta. La alcaldesa del pueblo es una friki que no veas que yo creo que tiene atascado en el potorro un vibrador y por eso se mueve tanto. Acaban todos durmiendo en un único cuarto, que al parecer es una gran tradición griega y allí cada uno va por su cuenta y al final, habrá bodorrio, además de descubrir que hay nuevos miembros de la familia que no conocían previamente.

Esto es totalmente un telefilm, con algo de comedia, pero vamos, que hay que hacer un gran esfuerzo para reírse, que la parte cómica es muy flojita y algunas de las historias aburren y tenemos un montón de historias, que hay como quince mil protagonistas y se empeñan que lo sepamos todo de todos. La película empieza con una escena estúpida en el avión y bueno, de esas hay varias. No estoy muy seguro que a los griegos les mole porque los ponen fatal, básicamente son como retardados y feos. La película la catalogan como romance pero es que hay que estirar muchísimo el concepto para que haya hueco para esto, que es más bien una sucesión de gags malos de humoristas peores. La boda del final de la peli es de unos que pasaban por allí y a los que se les pegaron como ladillas y hasta hubo la fiesta del pueblo, toda una traca final super-hiper-mega patética y que en algunos momentos daba vergüenza ajena.

Da igual que seas un miembro del Clan de los Orcos o un sub-intelectual con GafaPasta, para ambos, el consejo es el mismo: huid, a menos que la pongan en la tele después de comeros un sancocho y tengáis que hacer una siesta para completar la digestión. Esto ayudará horrores.

Hace exactamente cinco años el día de hoy, por casualidades de la vida, comenté la película La monja – The Nun, que además me gustó y mira tu por donde, cinco vueltas enteras al sol del planeta y llegamos a la segunda parte, que han tardado en hacerla, algo raro teniendo en cuenta que estas cosas las cagan como las bolitas de mielda de las cabras, aunque supongo que como pertenece al Conjuring Universe y en ese hay tantas series, se pueden permitir el distanciar pelis para evitar el agotamiento. Esta segunda parte tiene el super-hiper-mega original título de The Nun II y en España se estrenó también la semana pasada con el también original título de La monja II, que le pega muchísimo menos que truscoluña no es nación.

Una julay que no chinga se mete en un colegio y acaba montando un pitote que no veas.

Tenemos que la pava de la primera película ahora es feliz en un convento hasta que la llaman y le dicen que tiene que ir a Francia porque el demonio del que ella se encargó parece que está por allí y el exorcista oficial la diñó. La pava va acompañada de una monja negra, para tener alguien a quien sacrificar y llegan a un colegio internado o algo así en el que pasan movidas raras y empieza a investigar y resulta que el demonio está buscando los ojos de Santa Lucía para ponérselos y ahorrarse un pastón en gafas de sol o algo así, que no me termina de quedar claro, pero vamos, que cuando el demonio empieza a repartir candela de la peor, allí no se sabe muy bien si hay un aquelarre o una mega-orgía de puticlú.

Ya sé que hasta el defenestrado doverinto y todos sus amigotes esperan que hable mal de la película pero tengo que reconocer y hasta reconozco que me resultó entretenida y me llevé una buena tanda de sustos. Por razones obvias, ya no me acordaba de nada de la primera, pero como que tampoco hace falta. La película empieza despacito, salvo por la escena con el cura de la iglesia francesa y un chiquillo acarajotao, pero después va pillando velocidad y van empezando a suceder cosas raras hasta que se dispara en el tramo final y ahí ya no damos abasto a disgustos y a sustos. La mayor parte de la gente piensa que es mejor que la primera, pero ahí yo disiento un poco, es buena y entretenida y está muy bien rodada e interpretada, pero la otra tenía un punto de originalidad que a esta le falta. Aun así, se disfruta y si vas al cine a que te den una buena ristra de sustos, con esto lo consigues y terminas cagándote en la madre que parió a la monja vieja, la que se aparece y desaparece.

Esto es para invocar al clan de los Orcos con las hembras incluídas e ir al cine en manada para gritar, aullar, magrear y todo lo demás. Por todo lo anterior, será recibida con gran indiferencia por los sub-intelectuales con GafaPasta.

Yo ya con el tráiler de esta película tenía mis dudas existenciales, judiciales y hasta laborales, que no sé por qué, pero emite como unos malos rollos que no veas y las canciones se ven más falsas que truscoluña, que no es ni nación ni canción. Pese a ello, en mi última visita a Ámsterdam encajaba perfectamente como la película para cerrar la trilogía del día y como en Utrecht no la han estrenado, decidí darle una oportunidad, yo y dos personas más, que en un sábado por la tarde éramos tres en la sala del cine. Se trata de Greatest Days y Dios mediante, no está previsto su estreno en España, con lo que no veas de la que os vais a librar.

Un puñado de julays pre-menopáusicas van a un concierto de un grupo del que estaban encoñadas en su adolescencia.

Tenemos como dos líneas, por un lado, unas chiquillas son super-hiper-mega fans del grupo Take That y acuden a uno de sus conciertos en el Reino desUnido. Por otra parte, una de esas pavas, veinticinco años más tarde, gana entradas y viaje para un concierto del grupo en Atenas y de manera zafia y ruinosa invita a las otras para arrejuntarse todas y acudir al concierto. La cosa es que entre ellas hay muchos malos rollos y lo que se supone que debería ser algo simple, se convierte poco menos que en una guerra entre las pavas, mientras seguimos viendo las cosas que sucedieron cuando eran niñas.

Me enteré después de ver la película que esto es una adaptación de un musical británico, que ni he visto ni veré jamás de los jamases. No sé como de fiel es la adaptación, pero fue una puta mierda lo de intercalar las historias de adolescentes y de viejas, eso no funcionó nunca, los saltos de una época a otra son brutales y me tenían totalmente desconcertado y como además, en cada salto parecían centrarse en una de ellas, me despistaban más y más. Los números musicales de las niñas son aún más falsos que los de las viejas y los números de baile peripatéticos y esto lo dice uno al que le encantan los musicales, pero es que este no tiene encanto alguno, es una bazofia de pé a pá. Se supone que la película te tiene que hacer sentir bien y salir del cine contento, pero en eso fracasaron, es un pastufo incoherente, tedioso y zafio de cuatro amargadas, una obesa, una bollera, una amargada y la última ni sé que era. Hay un número musical en la pista de un aeropuerto con un avión de Easyjet que me ha hecho considerar no volver a volar jamás con esa aerolínea por arrejuntarse con estos. Y bueno, mejor no hablamos del número final porque me emputo.

No creo que un cine sobreviva intacto si obligan a un miembro del Clan de los Orcos a verla, vamos, que ni aunque la novia le diga que después de la peli la puede encular, no le vale la pena. Provocará infarto instantáneo a los sub-intelectuales con GafaPasta.