El segundo viaje que novelé en esta la mejor bitácora sin premios en castellano fue a Omán. Fui allí a trabajar pero aproveché para quedarme unos días y hacer algo de turismo. Tuve suerte y coincidió que era la época del año en la que el calor no es abrasador. En la capital de ese país, Mascate, se encuentra la gran mezquita del sultán Qaboos que vemos hoy y que apareció por primera vez en distorsiones en abril del 2005 en la anotación Omán séptima parte ? Turismo en Moscate I. Como ha sido el caso con anteriores imágenes de ese viaje, no tienen una anotación específica para cada una de ellas porque en aquellos ancestrales años no solía hacerlo. En cualquier caso, el error ha sido subsanado y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
-
No podíamos parar de reir
El relato comenzó en Un viaje a Granada via Málaga
Después de andar Yendo a la Alhambra tres veces durante el mismo día, el Niño y un servidor regresamos al apartamento para encontrarnos con Waiting y er Pisha de Caí y los cuatro nos fuimos juntos a cenar. Como los bares de tapeo estaban petadísimos de gente, optamos por un restaurante adosado a uno de ellos. La comida estuvo bien aunque no fue memorable. Tras la cena, Waiting, el Niño y un servidor nos queríamos ir a tomar unas copitas pero er Pisha estaba destrozado y optó por retirarse. Nosotros teníamos las pilas alcalinas puestas y nuestra determinación era muy intensa. Como dice Waiting, ella no se arregla para regresar al momento y quería un mojito.
Nos acercamos a la calle de copas y buscamos a una pedorra ticketera de la que el Niño se había enamorado instantáneamente, algo que le sucede con mucha frecuencia porque que nadie tenga la menor duda, el Niño dice que lo que cuenta es el exterior y la belleza interior que se la metan por donde les quepa. Eso sobrio, que borracho baja mucho el listón y acaba con cada Orca que no veas. Bueno, le preguntamos a la chama ticketera y nos dice que ella reparte para tres locales pero ninguno de ellos tiene mojitos. Como era una bella persona, nos indicó dos sitios en los que sí que los podíamos conseguir. No le hicimos mucho caso y seguimos paseando por la calle de copas y nos paró otro ticketero, uno que creo que era terrorista musulmán o quizás cubanito y ese nos llevó a un local en el que tenían mojitos y además nos daban chupitos gratis. Los pedimos y nos los tomamos charlando. En el local estaba la mitad del elenco de la película El señor de los Orcos y los putos enanillos, unas tías que no se las deseo ni a un enemigo y unos tíos que deberían avergonzarse de estar tan estropeados en la veintena. Claro, como nosotros somos seres superiores y encandilamos a la concurrencia, a veces no nos damos cuenta que también tiene que existir la mediocridad en el universo para que exista el equilibrio. Lo cierto es que lo único bueno del local es que nadie fumaba.
No estoy seguro pero puede queel lugarseaes el barel CírculoBabel. Después de terminarnos nuestros mojitos decidimos pirarnos e ir a uno de los que nos había recomendado la ticketera, uno que supuestamente era una coctelería solo que muy pequeña.Abrimos la puerta del sitio, entramos y no veas si era pequeño. Había más espacio tras la barra que en la parte de los clientes. Era un línea larga con la gente en fila y nos apalancamos en un rincón y pedimos dos mojitos y una cerveza para el Niño, que parece no captar el concepto de que la cerveza española es mala y similar a meados de vieja dopada a base de medicamentos gratis de la Seguridad Social. En el local vimos a tres günter que debían ser de algún país del este o alemanas, material muy estropeado y decadente. A la que parecía en mejor estado le entró un chamo que puede que fuese holandés. Nosotros riéndonos de ellas y de él en nuestro rinconcito y bebiendo. Estando allí decidimos pasar por un bar de copas que estaba justo al lado del piso que alquilamos llamado Tantra – Fashion & Drink y tomarnos allí la última. Esa fue nuestra perdición.
La puerta del Tantra era como la la antesala del infierno pero una vez pasas dentro y creo recordar que había un tío controlando la puerta aunque no cobraba o quizás fue que Waiting le tiró un plátano o algo para comer, que los gorilas de las puertas también tienen sus necesidades fisiológicas y la comida con ellos siempre funciona. Una vez entramos la música era muy chula y había muy buen ambiente. Nos acercamos a la barra, pedimos nuestros mojitos y nos llevamos un disgusto cuando nos dicen que no tienen. La camarera, monita y tal y tal nos dice que hay una promoción del ron Barceló platino y pedimos cubatas de ese ron y nos da unos boletos de rasca-rasca. Mientras nos bebemos nuestros cubatas, Waiting se pone a rascar los boletos pero no ve ni torta y un argentino que estaba de ladilla agarrado a la barra se los ilumina con su teléfono y ya no se nos separó en toda la noche y mira que le juramos por las bragas sucias de la Pantoja que Waiting tiene novio, ya que el alcohol es muy malo para la memoria y se nos quiso de olvidar y se nos olvidó que en realidad ya ha firmado contrato y está vinculada a él por un sacramento y un contrato legal vigente en al menos dos países y como uno de ellos forma parte de la Unión Europea, en realidad su contrato es válido en el área de influencia de la UE.
En este punto merece la pena detenernos unos instantes para cagarnos en la puta madre que parió a los que maquinaron la nueva ley anti-tabaco. Esto es lo peor que nos ha pasado nunca a los no fumadores. Nosotros antes no salíamos y éramos felices pero es que ahora los bares son unos antros de perdición para los seres superiores como yo que no fumamos. Es que claro, los Orcos y los inferiores han de salir cada dos por tres a calmar su drogadicción y pegarse un chute y nosotros que no tenemos el problema nos quedamos allí privando, bebiendo sin parar. Primero un cubata, luego otro y otro más y venga a recibir boletos y a rascarlos y a ganar una camiseta y otra y otra más y un kit de viaje y así hasta que perdimos la cuenta porque es que nos tocaba de todo. Yo calculo, exagerando por lo bajo o quizás incluso sin hacerlo que ganamos siete camisetas y diez kits de viaje.
Claro, si combinas el magnetismo y el carisma de Waiting con el metro noventa y seis del Niño y la fascinación que todos los seres del mundo y del universo sienten por el autor de la mejor bitácora sin premios en castellano, entonces comprenderás que nos convertimos en el corazón de la juerga y todo el mundo tenía que ver con nosotros.
Me he propuesto estirar esto como el chicle así que seguiré con el relato otro día.
El relato continúa en Seguíamos sin parar de reír
-
Declive en rosa pálido en el club de las 500
Normalmente buscamos la belleza en las cosas perfectas y nuevas, en esas que no tienen una mácula y despreciamos aquellas que dejaron atrás sus mejores días. En el Keukenhof, los tulipanes que ya no lucen bonitos los cortan y los retiran para que la imagen que se lleve la gente del lugar sea la de aquellos que son perfectos. En una de mis visitas al parque me tropecé con estos tulipanes que estaban a punto de ser cortados y que fotografié descubriendo más tarde que la imagen tiene un montón de fuerza y belleza. Vimos esta foto por primera vez en septiembre del año 2006 en la anotación Declive en rosa pálido y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
-
Bici taxi
Ya he puesto alguna foto con bici taxis en la ciudad de Amsterdam, lugar en el que parecen ser muy populares entre los turistas e imagino que ayuda la falta de taxis de verdad que hay en la ciudad, ya que o los llamas para que vengan a buscarte o no los encuentras por casi ningún lado (y definitivamente no puedes parar uno por la calle levantando el brazo). Esta bici taxi la vi en Museumplein y el chaval que está sentado en la misma es el conductor. Una vez me crucé con una que llevaba a tres turistas ingleses con sus maletas y que parecía a punto de colapsarse o de que el conductor reventara por el esfuerzo de mover todo aquel peso. Por desgracia ya era de noche y mi teléfono no consiguió hacer la foto así que no quedó constancia del suceso. Como el que no se conforma es porque no quiere, hoy disfrutamos con esta.