La Quinta Avenida de Nueva York es como el barrio que todos conocemos y en el que nos movemos sin problemas porque la vemos en un montón de películas cada año. En ella se encuentran varios edificios que reconocemos al instante, emblemáticos y que de alguna manera están ligados a nuestras vidas. Tenemos la catedral de San Patricio, la tienda de Tiffany’s, el MET o la fabulosa tienda Apple que está justo en la esquina en la que comienza Central Park y que tiene un cubo de cristal encima. Por esa tienda pasan cientos de miles de personas cada año, está siempre llena y abre las veinticuatro horas del día. Esta foto la vimos por primera vez en la anotación New York desde la Apple Store que apareció por aquí a finales de enero del año 2007 y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Regresando por Eindhoven
Lo malo de salir del aeropuerto de Gran Canaria con un avión que pasa allí la noche es que tu vuelo posiblemente sea a horas intempestivas. En mi caso, el avión que me tenía que devolver a Holanda despegaba a las seis de la mañana y eso significaba que el madrugón iba a ser legendario, pero también sabemos que ese es el precio que hay que pagar por reservar en una compañía de vuelos baratos. A las cuatro menos veinte estaba en la ducha, tratando de despertarme y unos minutos más tarde metía en mi trolley las viandas que guardaba en la nevera, cerraba la maleta y me aprestaba a esperar el taxi que me llevaría al aeropuerto junto con mi hermana y mi sobrina ya que ellas también volaban, aunque en otra dirección, prácticamente a la misma hora.
El taxi apareció exactamente a las cuatro de la mañana y un rato más tarde caminábamos por el aeropuerto. Los mostradores de facturación de Ryanair en el aeropuerto de Gran Canaria no están en la terminal de salidas nueva ni tampoco en la vieja. Hay que bajar a llegadas y en un lugar recóndito y escondido, como avergonzándose de permitir a esa aerolínea trabajar en ese aeropuerto, allí los encontré. Como siempre, la gente no se lee las condiciones de los billetes y se cree que sabe más que los trabajadores y cuando les dicen lo que tienen que pagar lo flipan en colores. Le pasó a una pareja que llevaba dos maletas que sobrepasaban el límite de peso por una burrada y a una mujer que llegó sin imprimir la tarjeta de embarque y se le cortó la regla y se le convirtió en un vino rosado cuando le dijeron lo que tenía que pagar. Hay que ser SUBNORMAL profundo para no leer los miles de correos que te envían avisándote. La tipa se merece que la metan en la bodega de carga del próximo bombardero y la tiren sobre Libia.
Después de facturar, me reencontré con mi hermana y esperamos a que se abriera el mostrador de facturación de su vuelo. El avión, un Air Europa que iba desde Gran Canaria a Lanzarote a las seis y cuarto de la mañana, iba petadísimo de gente y la chica de facturación nos dijo que serían SEIS personas en un trasto en el que caben ciento y pico. Pasamos el cachondeo del control de seguridad, yo como siempre con los bolsillos de la chaqueta llenos con el desodorante y las cosas líquidas para no tener que ponerlos en una bolsa transparente y como siempre, no los detectaron. Lo repito por enésima vez, lo de los controles en los aeropuertos es un cachondeo pensado para sacar a la gente el dinero en tasas y para hacer como que estamos más seguro sin que sea cierto. En la parte «segura» las tiendas comenzaban a abrir y aproveché para comprar una botella de vino y así llevar las dos parejitas. A las cinco y cuarto se abrió el embarque y los de la cola de PRIORIDAD entramos los primeros. Siempre hay el espabilado que se hace un Lina Morgan a lo Tonta del bote y pretende pasar pero lo placaron y enviaron a la cola correcta humillándolo públicamente.
Entré de los primeros y me apropié de una de las ventanas de emergencia sobre el ala, con lo cual tenía un asiento fastuoso y un montón de espacio para las patotas. La plebe llegó al poco, corriendo y sacándose los ojos por conseguir un asiento y cuando todos entraron, cerraron las puertas y comenzamos el rodaje hacia la pista de despegue. A punto de esconderse por detrás de las montañas de Gran Canaria pude ver la luna enorme que se paseó por los cielos de la Tierra este fin de semana. Despegamos y comenzó la rutina habitual de los azafatos, o sea, el mercadillo en el que venden de todo. Noté que parece haber una correlación entre ellos vendiendo y el aviso para abrocharse los cinturones. Cada vez que iban a comenzar una ronda se enciende el aviso, la gente vuelve a sus asientos y ellos pasan sin problemas. Por supuesto no había absolutamente ninguna turbulencia así que intuyo que son órdenes de la empresa. Por desgracia para ellos yo me llevé una palmera, unos roscones y una botella de agua y desayuné con cosillas que me gustan más que lo que ellos venden. El vuelo lo maté jugando con el iPad, viendo episodios de las series que sigo y leyendo un libro electrónico (¿e-libro? en español quizás). La duración total del vuelo de vuelta fue de cuatro horas y veinte minutos y aterrizamos más o menos en hora en Eindhoven. Salimos y la gente salió disparada para el baño del aeropuerto en donde se montó un atasco increíble. Tras recoger la maleta me acerqué a la parada de guaguas y había una pero estaba vacía y no se abrían las puertas. La gente esperaba en cola y cuando apareció el conductor la encendió pero no abrió las puertas y como nadie hizo ademán de pulsar los botones que las abren, se marchó dejándonos allí tirados y cagándonos en la puta que lo cagó. Espero que toda su descendencia sea de jacosos que no lleguen a los treinta y que los vea morir a todos. Según llegó la siguiente guagua un cuarto de hora más tarde nos metimos todos y para joder, la mitad de la gente no pagó el billete.
El viaje desde el aeropuerto nos lleva junto al estadio del PSV y el asombroso edificio Evoluon que veis en la foto anterior, una especie de OVNI supuestamente inspirado por una idea de Frits Philips para conmemorar el 75 aniversario de la compañía Philips.
Al llegar a la estación tomé el tren hacia Utrecht y después un autobús hasta mi casa. Mientras viajaba, mis amigos comenzaban a contactar conmigo porque sabían que volvía ese día. El Rubio me llamó y me dijo que cogiera unos gallumbos limpios y el bañador y me fuera a su casa para cenar con ellos, pasar la tarde/noche y por la mañana del domingo irnos todos juntos a la piscina. El Niño empezó a mandarme esemeses exigiendo la lista de películas que íbamos a ver el domingo. A veces envidio a los dosputocerolistas, esos desgraciados que se apalancan en sus casas, se enorgullecen de sus ciento noventa amigos y no tienen vida social alguna. Yo es que no paro y ni sesenta minutos después de tomar tierra y ya estaba con el stress de tener que correr para todos lados. Para redondear este día al entrar en mi casa y antes de salir para casa del Rubio compré el billete para mi próximo gran viaje al sudeste de Asia, pero esa será otra historia ??
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La semana pasada en Distorsiones
Por increíble que parezca, vuelvo a estar en los Países Bajos después de una nueva parada en España, en esta ocasión en Gran Canaria. Aunque me he quedado a la mitad del relato del viaje anterior, los anidamos recursivamente y así tenemos Del norte al sur con la historia del salto de tres mil y pico kilómetros, estuve Solo en la playa la mayor parte de los días y una tarde anduvimos Buscando el tajinaste azul. Aún me queda cerrar con el capítulo de la historia del regreso y retomaré lo de Granada y Málaga.
Comentar que aún queda una postal del regalo del mes de marzo así que si alguien la quiere que se ponga las pilas.
La interminable serie de viejas fotos que llegan al Club de las 500 continuó una semana más y parece que seguirá durante dos o tres días antes de dar paso a fotos de Langkawi y si me pongo las pilas y las proceso, a fotos de Melaca. Comenzamos la semana con una foto atípica del baño de mi casa en Baño día 9 en el club de las 500 y desde allí dimos el salto a Washington D.C. para ver el Jefferson Memorial y Washington Monument en el club de las 500 antes de pasar por Nueva York y mirar hacia las Escaleras hacia la Libertad en el club de las 500 regresando a la vieja Europa por la ciudad de Berlín para ver el Palacio de Charlottenburg en el club de las 500 y finalmente parar en Barcelona frente a la Casa Batlló de noche en el club de las 500.
En lugar de una foto de bicicletas tuvimos El felpudo del asiento que alguien le puso a una en la parte posterior.
Fui al Cine seis veces pero hablé solo de tres películas. Comenzamos con el taquillazo de Torrente 4 ? Lethal Crisis, una película bastante mediocre. Seguimod con una comedia argentina muy entretenida llamada Cuestión de principios y acabamos con el drama de La mitad de ?scar. Todas ellas están ahora mismo en cartelera en España.
Una semana más me salto las fotos de comida ya que lo bueno de no parar por casa es que no se cocina. Espero retomar el hábito en los próximos días.
Y así transcurrió la semana …
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La mitad de Óscar
El día antes de regresar a Holanda miraba la cartelera del cine en España y no había mucho donde elegir, sobre todo cuando lo reducimos a cine español o latinoamericano. El único estreno español que llegó a la cartelera de Gran Canaria era una película que por lo que leí en la red, era más bien cine de autor y me tenía un poco asustado, ya que últimamente no gano para disgustos con los productos de la patria. Pese a mis recelos, decidí darle una oportunidad y mientras esperaba a que comenzara la película ya me predisponía para que no me gustara, pensando en las burradas que iba a poner por aquí al comentar la misma. Al final me temo que no podré hacerlo. La película se llama La mitad de ?scar y la tenéis ahora mismo en cartelera.
Un julay más raro que un tiro de gofio tiene un rollo extraño con su hermana afrancesada y el Cuñao
El protagonista trabaja de guardia de seguridad en una salina de Almería. Parece tener una vida muy repetitiva en la que además de ir a trabajar, visita a su abuelo en el asilo y hace actividades rutinarias al llegar a casa. Cuando su abuelo sufre un empeoramiento y lo ingresan en un hospital, su hermana, que vive en Francia, viene a verlo y salen a la superficie un montón de movidas chungas que hay entre ellos desde tiempos pasados que no fueron mejores.
Esta es una película que elige un camino muy peculiar para explicarnos las cosas. En lugar de decirlas, las tenemos que adivinar a través de imágenes y de medias frases que no revelan el tema pero que lo sugieren. Tenemos un protagonista que parece moldeado en base a sus manías: se sienta siempre en el mismo sitio, hace siempre lo mismo al llegar a casa o al ir a la residencia y se intuye que es un descastado social, una persona que ni siquiera consigue falsos amiguitos en el CaraCuloLibro. Al empeorar su abuelo y ser hospitalizado su rutina cambia bruscamente con la llegada de su hermana y su novio francés y la película se centra en esos días. El guión no tiene una gran historia que contarnos ni hay mil millones de cosas que suceden pero tampoco parece hacerle falta. Tenemos un par de asuntos para tratar y lo hacen de manera no clara pero si efectiva. Hay cierta forma de poesía en las imágenes y en lo que tratan de decirnos con las mismas, en la preferencia por los planos en los que los actores están de espaldas a nosotros y son meras siluetas, en la orografía de Almería y en los silencios y la falta de música. Todo eso va calando en nosotros y nos vamos sumergiendo en este océano muy revuelto en el que la marejada va a más. El protagonista consigue transmitir emociones sin hablar, con sus gestos y a veces ni siquiera moviéndose. Lo mismo sucede con su hermana, una chica que parece normal pero que al juntarse con la familia se va transformando en un ser hosco y que guarda un turbio secreto.
En definitiva, un drama de esos que sin calar, no te dejan indiferente, bien dirigido, bien interpretado, duro de asimilar y que pasará completamente desapercibido por la cartelera ya que no es lo que la plebe quiere ni puede entender. Pese a lo complicado del lenguaje que usan para contarnos la historia, una buena opción para aquellos que tienen más de una neurona y les gusta usarlas para pensar de cuando en cuando. Absolutamente desaconsejada para cualquiera de los miembros del clan de los Orcos.