La Iglesia de San Nicolás en la zona de Malá Strana es una de las más visitadas en la ciudad de Praga. Os la encontraréis después de cruzar el puente de San Carlos y hay que pagar para visitarla (aunque lo denominan donación). Tiene una cúpula que se levanta setenta y cinco metros del suelo bastante impresionante y que permite localizarla desde cualquier vista aérea de la ciudad. La iglesia es uno de los monumentos barrocos más importantes de Europa y se levantó en el siglo XVII (17 …)
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La cena imposible
Algunos de los mejores momentos de nuestra vida suceden sentados alrededor de una mesa mientras comemos. Por supuesto lo hacemos rodeados de gente con la que queremos estar.
Mi amigo el Niño llevaba casi un año invitándome a cenar a su casa y siempre algo se interponía en el camino y hacía que se cancelara la visita. Hay momentos en los que ambos hemos llegado a creer que existía alguna conspiración judeo-borbónica para evitar el evento. En la antepenúltima ocasión tuvo que ir a una inesperada reunión familiar en la que sus padres le informaron que se divorciaban, en la penúltima yo ya estaba en ruta hacia la casa pero se convirtió en el día en que la nieve fue la protagonista y tuvimos que cancelarlo y después de intentarlo en repetidas ocasiones, acordamos que el fin de semana pasado sería la visita. Consultamos todas las páginas que informan sobre la previsión meteorológica, comprobamos el estado del transporte público en la ciudad y cruzamos los dedos porque algo tan sencillo como ir a visitar a un amigo se había transformado en una misión imposible.
El sábado salí temprano de mi casa para tener margen en caso que algún desastre golpeara a los Países Bajos y como tampoco es que me fíe mucho de las dotes culinarias de mi amigo, me hinqué un cono de papas fritas del Manneken Pis, los locales que han ganado el premio por hacer las mejores papas fritas de los Países Bajos y por extensión del Universo. Llegué tan sobrado de tiempo a Amsterdam que pude comprar gominolas y demás y ver una película antes del encuentro. Después de mi primera película llegó el Niño y compramos las entradas para mi segunda película, la cual veía por segunda vez. Se trataba de Invictus. El niño se estaba quejando porque no había comprado nada cuando yo abrí la mochila mágica y empecé a sacar toda el azúcar del universo y algunas magdalenas que me había traído conmigo. La película fue fantástica, me gustó tanto o más que la primera vez en que la vi y después de la misma aún no llovía, no nevaba o helaba y hasta circulaba el transporte público, así que pudimos tomar el tranvía que nos llevó a su casa. Vive en un edificio de apartamentos nuevo que diseñó algún arquitecto famosísimo y que se ve espectacular por fuera. Me temía lo peor porque ya sabéis que hay una ley que dice que la habitabilidad de una vivienda es inversamente proporcional a lo bonito que lucen por fuera (las casas cúbicas de Rotterdam son un buen ejemplo) pero al llegar a los patios interiores del edificio, salvo por unas enormes esferas blancas que nacen del suelo y que son las luces no había nada raro. Le pregunté si no las rompe la gente pero me dijo que no hay terroristas musulmanes entre los vecinos y por el precio del alquiler, es poco probable que los haya, así que no hay que preocuparse.
Después de tanta espera, finalmente lo visité. Comparte casa con dos compañeras de piso. Una fuma y estaba en mi lista negra desde antes de conocerla así que él se las ingenió para que ese día no estuviera en la casa y la otra anda de vacaciones en España, en las zonas turísticas que frecuentan los holandeses y tratando de encontrar un macho con el que juntarse y formar familia. Pese a que ninguna de ellas estaba en la casa, por supuesto me enseñó sus dormitorios y tratamos de encontrar braguillas usadas para capturar la esencia de sus respectivas almejas pero no hubo suerte. Después de haber visitado las casas de sus dos últimas novias, me temía lo peor. En una de ellas tenían hasta un ratón en la cocina que era como familia y la otra vivía en un piso de estudiantes que no tenía baldosas, moqueta o tarima en el suelo, únicamente el cemento que quedó cuando se construyó.
La casa del Niño es normal y hasta podrían pasar por una familia, algo disfuncional y con una fumadora pero familia al fin y al cabo. Cuando aún no salía de mi asombro ya que me temía lo peor, se puso a cocinar y ahí sí que aluciné en colores. Preparó una lasaña y un brownie que decoró con helado y coco rallado. Antes, durante y después de la cena tuvimos una gran conversación que como siempre, desbarró por caminos poco convencionales. Aunque el Niño es de estos que creen que no es natural alejarte más de cien kilómetros del lugar en el que te parieron, este año ya hemos apalabrado que en junio se viene conmigo a Gran Canaria y así podrá practicar su inexistente español y verá y comprenderá las razones que me impulsaron a emigrar y poner más de tres mil kilómetros de por medio. Seguro que cuando lo lleve a Vecindario se pensará que estamos dentro de un juego de la PS3.
Al menos ya hemos borrado de la lista de cosas pendientes esa cena imposible que finalmente sucedió.
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Loreta na Hrad?anech – Loreto en Praga
Situada en la parte alta de la ciudad, el complejo de edificios consta de un claustro, la iglesia del Nacimiento de Nuestro Señor y una torre de campanario con un famoso carillón que lleva allí más de trescientos años. Hay que pagar para entrar pero definitivamente merece la pena. Tienen una colección de joyas pertenecientes a la virgen de Loreto impresionante y el claustro y las diferentes salas están muy bien conservadas.
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Ni dimisión ni asumir errores
En un anuncio que ha tomado a la suciedad mundial por sorpresa, los directores ejecutivo (CEO) y de marketing de la Iglesia de los Católicos han defendido la labor de su empresa y lo injustos que son los medios de comunicación y la sociedad con la misma. En su comparecencia, han hecho hincapié en la labor realizada por su organización durante milenios trabajándose a las Viejas del País a través de su extensa red de sacerdotes que satisfacían en múltiples niveles a esas personas a las que la sociedad ya no quería consolar. Esta labor se hizo siempre sin pedir nada a cambio, o casi nada, ya que no se puede considerar pedir el exigir un porcentaje de lo recaudado en los impuestos ni tampoco el que terceras partes apoquinen guita para el mantenimiento de su extenso patrimonio inmobiliario obtenido por la fuerza y la jeta.
El director ejecutivo explicó que su organización se ha tenido que ir adaptando y el siglo XX (veinte para los disminuidos del conocimiento vernáculo) estuvo lleno de retos.
Con la sociedad de consumo llegó también la necesidad de más atención religiosa y a nosotros nadie nos ha regalado nada. El público está acostumbrado al gratis total y no comprenden que una organización como la nuestra tiene sus gastos. Si a eso añadimos la novedad de la catequesis y el acceso a los niños que sus propios padres nos ponían en la puerta, resulta fácil de entender que si nos ponen en una encrucijada y a un lado tenemos Viejas del País y al otro chiquillas a las que ni siquiera les ha crecido un pelillo en los alrededores de la Pipa y niños de voces angelicales, nuestros empleados prefirieron realizar su labor de evangelización con los niños y no con las viejas. No lamentamos lo que se ha hecho, no revisamos nuestra organización para ver lo que está mal, arreglarlo y así evitar problemas en el futuro y por supuesto, aquí nadie dimite ni se asumen errores que para algo, nuestra empresa pende directamente del mismísimo Dios que inventamos y patentamos hace tantos milenios y del que seguimos y seguiremos cobrando derechos de autor y asegurándonos que su palabra solo es interpretada por nuestros profesionales, hombres que han recibido la formación adecuada en la que se les explicaron conceptos tan extraños y poco afines como los DIEZ MANDAMIENTOS.
En su comparecencia ambos directores se negaron a responder las capciosas preguntas de la prensa en las que se les pedía su opinión sobre la interpretación liberal que los sacerdotes parecen estar haciendo de los siguientes mandamientos:
– NO cometerás actos impuros
– NO consentirás pensamientos ni deseos impuros
– NO dirás falso testimonio ni mentirasSe limitaron a señalar que la iglesia católica entiende por actos impuros todo lo relacionado con nuestra higiene diaria y recomienda encarecidamente el lavarse las manos antes de comer, una ducha al día y el uso de desodorante si se viaja en transporte público o incluso si vuestro vehículo carece de aire acondicionado. Además, los mandamientos llegaron en dos tablas y aunque no hay ninguna duda sobre la primera, siempre ha rondado la sombra de la sospecha sobre estos mandamientos que estaban en la segunda, la cual se sabe que cayó en las manos de grupos de Código abierto, esa mafia que no deja de clamar sobre los beneficios prácticos de compartir libremente y sin tolerar los derechos de autor. Es más que probable que estos terroristas de la verdad hayan manipulado las tablas y cambiado el mensaje del Altísimo para así provocar el descrédito y la caída de tan preciada empresa.
La iglesia y todos sus empleados, con su milenaria historia de atropellos de todo tipo que han culminado en los abusos sexuales a menores indefensos, se niega a reconocer los hechos y piden el respeto que se merecen al preferir el silencio y pasa al contraataque denunciado a todas y cada una de esas presuntas víctimas ya que obviamente, todas han incumplido el octavo mandamiento, ese que dice que NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRAS.
El CEO de la iglesia fue muy rotundo en sus declaraciones:
En el futuro exigiremos la firma previa de un contrato a los menores y a sus padres y en el mismo estableceremos una declaración de derechos y responsabilidades que nos exima de la misma y en la que quede claramente estipulado que pase lo que pase SIEMPRE será culpa del menor y nuestros sacerdotes no podrán ser llevados a juicio. Y al que no le guste, AIRE y que no venga más tarde a quejarse cuando el vídeo de su boda no queda bonito porque no consiguió un local tan hermoso como cualquiera de nuestras iglesias. Defenderemos con uñas y dientes nuestra marca y nuestro reconocido estándar de calidad.