
Mira que hace tiempo que no pongo recetas de cocina y eso que tengo unas cuantas ya seleccionadas. Como hoy no estoy por la labor de escribir vamos a lo fácil y nos regalamos con una receta muy sencilla de hacer y que está para chuparse los dedos. La receta la tomé de uno de los libros de Jamie Oliver que tengo y os garantizo que hasta el más torpe la puede hacer sin excesivos problemas. El tiempo de preparación es de unos diez minutos, que viene a ser el tiempo que tarda el horno en calentarse y si añadimos los veinticinco minutos de horno, en poco más de media hora puedes tener una receeta sana, original y sabrosa. A mí me gusta comer esto con zanahorias y guisantes hervidos y aderezados con un pelín de mantequilla y algo de puré de manzana pero unas papas fritas también le van bien.
Una de las cosas que me gustan de esta receta es que está pensada para una persona. Si vas a cocinar para varios, las matemáticas son muy simples. Sin más dilación, procedamos a explicar el concepto:
Ingredientes: Una pechuga de pollo, cuatro lonchas de beicon, tomillo, puerro, aceite de oliva, mantequilla, vino blanco, sal y pimienta.
La implementación: Esta es una de esas recetas agradecidas y que se preparan sin esfuerzo. Lo primero es encender el horno a 200 ºC y mientras se calienta poner en un bol la pechuga de pollo (limpia, sin piel), el puerro cortado en rodajas, el tomillo, un buen chorro de aceite de oliva, un poquito de mantequilla, un chorro de vino blanco, sal y pimienta y mezclar todo bien. Se pone en el fondo de la fuente que vais a usar para cocinar el puerro y la salsilla y sobre esto se coloca la pechuga envolviéndola en las lonchas de beicon. Poner un poco de aceite de oliva sobre el beicon y untar. Se cocina durante unos veinticinco minutos y se puede acompañar con papas fritas o un poco de arroz.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa