Esta es una de esas películas que ponen el trailer a porrillo en todos los multicines y cuando por fin llega a las salas, solo la ponen en la filmoteca, con lo que aproveché una de mis visitas de este otoño a Ámsterdam para ir a verla y aluciné cuando solo éramos dos en la sala, que yo pensaba que el tema de los abortos ilegales atraería multitudes porque es algo que vuelve a estar en el candelabro después de que una banda de criminales convertidos en jueces hayan legislado en gringolandia, pero no fue así. La película se titula Call Jane y parece que en España no se estrenará hasta mediados de abril del año próximo con la fascinante traducción de Todas somos Jane que no pega ni con cola, que habría sido mucho más claro poner truscoluña no es nación.

Una julay empreñada aborta en un bochinche y después participa en el negocio

Resulta que en los sesenta en gringolandia, las hembras lo tenían crudísimo a la hora de abortar y los médicos, que eran hombres, consideraban que lo importante era salvar al bebé y si la madre moría, pues que le den por el orto. Una pava en esas circunstancias y desesperada porque no quiere morir, encuentra una organización que organiza abortos ilegales, le hacen el suyo y después se involucra y trabaja con ellos, comenzando primero acompañando a las que contratan el servicio y finalmente trabajando de enfermera y de mucho más. Lo más flipante de todo esto es que cosas así sucedieron en realidad y quizás tendrán que volver a crear estas redes dentro de tres o cuatro semanas porque por allí las cosas pintan bien negras para las hembras.

Como historia, resulta muy interesante y definitivamente, flipé con la historia y con los resultados, que ayudaron a más de doce mil mujeres a abortar en su zona y no se les murió ni una, o eso dicen. También resulta alucinante que entre las que curraban allí había una monja, que uno pensaría que alguien así estaría totalmente en contra de estas cosas pero parece ser que no. Según avanza la peli, una situación que ya es increíble se vuelve aún más increíble, pero no puedo decir nada o chafo ese giro flipante de la historia. Sigourney Weaver está espléndida, igual que Elizabeth Banks. Entre los hombres, solo Cory Michael Smith parece tener un personaje con algo de profundidad, el resto de hombres que salen están allí como para adornar y uno de ellos, para chingarse a una de las protagonistas. La película podría haber mejorado si le quitan un cuarto de hora, que con dos horas y varias iteraciones de abortos, tuvo un rato en el que se limitaban a repetir el proceso una y otra vez sin avanzar en la historia.

Esto es algo que jamás podrían ver los miembros del Clan de los Orcos, son muy básicos y tampoco creo que sea del gusto de los sub-intelectuales con GafaPasta. Tarde o temprano acabará en la tele y si te pilla, vale la pena verla.