Ahora que sabemos que ya no dejan subir a lo alto de la Shwesandaw Paya para ver las puestas de sol o para hacer fotos durante el día, la imagen de hoy es prueba irrefutable que yo estuve allá arriba y trepé por esas escaleras terroríficas con unos escalones que parece que los forjó el demonio truscolán porque todos son de un grosor distinto y acabas tropezando y al bajar, o lo haces con mucho cuidado, o te escoñas. Aunque creo recordar que fui a ver la puesta de sol a ese lugar, estaba muy nublado y no fue nada del otro mundo y no tengo fotos de la misma, aunque con la de puestas de sol supuestamente únicas e irrepetibles que he visto, me estoy insensibilizando demasiado y todas me parecen similares.
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Shwesandaw Paya
La Shwesandaw Paya es una de las más populares entre los turistas. Este es el lugar favorito para ver la puesta de sol y como la pagoda tiene escaleras exteriores por sus cuatro lados, la convierte en una grada muy conveniente entre los grandes templos y desde donde se puede presenciar la puesta de sol. Durante el día el lugar está desierto ya que hay templos mucho mejores pero al atardecer, crecen los vendedores de recuerdos, de botellas de agua y de postales y libros y van llegando los turistas por manada para coger los mejores lugares. Esta pagoda es del siglo XI (equis-palito). Al parecer, hoy en día han bloqueado el acceso a las terrazas por las escaleras con lo que todo lo que comenté fue en un pasado no muy lejano y ahora es simplemente otro templo, el primero en tener las escaleras externas desde la base hasta la parte superior de la pagoda y uno en el que supuestamente hay una reliquia de un pelo de Buda.
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La semana pasada en Distorsiones
En una semana sin tiempo real o virtual, me dediqué a Comer y tramar. Con la llegada del nuevo mes, vimos Las fotos más populares de noviembre en mi flickr. En la semana en la que Sinterklaas trabajaba a destajo vimos unos Zapatos para Sinterklaas. La semana estuvo marcada por las cosillas holandeses y así tanbién aprendimos sobre la Alerta de emergencia por mensaje y continuamos con el Amsterdam Light Festival
La orgía de templos de Bagan continuó En la terraza superior del Gawdawpalin Pahto y vimos una Imagen de Buda en el Gawdawpalin Pahto y continuamos con mi foto favorita de todas las que hice en Birmania, La pagoda Bupaya y de allí fuimos a ver la Mingalazedi Paya y terminamos con un Buda en la Sinmyarshin Paya.
La semana pasada fue otro pequeño desastre en lo relativo al Cine y solo pude ir a ver dos películas y ambas eran repeticiones. Fui por cuarta vez a ver Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 1 – The Hunger Games: Mockingjay – Part 1 y por tercera vez Interstellar. Por suerte me quedaban un par de películas en la despensa y así hablamos de la interesante My Old Lady y de la fantástica Whiplash. Hasta este punto he ido a ver ciento noventa y ocho películas, con lo que estamos a solo dos para lograr la cuota anual. Dado que hoy voy al cine, solo tendré que ver otra esta semana y lo habré logrado. Estará complicado porque vuelvo a tener siete días terroríficos. El año pasado llegué a esa cantidad un par de días antes de navidades con la película Tres bodas de más.
Cada día tenemos una nueva foto en Comida en fotos y como no paré por mi casa, no hubo demasiada comida en el resumen semanal:
Y así transcurrió la semana …
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Whiplash
Igual es porque voy al cine demasiado pero me da la impresión que hoy en día hay muchas más películas musicales o girando alrededor de la música que hace unos años cuando solo la Disney se atrevía a poner música de alguna manera en sus películas animadas. En este caso no se trata de cantar, sino de convertirte en un maestro de un instrumento al que no le tenemos una gran estima. La película se llama Whiplash y se estrenará en España a mediados de enero con el mismo título, aunque sopesaron llamarla truscoluña no es nación.
Un julay se toca los timbales por activa y por pasiva mientras el profe le da caña que no veas
Un chaval que toca el tambor está en una academia musical muy buena y el profesor más borde y prestigioso que tienen se fija en él. El hombre tiene un método de aprendizaje que se puede ubicar entre el sadismo y la perversión y el chaval quiere y quiere pero siempre parece que está con el trauma de no poder. La relación entre ambos irá de mal en peor y se volverá destructiva para ambos.
Esta historia es básicamente un duelo a muerte entre Miles Teller y J.K. Simmons. Al primero lo conocemos por multitud de películas para adolescentes en las que hace de descerebrado y jamás de los jamases se me pasó por la testa que supiera actuar. Aquí se transforma en un pedazo de actor del copón y brilla mientras sufre y nos hace sufrir con él. Su obsesión, su perfeccionismo, su frustración y sus miedos se transmiten perfectamente desde la pantalla. El profesor y malísima persona es J.K. Simmons y borda su papel. Hay momentos en los que no sabes si lo hace porque le encanta joder a la gente o porque realmente quiere llegar a la perfección pero siempre te tiene dominado y su imagen llega a asustar. Hay otra gente en la película pero poco menos que no existen, estos dos hombres los anulan por completo. La historia es poderosa, el nivel de tensión es sencillamente insoportable y estás enganchadísimo al relato desde el principio al final, único momento en el que aflojan un poco. La música es un elemento fundamental y en este caso tenemos jazz, que brilla también y se te cuela en el cabezón, saliendo del cine tarareando alguna de las canciones. La película ni es simple ni simplona, tiene varios giros argumentales que no te esperas y que funcionan bien y siempre está bañada de un aura dramática que llega a doler.
Probablemente si un miembro del Clan de los Orcos entra a ver esto, saldría del cine a los diez minutos espantado. Por otra parte, es de visionado obligatorio para los sub-intelectuales de GafaPasta.