Esta debía haber sido la foto definitiva, lo máximo y la prueba contundente del maravilloso lugar que encontramos lleno de amanitas muscaria. Por desgracia el sol tan fuerte que lucía ese día acabó con nuestro sueño. Una lástima porque aquello prometía y sitios así no sobreviven más de uno o dos días.
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En tetas y a lo loco
Os digan lo que os digan lo cierto es que uno va al Photokina no solo para ver la tecnología sino para pasear por el recinto como un depredador buscando a las tías en tetas que todos sabemos que hay por allí. La encontramos en uno de los pabellones, rodeada de una marabunta de machos en diferentes estados de erección mientras la decoraban para que saliera bien en las fotos. Mi teléfono no da para más pero por suerte mi amigo el Moreno llevaba su cámara pequeña y conseguimos un plano con más detalles de esos intelectuales que tanto nos gustan a todos:
Como veis la chica es muy aplicada y se estaba bien quieta para que se la trabajaran bien. La dejamos allí y por suerte nos la tropezamos más tarde, ya con la obra artística que tanto admiramos terminada.
Ella iba muy contenta porque todos los fotógrafos apreciaban enormemente el arte que llevaba sobre su cuerpo y no la miraban como un cacho de carne al que se la quieren endiñar sin más contemplaciones. Al próximo Photokina me llevo la cámara porque el artista que estuvo durante unas horas pintándola se merece algo más de reconocimiento y espero poder hacerle una foto con más detalle a a ese valle y a esas dos montañas.
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La semana pasada en Distorsiones
Aquellos que no tengan un estómago fuerte no deberían ver la imagen de la anotación Envidia cochina y los que quieran saber qué puede provocar este tipo de envidia tendrán que ver la foto. Otro tipo de envidia la puede producir el paseo fotográfico por el Photokina 2008 que resume nuestra visita de hace algo más de un mes al mayor evento fotográfico del universo.
Aún estáis a tiempo de apuntaros para recibir El postalón de DISTORSIONES, una fantástica tarjeta o postal con una imagen que aún no ha sido seleccionada y que dentro de unos quince días estará en camino hacia las casas de aquellos que la soliciten. Poco más se puede decir de una semana en la que prácticamente no he parado.
Seguimos viendo fotos de setas. Esta semana fueron El trío visto desde el suelo, Dos setas al sol, El sombrero de una amanita muscaria, Un contraste enorme y Coprinus comatus. Aún nos quedan setas para esta semana y parte de la semana que viene y después continuaremos con la mayor actualización hecha nunca del Club de las 500.
Añadí una nueva foto de bicicletas a mi colección, una que fuerza una postura distinta del ciclista ya que va en bici recostado.
Finalmente, el Cine tuvo una de cal viva con Quantum of Solace, una película mediocre y estúpida, otra de cal aún más viva con Nights in Rodanthe – Noches de tormenta o como cagarla hasta el fondo y un peliculón británico llamado Boy A que seguramente no llegará a las carteleras de la mayor parte de ciudades.
En fin, esto fue lo que sucedió por estas tierras. La próxima semana más.
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Boy A
Para protegernos como manada hemos creado un montón de sistemas de seguridad y uno de ellos es el penitenciario, un sistema en el que aparcamos a aquellos que han hecho algo que está mal y de donde esperamos que no salgan nunca. Lo de las segundas oportunidades nos viene muy grande, digamos lo que digamos, a la hora de la verdad en nuestro corazón no hay espacio para ellas, sobre todo si el crimen que se causó fue de esos que no tienen nombre. Boy A trata sobre el crimen cometido por unos niños y de como nunca podrán volver a integrarse en nuestra sociedad. La película no tiene ni nombre ni fecha de estreno para España.
Un julay algo malaje las pasa canutas cuando sale del trullo
Comenzamos la película viendo a un joven que llega a la ciudad acompañado de una especie de tutor y se instala en una casa. Está recién salido de la cárcel en donde ha pasado gran parte de su adolescencia por un crimen terrible que cometió de niño. Pronto tendremos flashbacks en los que vemos lo que sucedió el pasado mientras el chico rehace su vida con una nueva identidad, consigue un trabajo, se echa novia, tiene amigos y descubre que el mundo puede ser un lugar increíble si tienes la suerte de estar en el lado correcto de la balanza. Su pasado lo perseguirá y cuando se descubra, ese día su nueva vida quedará totalmente destruida.
Tenemos nuestros principios muy claros y no dudamos ni un instante de la forma en la que actuaremos ante determinadas situaciones. Todo eso se desvanece cuando estás viendo esta película y pese al crimen que cometió el chiquillo, te pones del lado de Andrew Garfield y sufres con él por lo injustos que somos y la poca capacidad para el perdón que tiene nuestra sociedad. Su actuación no solo es brillante, se merece un Oscar. Con una delicadeza extrema, lo vemos como un joven frágil y al que sorprende todo aquello que descubre por primera vez y que se había perdido por estar en la cárcel. El director consigue que tanto este chico como el resto de protagonistas borden una pequeña película que seguramente pasará desapercibida y que por méritos propios debería estar en todas las carteleras.
Una de las historias más tiernas y dura que he visto en muchísimo tiempo. Una joya que se merece el apoyo del boca a boca. Vete a verla y díselo a todos tus amigos, que corra la voz.