Distorsiones

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  • Leyendas del Oriente II

    31 de mayo de 2005

    Mi amigo el chino continúa siendo una fuente inagotable de conocimiento insubstancial y vulgar. Parece increíble que alguien tan poco dotado de imaginación se saque unas teorías tan exóticas de la manga y sea capaz de convencerte, no sin antes habernos batido a insultos defendiendo nuestras posiciones. Recordaréis cuando hace unos meses hablamos de las leyendas del oriente y las ideas que tiene el chino sobre el pelo, la mezcla de razas y la comida. Tras unos meses de estudio de campo, he recopilado tres nuevas leyendas que apunto en este mi diario para nuestro particular disfrute:

    Sobre la comida y la fisionomía
    El chino lo tiene clarísimo. Las gentes de cada raza tienen el aspecto de lo que comen. Los japoneses parecen lenguados de tanto comer pescado, con esas caras aplastadas y ese color amarillo enfermizo. Los musulmanes tienen el pelo rizado como las ovejas, por culpa de su negativa a consumir carne de cerdo, lo cual los limita mucho y los deja en manos de corderos, cabras y ovejas. El chino te dice esto tan serio y te señala a cualquier turco que se nos cruza por la calle y te dice que parecen corderos. Sobre los coreanos no le cabe la menor duda de que parecen perros, debido en gran medida a la costumbre que tienen en esas latitudes de comerse al mejor amigo del hombre. Yo nunca les he visto ese parecido, aunque sí que diré que a mí lo que me parecen son cabezudos, que son como papagüevos con esas testas de tamaño XXL. A los alemanes los ve como asalchichados debido al consumo masivo de salchichas y sobre los americanos, dice que son como vacas por culpa de su afición perniciosa a los animales del mismo nombre, de los que se comen hasta las uñas de los pies, aunque eso sí, debidamente empaquetadas como hamburguesas.
    Traté de averiguar a qué tipo de animales nos parecemos los españoles, aunque no tuve éxito. Tengo muy claro que no quiere perder las amistades y que sabe que yo, con mi sencillez y honestidad, como me diga que me parezco a algún tipo de bicho que no me guste, lo dejo sin dientes del moquetazo que le arreo. Es lo bueno que tiene el talante de nuestra raza, que todo lo arreglamos expeditivamente para que nos dé tiempo a irnos de copas. También le pregunté sobre el tipo de animal o vegetal al que se asemejan los chinos, pero ahí fue aún más críptico. Parece ser que el comunismo ha borrado este tipo de rasgos de su raza y en la actualidad no se parecen a ningún tipo de animal. Creo que se ofendió bastante cuando le dije que yo les veo pinta de ratas cabezudas, pero como yo era el que pagaba las cervezas, se tuvo que joder y tragarse la rabia.

    Sobre los informáticos y su legado genético
    El chino sostiene que los informáticos solo tienen hijas. Se basa en estudios que se han hecho en su país y en su propia observación del departamento de desarrollo de productos de nuestra empresa. En esa planta sólo tenemos programadores, arquitectos de software y similar miasma despreciable y cuando haces una ronda y les preguntas, pues resulta que el hijoputa tiene algo de razón, porque todos los ingenieros del software decentes tienen hijas y aquellos que son harto conocidos en la empresa por no dar un puto palo al agua y ser más malos que las canciones de Georgie Dann, esos tienen hijos varones. El chino dice que es culpa de la exposición prolongada a las pantallas de ordenador combinada con las ondas y campos electromagnéticos producidos por los ordenadores. Por esta misma razón el colega ha alejado el ordenador de su sagrado cuerpo y ha puesto una especie de mampara protectora que le ayudará a tener hijos en un futuro, aunque ha llegado a rumiar algo sobre no acercarse a un ordenador durante un año cuando decida ser padre. No sé como lo hará ni si podrá sobrevivir estando tan lejos de la tecnología durante un periodo tan prolongado, pero espero poder verlo.
    Ahora ha extendido esta teoría a los auriculares Bluetooth para los teléfonos móviles y dice que esas ondas tan cercanas al cerebro te reorganizan el material genético y sólo tienes corridas productoras de hijas. Como sus elaboradas ideas sean ciertas, en veinte años en este mundo no nace un macho ni de coña.

    La perfecta higiene bucal
    La última y más horripilante de sus teorías tiene que ver con la Coca-Cola. Según él, en su composición tiene algo maravilloso que hace que sea perfecta para limpiarte la boca, no siendo necesario el lavarse los dientes cuando se utiliza. Así que siempre que comemos juntos, se pide una de esas bebidas al acabar la comida y se pone a hacer gárgaras con la misma, tragándose los buches una vez han cumplido su función limpiadora. No hay nada en este mundo que me de más asco que esos momentos, absolutamente nada. Se me pone el vello de punta cuando lo veo que agarra el vaso de refresco, se echa un buche al gaznate y se pone a agitarlo en el mismo. Me pongo enfermo del asco. Le he explicado en repetidas ocasiones que es asqueroso y una falta de educación inconmensurable, pero parece no importarle. ?l va a lo suyo y sigue limpiándose los dientes con dicho refresco. Lo mejor es que tiene la boca que da pena, penita, pena, pero eso no parece detenerlo. A ese lo agarra mi dentista y lo deja sin dientes, porque se le están poniendo negros de tanto despreciar el dentífrico y los cepillos de dientes.
    Cuando se acaba el refresco, agarra los cubos de hielo y se los echa para dentro y se dedica a chuparlos, escupiéndolos de cuando en cuando en el vaso para coger resuello y devolviéndolos a la boca para terminarlos. Tras años de entrenamiento he alcanzado tal grado de abstracción que puedo permanecer sentado a la mesa mientras practica este hobby sin enterarme, concentrado como estoy en contar las líneas del estucado de las paredes. Espero que algún día se de cuenta de lo estúpida que es esa idea …

  • Tulipan Emo

    31 de mayo de 2005


    Tulipan Leen van der Mark, originally uploaded by sulaco_rm.

    Seguimos con las dedicatorias libres de tulipanes. En esta ocasión le toca a Emo, que descubrió este rincón interestelar no hace mucho a través de bleuge. Emo proviene de la misma factoría en la que se han formado mentes tan preclaras como la de bleuge o un servidor. Si visitáis su bitácora descubriréis que está más interesado en asuntos tecnológicos y sobre todo referentes al movimiento de datos a través de redes de alta velocidad que en la sucia e insubstancial realidad del ser humano como un servidor. Yo era como él hasta el día que me bañé en las aguas del Ijselmeer y me purifiqué. No hay nada como un lago putrefacto para limpiar el cuerpo y el espíritu de uno de pensamientos erróneos.

    Para esta ocasión he elegido un tulipán que hasta ahora era conocido como Leen van der Mark en tonos rojos y con los bordes de las hojas amarillos. Tiene un porte moderno, con las hojas acabadas en pico. Este tulipán lo conoceremos en esta bitácora como tulipán Emo

    Si estás pensando visitar Holanda para poder ver estas maravillas, tienes más información en la anotación Guía para el turismo en Amsterdam y Holanda y también puedes ver el Álbum de fotos de tulipanes en el Keukenhof o el Álbum de fotos de Amsterdam

  • Deconstruyendo el cuento de la princesa III

    30 de mayo de 2005

    En los capítulos anteriores descubrimos como llegó al mundo esa perra y sucia que es Samanta y como convirtió al sapo en un príncipe de cuento. Aunque no es imprescindible para el lector ocasional el leer dichos capítulos, si es aconsejable y posiblemente ayudará a entender mejor el concepto que estamos tratando en esta historia, que no es otro que el desequilibrio entre el bien y el mal.

    Estábamos con Samanta meneando la pelvis cadenciosamente ante las expectativas fornicadoras y con una mancha de flujo vaginal formándose en el suelo junto a ella. El príncipe la mira horrorizado sin saber que decir. Ella fue la que dio el primer paso:

    – ¡Hazme tuya! ¡Tómame toa, toa, toa! — le pidió casi a gritos. Su cadera oscilaba rítmicamente, ayudando a esparcer su quinta esencia.
    – Pero tú estás loca, ¡tía! Deja de mirarme así que me das miedo
    – Tómame, tómame, hazme el amor — le decía mientras seguía meneando la pelvis y dejándolo todo perdido.
    – Apártate guarra y mírate, si pareces un caracol con ese rastro de babas que estás dejando en el suelo. Pero tú te das cuenta de lo que has hecho, hijaputa. Me has jodido mi vida. Mírame en lo que me has convertido….. — el tono del príncipe no era precisamente de felicidad absoluta.
    – En un príncipe, en eso te he convertido, en el príncipe de mis sueños. El hombre que siempre he querido tener y al que amaré toda mi vida. El que será el padre de todos mis hijos y que compartirá conmigo los sagrados y duros deberes que conlleva el ser la heredera del reino.
    – Pero tú que dices, subnormal, tú te has fijado bien. Mira mi reflejo en el agua. Me has convertido en un pasmarote. Tú príncipe, tú príncipe. Y una polla en vinagre tu príncipe. Hay que ver que poca imaginación tienes, ¿no me podías haber soñado con ropa de Sara o de Mazzimo Tutti? Me has vestido de Acrata Ruín de la Pasma. Mira que mierda de colores y que poco conjuntado voy. Pero tía, como se te ocurre ponerme estos leotardos azules y esta minifalda roja. Si tengo los huevos super-trincados. Me voy a desmayar como no consiga sacar el paquetillo de ahí y dejar que se me dilate …
    – Eso, eso, dilatación. Sácatela que me la como aquí mismo …. — le dijo ella mientras trató de levantarle la falda para facilitarle la tarea.
    – Estás enferma. Que me dejes en paz, gilipollas. Vete a tomar por culo. Devuélveme a mi estado anterior. ¿Quien te ha pedido nada? ¿Te dije yo acaso que quería ser un príncipe de cuento? — el príncipe de cuento comenzó a retroceder, aunque lo tenía muy difícil puesto que a su espalda estaba el lago y su capacidad de maniobra era muy limitada.
    – No, pero … — comenzó a decir ella.
    – Ni peros ni hostias. Yo estaba ahí, junto a mi charca, tan feliz, disfrutando de mi vida y vienes tú y me la jodes. Y ahora a ver que hago yo, sin estudios, sin cultura popular, vestido con unos leotardos y minifalda y sin un puto duro en los bolsillos, que digo, si ni siquiera tengo bolsillos.
    – Mi amor, yo me encargaré de ti. Serás mi hombre. Verás que todo será perfecto …
    – Aparta, bicho. Mira tu reflejo en el agua. Si eres más fea que las gárgolas de la catedral. Y a ver si te suenas esos mocos verdes que te asoman por esa napia, que das asco. — la cara de repulsión del príncipe era un poema.
    – Yo solo quiero hacerte feliz, quiero que formes parte de mi vida y que juntos veamos pasar los años y podríamos empezar follando aquí y ahora para conocernos a fondo … — le dijo la princesa, que ya estaba a punto de hervir de las calenturas que tenía.
    – Pero tía, si yo soy mariquita. No me costó trabajo ni nada echar a todas las putas ranas del charco para que los otros sapos no tengan alternativa y ahora vienes tú y me jodes el chiringuito. Me he pasado las dos últimas semanas repartiendo latigazos con mi lengua a todas esas guarras y ahora que por fin estaba en posición, en el mejor lugar de la charca, sin competencia, vienes tú y me jodes bien jodido. Mal rayo te parta hija de la gran …
    – No me digas esas cosas que soy muy sensible …. — le dijo la princesa al borde las lágrimas mientras sus espasmos de cintura comenzaban a perder intensidad, una vez comenzaba a asimilar la idea de que no iba a poder follarse el yogurín con leotardos.
    – Te digo. Te digo eso y más. Zopenca, arretranco, mala pécora. Déjame en paz de una vez que ya te has cargado mi vida. — el cabreo del príncipe era monumental.
    Sabes lo que te digo, sabes lo que te digo, que me voy a follar con ese guardaespaldas tuyo, que ese tiene una pinta de maricón que no puede con ella y así descargo los nervios que tengo dentro — le dijo el príncipe.
    – Pero no me puedes hacer eso a mí. Yo soy tu princesa. Tú eres mi príncipe. Yo te he elegido a ti. — le dijo llorando de rabia
    – Anda y que te den, guarra, más que guarra, bicho.

    Y dicho esto, agarró del brazo al guardaespaldas, que no había dicho ni esta boca es mía y se marcharon juntos a buscar algún lugar en donde desfogarse, dejando a la malvada Samanta caliente y sin macho. Ella se quedó allí, sola, sin protección y llorando, viendo como el final feliz en el que come perdices se le escapaba de las manos.

    Fin

  • La semana pasada en Distorsiones

    30 de mayo de 2005

    Después de tanto tiempo, esta ha sido la semana en la que he visto la tercera parte de la Guerra de las Galaxias. También ha sido la semana en la que superé la barrera de las trescientas películas diferentes desde que entré a trabajar en la multinacional de la que recibo el salario. Así que podemos decir que fueron siete días de Cine. Junto con Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith – Star Wars Episode III: Revenge of the Sith, película que recomiendo encarecidamente a todo el mundo y que volveré a ver esta semana por segunda vez, también repasé las dos que la precedieron, Star Wars Episodio I: La Amenaza Fantasma y Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones. Siguiendo con el tema de la ciencia ficción y las aventuras espaciales, me leí el libro Shadow of the Hegemon – La sombra del Hegemon que aparece en la categoría de Literatura.

    Al igual que la  semana anterior, hubo varias fotos de tulipanes rebautizados. En esta ocasión los nombres de los tulipanes han sido: Tulipan Bleuge, Tulipan Kike,Tulipan Erre,Tulipan Rodolfo,Tulipan Carolina y Tulipan -A-.Como la semana anterior, han sido archivados en Otros mundos y por supuesto en Fotos. Hubo algo de tiempo para los Desvaríos. Ando mezclando personajes e historias de mi autobiografía en una locura sin fin. La infame Samanta se ha visto abocada al estrellato al protagonizar el cuento Deconstruyendo el cuento de la princesa I y Deconstruyendo el cuento de la princesa II . Aún falta una parte para completar dicho cuento, pero os aconsejo que no os lo perdáis.

    Y como esto es una bitácora y eventualmente he de contar algo de mi vida, tenéis 41.69 dentro de la categoría Mi mundo. Tendréis que leerlo para saber de qué va. Sólo os diré que son hechos reales.

    Y eso fue todo por Distorsiones durante la semana pasada. Como siempre, acabo recordándoos los enlaces a las páginas en las que podéis encontrar los regalos que me gustaría recibir:
    – Wishlist en Amazon UK
    – Wishlist en Amazon USA

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