Distorsiones

Llegamos al último documental de este fin de semana y aunque yo lo vi en inglés, al parecer lo hicieron en Alemania. Como siempre, es una auténtica pena que cosas como esta no lleguen a los cines de todo el mundo, que son productos de una gran calidad, muy didácticos y hechos con muchísimo amor, pero en fin, nos ha tocado vivir en una sociedad embrutecida y en la que lo que mola son famosos que tienen su fama por no hacer nada. El documental originalmente se titulaba Die Wiese y yo lo vi como Meadow Wild y en España lo llamarían truscoluña no es nación.

Un puñado de julays viven en una barriada periférica con mucho chimpún

En un prado, que es algo que en el pasado abundaba por toda Europa y que ahora, con la agricultura intensiva, está desapareciendo, hay una cantidad ingente de vida y en este documental la descubrimos, con aves, mamíferos e insectos que llenan esos lugares que se supone que se dejaban así para soltar los rebaños de cuando en cuando y que pastaran y que ahora, con máquinas especiales, cortan y empaquetan todo ese pasto y por el camino, están matando a todas estas especies que sobreviven en esos lugares fascinantes.

Tengo que reconocer que los prados son un concepto muy desconocido para mí porque en Gran Canaria no abundaban o más bien, con tan poco árbol, es que todo parece un mega-prado o un lugar desértico. En los Países Bajos tampoco se ven, hay muy pocos lugares así, aquí predomina el agua y gracias a este documental he descubierto estos lugares tan especiales y que son tan importantes para un montón de especies que están desapareciendo por culpa de la intensificación de la agricultura, que perdemos un montón de animales y plantas que no tienen ningún interés para esos negocios pero que forman parte de los ciudadanos del planeta. El documental recorre un año en un prado y en cada estación vemos los cambios que se producen y las vidas que comienzan y acaban. Es muy pero que muy interesante, aunque el narrador como que se pasa en dramatismo y en ponerles voces a los animales, algo que se podían haber ahorrado.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, exíliate de aquí. Este tampoco será del gusto de los sub-intelectuales con GafaPasta.

Seguimos con los documentales que se pueden ver en el Nature On Tour y hoy tenemos uno neerlandés, de la patria, hecho en nuestros canales y en nuestra naturaleza. Como los otros documentales, es poco probable o casi imposible que alguna vez alguien los vea, que parece que este género está maldito aunque si tienes que elegir entre una peli de terror y esto, no lo dudes, disfrutarás muchísimo más con un documental y te ahorrarás un tremendo disgusto. Este se titula Nederland Onder Water y algunos lo traducen al español como truscoluña no es nación y otros, menos puristas, prefieren los Países Bajos bajo el agua.

Una angula julay se pira de Mejico lindo y querido y emigra a Holanda pa’vivir.

Comenzamos con una angula pequeñita y nacida no hace mucho en Méjico que se viene a Europa a transformarse en anguila y elige los Países Bajos y sus canales, en donde recorrerá algunos de ellos y descubrirá el fascinante mundo submarino neerlandés.

Los Países Bajos tienen una gran parte de su territorio anegado y muchos pueden creer que ahí debajo no hay nada, pero se equivocan, está petado de vida, tanto local como vida invasora, como los cangrejos esos que han llegado de Asia y algunos otros peces, y también y gracias a toda esa vida submarina, hay muchas aves que tienen algo pa’comer. Este documental nos lleva por canales y nos descubre ese mundo, pero también nos permite flipar con las estructuras que se han hecho para proteger el país de las mareas y que tienen aberturas especiales para que esos peces puedan seguir pasando o tienen cámaras submarinas, como en un lugar de Utrecht, en el que hay una página güé con la cámara y cuando los espectadores ven que hay un pescado que quiere pasar, pueden abrir la compuerta para que pase y la página esa tiene un éxito que no veas, que hay gente que prefiere pasarse el día mirando eso a ver los programas de gritos de Telajinco. En el documental se descubre como las aguas holandesas, que estuvieron muy contaminadas en los años setenta y ochenta, ahora que están limpias, son un lugar en el que la vida bulle por todas partes. El documental acaba con una angula (seguramente otra), que ya ha llegado a su edad adulta y que se marcha del país para cruzar el océano Atlántico e ir a México para chingar y morir.

Miembros del Clan de los Orcos, abstenerse, sus lo pido por favor y quizás este documental tampoco esté a la altura de lo que esperan los sub-intelectuales con GafaPasta.

Seguimos de documentales sobre la naturaleza y ahora vamos a la Amazonia y a la destrucción tan grande y dañina que están haciendo los seres humanos en el pulmón del planeta, algo que ya estamos lamentando y que provocará un futuro infernal que espero que se desarrolle cuando yo ya la haya espichado, que lo que viene va a ser de película de catástrofes y hasta donde yo sé, en el planeta hoy en día no hay ningún superhéroe que pueda salvarnos. Este documental se titula Dark Green y es poco probable o imposible que se estrene en España.

Un julay se va a la Amazonia en busca del Dorado o quizás de otra cosa.

Tenemos que un pavo super místico y etéreo de esos que caminan sin zapatos por la selva para sentir a la Madre Tierra y que se embarca en un viaje por lo más recóndito de la selva del Amazonas para aprender más de este lugar maravilloso y para ver como lo podemos conservar y tal y tal. Supuestamente el viaje es en solitario aunque por allí se encuentra con la basca.

En primer lugar, lo de en «solitario» es una trola que no veas y se ve desde el principio porque se regodean en poner una y otra vez escenas del chamo revolcándose en el río, trepando a árboles sin zapatos y haciendo otras cosillas y lo sigue un dron que hace malabarismos y que no maneja él, con lo que allí había otro julay en todo momento y que resulta ser el director y guionista del documental, con lo que es una mentira decir que se metió solo en el Amazonas, que siempre estuvo con su amiguito. Pese a eso, el lugar es muy espectacular, aunque a mí, esas escenas en las que se quita los zapatos para caminar por sitios empantanados y para agarrar cocodrilos pequeños y enseñárselos a la cama, todo ese farruquerismo me pareció excesivo y no le hace nada bien al mensaje del documental, que es que el Amazonas se nos está yendo a tomar por culo y seguramente ya es muy tarde para detener esta hecatombe.

Ya sabes lo que te he dicho, si eres un miembro del Clan de los Orcos, este fin de semana no quiero que me leas que te puedes asustar. Esta definitivamente no molará a los sub-intelectuales con GafaPasta con tanto espectáculo de influenser que se monta el pavo.