
Desde tiempos prehistóricos he tratado de mostrar a los dos CuloCochistas que comentan en el mejor blog sin premios en castellano que hay infinidad de variantes de bicicletas que se pueden usar para llevar cantidades considerables de carga y que son ecológicas, aunque nunca logré convencerlos de verdad y esos dos, donde se ponga un coche y a ser posible diesel de los de antes, que se quite lo demás. Hoy tenemos una de esas bicis que de repente se quedan olvidadas en las calles y los canales de Ámsterdam y esta se sabe que está olvidada porque la rueda trasera, si os fijáis, ya no tiene aire. El dueño tenía como un ramalazo de artisteo y le pintó las ruedas y la estructura e incluso la cadena, que tiene un verde horripilante. Lo que nunca antes jamás había visto es la estructura por delante para poner un montón de carga, estructura que está fijada del cuerpo de la bici y no del volante, algo obvio si os fijáis en la dirección que apunta la rueda y el susodicho volante y como no es la misma que la cesta. Antes de comenzar esta serie eterna de bicis, un día que estuve en el centro de Utrecht, vi a un novio llevando a la novia vestidita con su traje blanco de no virgen subida al volante en una estructura similar y el pobre chamo aquel que sudaba su traje para arrastrar las lorzas de la pava con la que quería firmar un contrato de empetamiento legal y no remunerado por vez. Supongo que a partir de una cierta cantidad de peso, la bicicleta se tiene que volver bastante inestable en las curvas, más que nada porque el centro de gravedad se desplaza peligrosamente a la parte delantera. Esta tiene toda la pinta de ser una bici tuneada y nada que se pueda comprar comercialmente en tu cadena favorita.