En esta semana llena de resúmenes y en la que arrejunto cosas del pasado más cercano por aquello de indexar la información de manera que pueda perderla convenientemente, también miro hacia adelante y escribo cosillas sobre lo que quiero o debo hacer y así después cuando no las hago, me queda la satisfacción de no poder negarme a mi mismo. Esto de la hoja de ruta o la agenda es como politiqueo, una condensación de oportunismo y trapicheo ya que aunque uno lo busque, la vida no está escrita en zafiro y de lo que dices a lo que haces hay un océano de por medio y quizás hasta más. Yo sobrellevo como puedo la cruz de escribir el mejor blog sin premios en castellano, hito que logré precisamente el día que lo comencé en enero del año 2004, ya que por mucho que hayan julays que quieran y desean, solo el Elegido puede lograrlo. Esta hoja de ruta es un clásico de los meses de enero y con la presente llegamos a la undécima edición, la cual sigue la estala comenzada por otras en los años 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014.
En el duodécimo año del lugar en el que Nada es lo que parece y en esta segunda década, sigo voluntariamente marginado de las redes aSociales y probablemente estoy muerto para todos esos que te buscan una y otra vez y no te encuentran porque no saben en donde hay que mirar.
Mi vida es sencilla e itero varios círculos. El más interesante es el de los viajes, algo que muy pocos pueden presumir de tener semejante archivo de información que aunque parezca que no uso, hoy mismo me pedía consejo el Rubio ya que está sopesando el ir a Vietnam con su Primera Esposa y las tres Unidades Pequeñas y en lo referente al sureste de Asia, hay pocos que hayan estado en tantos sitios como yo y aún menos que tengan los diarios de esos viajes. Este año mis escapadas comenzarán con Nápoles, aunque el objetivo es Pompeya. Estaré allí tres días y aún no he terminado de aclararme ni de donde me quiero quedar ni de lo que quiero ver pero me da la impresión que tres días completos en Pompeya es demasiado, así que igual uso uno para Nápoles o para alguna escapada en la zona. Mi siguiente escapada tiene punto de entrada y salida pero no hay plan, vuelvo a Bolonia para pasar otro fin de semana largo regresando por Pisa. Mi idea actual es dormir en Bolonia (llego de noche), salir al día siguiente para Modena, seguir a Siena y quedarme allí hasta el domingo y viajar ese día a Pisa en tren para volver a Holanda. Igual lo cambio por Florencia, ya veremos. Después volaré a Katowice en Polonia, aunque ese es solo el punto de entrada ya que voy a Cracovia, otra ciudad polaca que quiero ver. En ese lugar aún no he decidido si iré a los campos de concentración cercanos. Tras eso vendrá una visita de una semana a Gran Canaria y posteriormente un fin de semana en Sofia, la capital de Bulgaria. Aún no se cual será mi destino asiático pero la probabilidad más alta la tiene un combinado con tres días en Pekin y el resto en las Filipinas, más que nada para aprovechar lo de las visas gratis de 72 horas en tránsito en China y ver la dichosa muralla esa que se puede distinguir desde el espacio que hay sobre mi keli y al que probablemente nunca iré. El resto del año es un libro en blanco pero entre los sitios que quiero visitar están GDansk en Polonia, otra escapada a Roma, Quizás Sicilia, Viena, Génova y probablemente Estambul. Todo dependerá de los destinos de las aerolíneas de bajo costo que operan desde Holanda.
Otro círculo que frecuento es el del cine. Conseguir el triplete y volver a ver al menos doscientas películas se me antoja imposible, pero tampoco me faltan ganas así que lo intentaré. Por ahora, en ocho días he visto cinco películas, con lo que llevo un buen ritmo. Este año parece traer un montón de películas interesantes y gracias a los dioses que no existen, no habrá una nueva y agónica secuela del señor de los julandrillos, con lo que no me torturarán con un trailer que no quiero ver durante tres o cuatro meses del año.
Otro círculo que se a ciencia cierta que seguirá creciendo es el de las fotos que veremos en la bitácora. Tendremos ocasionalmente nuevos miembros en el club de las 500 y tras acabar con Birmania, lugar del que solo me falta el lago Inle, creo que nos pasaremos por Europa y hay dos caminos, o nos vamos a las ciudades del norte (Estocolmo, Oslo, Riga, Vilna) o nos recreamos con el sur (Turín, Bolonia, Ravena, Verona, Lucca) o hacemos una mezcla variada y la completamos con toques asiáticos, que vendrían de Vietnam o de Tailandia. Este otoño me lo he currado y tengo procesadas una cantidad dantesca, seguramente podría continuar el blog durante un par de décadas y tengo fotos suficientes para seguir poniendo cinco nuevas a la semana. De los años pasados, me queda por procesar dos tercios de Vietnam y el viaje a Indonesia y podré anunciar la victoria rotunda sobre esa cruz que suponía el tener fotos sin revisar.
Prácticamente todos los lunes del año tendremos un Resumen semanal, muchos de ellos con fotos de comida, ya que siento curiosidad futura por saber dentro de una década lo que comía en el pasado. Tendremos Bicicletas y Cervezas, aunque sin día fijo y cuando me tropiece con alguna curiosidad en Holanda, seguro que le hago una foto y la dejo caer por aquí.
La sección de cocinillas verá nuevas recetas que entrarán en mi pequeño libro de recetas de cocina, probablemente habrá alguna otra receta de Asia pero también tendremos croquetas y algún dulce o tarta, según por donde vayan los tiros. Sigo intentando encontrar la manera de hacer buenos cruasanes y este año habrán más pruebas.
Mi mundo es retorcido y absurdo y lo bueno de tener una bitácora es que escribes de lo que te da la gana y eso se seguirá viendo en la categoría de Reality sucks, el diario oficioso de mi mundo. Vuelvo a prometer que plasmaré en pantalla la legendaria trilogía Láctea, esa obra maestra de la zafiedad que cambiará la percepción que ninguno tiene de mi y que consta de tres episodios titulados Leche machanga, carne de machorra y leche mangorra y puedo confirmar que estas leches no están sometidas a las cuotas comunitarias.
Todos los años me planteo escribir un libro y después no lo hago, por aquello de no joder este párrafo y por tener algo que sigue estando en el futuro. Esto no es totalmente cierto ya que si juntamos todas las anotaciones que hago a lo largo del año, sale un pedazo de libro gordo que no veas, aunque sin tema específico. De hacer el libro, sería obviamente de pava zambombera que encuentra maromo con el que practicar su afición y que tiene que luchar con su mejor amiga que se lo quiere robar y mientras ellas están a la gresca, alguien se deja la puerta del armario abierta, se escapa el chamo y termina enrollado con su vecino Octavio el verdulero que por circunstancias de la vida que nunca llegan a estar clara, la mete en cualquier agujero y después las hembras tendrán que trabajar unidas para rescatarlo y volverlo a meter al armario ese con una puerta tan frágil. Lo dicho, que no lo escribiré.
Siempre pienso en hacer un nuevo Porcas de Distorsiones, la versión en audio de mis desvaríos y centrada en el cine malo de verdad, pero luego vuelvo a pensar y me da pereza y lo dejo pasar.
O sea, que más de lo mismo, generalmente con dos raciones diarias, una por la mañana y otra por la noche y con los fines de semana de cine. Todo eso y quizás más, en Distorsiones.