El Parque Sempione es un enorme pulmón verde en el centro de Milán, justo al lado del Castello Sforzesco. Se construyó a finales del siglo XIX (equis-palito-equis) y es un lugar bastante concurrido ya que la gente pasea por allí, hace ejercicio o se relaja junto al lago que hay en el parque. En este parque está la Torre Branca, la cual asoma entre los árboles de la izquierda en la foto y que tiene un mirador en lo alto para ver la ciudad. Intenté subir a verla pero los horarios de apertura eran terribles y cuando pasé por allí estaba cerrada. En la foto también se puede ver el Arco della Pace, un arco triunfal similar a los que hay en otras ciudades europeas.
-
Un año sin el tradicional cambio de número
A lo largo de los años escribiendo Distorsiones, uno de los temas recurrentes ha sido el de la amistad o ese tipo de interacción social tan extraño. Entre amigos y conocidos todos coinciden en que yo soy un talibán en lo referente a las relaciones de amistad y no dudo en cortar las ramas secas del árbol. Por ponerlo de una manera bien directa, yo no llamo amigo a alguien con quien no tengo ese trato actualmente y para mí, la amistad, como la vida y todo lo demás, tiene su fecha de caducidad y si la superas, es mejor dejarla. En el lado positivo de mi balanza y al contrario que lo que parece suceder a otras personas, soy de los que no se cierran a hacer amigos y repongo continuamente aquellos que dejan de serlo, manteniendo un extraño equilibrio con diferentes nombres, como me dijo una vez un colega que no se perdía una fiesta de cumpleaños mía porque siempre había gente nueva. En mi corto periodo sobre la superficie del planeta he cambiado al menos en cuatro ocasiones de más-mejor amigo y el actual es el quinto en ese puesto. El honor le corresponde al Rubio y es correspondido, ambos formamos un extraño cóctel que no parece tener parangón en nuestro entorno.
Durante el verano y lo que llevamos del otoño he tanteado a mi alrededor, he preguntado a otra gente, he curioseado y he intentado crear un Estado de la nación de la amistad entre la gente que conozco y el resultado me ha dejado perplejo. También le pedí al Rubio que hiciera lo mismo en su círculo y él parece haber haber llegado a la misma conclusión que yo. Todo esto venía a cuento de mi control anual de los amigos y la podada, ese momento en el que suprimo el enlace más directo a mi mundo, que es mi número de teléfono. Cada año por estas fechas, cambio el número y aquellos que han dejado morir el vínculo o aquellos con los que he sido yo el que lo ha cortado quedaban aislados, fuera de mi mundo. Como no me ando con polladas, en ese mismo momento eliminaba la información de mis contactos ya que no me interesa acumular gente, algo que por ejemplo si hace el Rubio y así tiene casi dos mil contactos en su teléfono frente a los sesenta y seis que yo tengo y de los que solo treinta y dos tienen mi número de teléfono, ya que el resto son contactos de correo electrónico o números de información (Taxi, dentista, médico de cabecera …). Lo del Rubio es tan extremo que hace un par de meses mientras estábamos comprando el material para poner el césped en mi jardín llamó a mi vecino para preguntarle algo y cuando yo flipé en colores porque estaban hablando me dijo que en el año 2005 había llamado una vez a mi vecino porque a mi se me olvidó apagar una luz al irme de vacaciones y desde entonces tenía el número …
Este año, por primera vez en un lustro, no cambiaré mi número de teléfono ya que en los últimos doce meses no ha habido ningún cambio en mi red de relaciones que lo requiera. La única persona expresamente bloqueada, una amiga con un desorden obsesivo-compulsivo por mandarte mil güazaps cada día con todo tipo de mierda que no me interesa no tiene mi número y la única persona que se lo podría suministrar ha respetado mi deseo. Conviene recordar también que jamás respondo al teléfono si el número es desconocido con lo que cualquier llamada desde un número extraño es ninguneada y no tengo buzón de voz alguno ya que no los escucho, con lo que si alguien captura mi número por cauces no convencionales, no lo puede usar para nada y salvo que recurra al correo electrónico, jamás entrará en contacto conmigo. Ahora el problema es como comunicar este no cambio de número de teléfono ya que muchos se están poniendo nerviosos y contactando conmigo porque asumen que los he añadido a la lista negrísima porque no les mando el nuevo pero lo cierto es que no lo hago porque no lo hay, mi nuevo número es el mismo del año pasado y además, permaneceré con la misma compañía, ya que no hay nadie en los Países Bajos que me ofrezca los quinientos megas de internet y los cien minutos/esemeses por diez leuros al mes.
Volviendo al Rubio, el jueves salíamos a cenar juntos y hablábamos de la amistad y de lo que habíamos descubierto preguntando a nuestro alrededor y va a resultar que somos raros, que lo nuestro pertenece al libro de las excepciones ya que no solo somos amigos, somos más-mejores amigos, igual que los chiquillos en el colegio, tenemos el mismo trato, la misma complicidad, la misma ansia por descubrir cosas nuevas y pasárnoslo bien y con el paso de los años, la amistad no languidece, se transforma y se adapta a las nuevas circunstancias sin más problemas.
-
Ago, filo e nodo
Enfrente de la estación de Cadorna y en la Piazzale Cadorna hay una extraña estatua llamada Ago, filo e nodo que podríamos traducir como aguja, hilo y nudo. Se construyó cuando se revitalizó la estación y se hicieron obras en la plaza a finales de los noventa. Los colores de los hilos son los de las tres líneas milanesas y como sucede con este tipo de arte, tiene un montón de simbología que a mí que soy un cacho de carne con ojos se me escapa, aunque imagino que tiene que ver con el mundo de la moda en el que la ciudad de Milán es tan importante. La escultura tiene dos partes y en la foto vemos la aguja y el hilo, estando el nudo en otro lugar de la plaza (si uno se fija muy mucho se puede ver en la fuente que está al fondo).
-
La semana pasada en Distorsiones
La semana pasada tuve un Diem horribilis en el que todo se tuerce. Por suerte, esos no abundan demasiado. Siempre acabo complicándome la vida y este otoño no va a ser una excepción.
El recorrido por Milán comenzó viendo el Patio interior del castello Sforzesco y entramos a ver el Altar de la Chiesa di San Maurizio al Monastero Maggiore y desde allí fuimos a ver la Basilica di Sant’Ambrogio y después entramos para ver el Altar de la Basilica di Sant’Ambrogio y terminamos la semana viendo la iglesia de Santa Maria delle Grazie.
Regresan las bicicletas con una Bicicleta Bough hecha en madera muy bonita. El día que me lo proponga pasará a formar parte del gigantesco Álbum de fotos de bicicletas.
También le dimos la bienvenida a una nueva Cerveza para nuestra colección. Se trata de la Tuborg Fiçi, una cerveza que se vende en Turquía y que no me pareció gran cosa, aunque la botella es preciosa, pero uno no compra el alcohol por el continente sino por el contenido.
La semana pasada volví a lograr el hito de ver cinco películas en el Cine. Una de las ocasiones fue para ver por cuarta vez y como tuve una cantidad suficiente de títulos, comenté también la entretenida Un viaje de diez metros – The Hundred Foot Journey, continuamos con la aburrida película holandesa Wonderbroeders, seguimos con películas malas con el pallufo de Drácula: La leyenda jamás contada – Dracula Untold y acabamos con una bonita historia infantil llamada Los Boxtrolls – The Boxtrolls. Aunque mi despensa está en números rojos y solo tengo una película por comentar, mi ritmo anual va mejor que nunca y hasta este domingo he visto ciento sesenta y siete películas, hito que el año pasado crucé a principios de noviembre con El consejero – The Counselor y en el 2012 fue la segunda semana de diciembre con Koning van Katoren, una película juvenil holandesa y no podemos retroceder más en el tiempo ya que en años anteriores nunca llegué a un número tan alto de películas, lo cual viene a confirmar mi endemoniado vicio.
Continúo poniendo una foto al día en Comida en fotos y las que están apareciendo ahora mismo son de las cosillas que comí cuando estuve en agosto en Gran Canaria. Por lo demás, este es el resumen semanal, muy mermado porque hubo varios días que no comí en mi casa:
Y así transcurrió la semana …