Mi amigo el Rubio siempre que me ve pararme para hacer una foto a una bicicleta flipa en colores y no se da cuenta que estamos en un paraíso para este tipo de transporte y que tenemos el grandioso honor y el privilegio de poder cruzarnos con algunas únicas e irrepetibles que no todo el mundo puede ver. A veces me manda fotos de alguna que ha visto por la calle y este fin de semana me llegaron un par de ellas que me recordaron que en agosto de este verano ya había visto una similar y le había hecho la correspondiente foto, solo que por desidia y por tener tantas cosas de las que hablar, se había quedado en la cesta de los posibles. La bicicleta que yo vi en Amsterdam fue una Bough, aunque mirando en su página web no encuentro un modelo idéntico, con lo que o esta fue hecha a medida, o se trata de alguna de la colección de un año anterior. En cualquier caso, esta marca hace bicicletas de MADERA de roble. Creo que el modelo que tenemos aquí es la Bough City con cesta delantera, similar a la Bough Bolder aunque la cesta es distinta. Estas bicicletas valen más de mil trescientos cincuenta leuros y tienen un cambio de dos velocidades automático y unas ruedas muy robustas que al parecer suprimen en gran medida las vibraciones. No se si será cierto lo que te cuentan para venderlas pero son chulas que no veas y si lo que quieres es llamar la atención, con esta lo conseguirás inmediatamente. Aunque la que fotografió el Rubio es prácticamente idéntica, también la veremos otro día.
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Patio interior del castello Sforzesco
El otro día mirábamos desde afuera el Castello Sforzesco y hoy estamos en su gigantesco patio interior en el que de nuevo tenemos la torre de la entrada (a la izquierda de la imagen) y a la derecha están los edificios principales en esta fortaleza. En este patio interior se puede pasear y hacer fotos sin problemas y solo si quieres ver los museos has de pagar. Después de haber visitado los museos, creo que a menos que tengas tiempo o muchísimas ganas, no merecen la pena y hay mejores formas de gastarte el dinero.
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La semana pasada en Distorsiones
Como de lo que se trata es de ir dejando pedacitos de mi vida para futuras lecturas, esta semana comentaba el Fin de semana con vacas, piscina, cine y mucha comida. Como todos los años en otoño, regresa el repaso mensual a Las fotos más populares de septiembre en mi flickr y con algo de suerte veremos imágenes distintas cada mes y no como el año pasado que fue un monográfico. Esta semana tuve La primera clase del quinto curso de italiano, lengua bellísima a la que le he tomado mucho cariño.
El paseíllo por Milán comenzó viendo el Palazzo Marino y desde allí me iba a la Piazza San Fedele para ver el otro lado del mismo palacio y saltamos a otro edificio grandioso para el la entrada al Palazzo Reale, la cual no impresiona demasiado. Seguimos a ver la Entrada a la Pinacoteca di Brera y acabamos a la entrada del Castello Sforzesco.
También descubrí Más momias en Milán, ciudad en la que las iglesias son expositores de esqueletos para mayor gloria de un Dios que jamás se ha interesado por nosotros porque lo cierto es que no existe.
Durante la semana fui a ver cinco películas al Cine, aunque dos de esas visitas fueron para volver a ver , película muy entretenida y que como siempre aprovecho para ver tanto como me sea posible. De las cuatro que comenté por aquí, comenzamos con la terrible bazofia de The Trip to Italy, un engendro deleznable. Seguimos con una película de terror que consigue asustarte, Annabelle y continuamos con el peliculón de Perdida – Gone Girl, una auténtica pasada y acabamos con la entretenida sin más The Equalizer: El protector – The Equalizer. En estos momentos mi reserva de películas se reduce a un título con lo que a menos que se produzca un milagro y hayan varios estrenos cada semana, tendré que aflojar el ritmo y comentar menos películas por semana, lo cual no quiere decir que no vaya al cine, solo que repetiré con las que me gustan.
Sigue el flujo constante de imágenes en Comida en fotos y también el habitual resumen semanal, algo disminuido porque en tres ocasiones no comí en mi casa:
Y así transcurrió la semana …
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The Equalizer: El protector – The Equalizer
Hace ya un par de semanas que fui a ver un thriller de esos con mucha acción y un protagonista conocido y un trailer que me daba mala espina. Seguramente es por el género, ya que a mi lo de los julays andando por ahí con un arma liquidando gente me aburre, a mi ponme vampiros, zombies, tetas grandes, naves espaciales y déjate de criminales, que para eso me basta con leer la prensa española y ver lo que se tolera y consciente a los hijosdelagranputa truscolana, esa banda de delincuentes que ya deberían estar enchironados (si queremos ser generosos, aunque yo preferiría que estuviesen lapidados, ahorcados y descuartizados, actividades mucho más agradables para los programas de telelevisión con gritos). Bueno, como me apunto a todas y encima la podía ir a ver el día del preestreno, acudí a The Equalizer, película que se estrena en España en dos semanas con el estúpido, absurdo, patético y deleznable título de The Equalizer: El protector que nos recuerda lo muy lejos que se puede llegar chupando pollas.
Un julay acarajotado se encoña de una pava y con tal de chingar, mata a todo hijo de vecina
Un tipo más sospechoso que un cura en la puerta de una guardería trabaja en una hiper-ferretería y lleva una vida metodicamente aburrida. En el bar al que acude regularmente a leer un libraco trata con una puta rusa que por más que le lanza el anzuelo, no lo pesca. Cuando a la rusa le dan una jalada que no veas, visita a su chulo y le da el finiquito junto con el resto de la camarilla. El jefe de la mafia rusa americana se emputa y manda a su mejor asesino para que solucione el problema pero el tipo este se rebota del todo y comienza a masacrar a las mafias sin perdón alguno.
Esta es una especie de oda a la violencia gratuita con un gran actor. En realidad Denzel Washington es lo único interesante de toda la historia junto con la adorable Chloë Grace Moretz, que lleva una racha que no veas y es que la veo en casi todas las películas de este mes. Ambos consiguen que una historia que no es más que una especie de Rambo urbano acabe por interesar un poco. Tenemos escaladas violentas que siempre acaban con mucha pupita para los malos, tenemos más violencia gratuita e innecesaria para tapar agujeros gigantescos en el guión y tenemos una escena final en la ferretería que en los momentos más serios provoca risa por lo patética que es y por como el Denzel Washington parece estar haciendo un anuncio de herramientas de manillas para uso criminal. Por si no tenemos bastante, el último plano es patético. En fin, que podría haber sido algo mucho mejor pero no tenían historia que contar y tampoco querían tenerla.
Este es el típico evento perfecto para que todos los miembros del Clan de los Orcos acudan al cine juntos, quizás incluso llevando a las legendarias hembras. No vale para sub-intelectuales de GafaPasta ya que ofenderá su intelecto. Para los demás, si te gusta el género tiene un pase y si no, pues a esperar que la den gratis por la tele.