Vamos a comenzar esta serie intensiva de fotos que entran en El Club de las 500 con una que inicialmente adornaba la receta de Dátiles con bacón y que hice en agosto del año 2006. Cuando la veo y la comparo con las que hago hoy en día (y en el enlace de la receta tenéis un ejemplo) me sorprendo de lo mucho que he aprendido en este tiempo. Sigo preparando este plato para tapear cuando me visita algún amigo porque se hace en un periquete y a todo el mundo le gusta la combinación de dulce y amargo. También son varios los que ahora lo hacen en su casa por aquí por los Países Bajos. Hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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La semana pasada en Distorsiones
Después de enviar las siete postales correspondientes al regalo del mes de enero de los que me suministraron la información, hemos comenzado la campaña para El regalo del mes de febrero, con nueve postales ya asignadas y una que aún queda pendiente, aunque al final, como siempre, mandaré muchas menos ya que la gente aún no capta el concepto de que una postal necesita sellos y un nombre y dirección para poder llegar a su destino.
Dos de mis amigos han pretendido declararse Objetores y por supuesto no les he hecho ni puto caso ya que no está en mi naturaleza el escuchar a la gente y hacer caso de lo que me dicen. Tampoco es que los haya obligado a tragar Sapos y culebras como si fue el caso con otros asuntillos que han estado coleando por la oficina en los últimos meses.
A propósito, el mapa de viajes de este año ya se está componiendo y ya tengo destinos para febrero y marzo.
Hemos terminado de ver fotos de George Town y mañana tendremos el álbum con el resumen de las mismas. Estos días vimos el Funicular en Penang Hill, El puente de Penang, miramos George Town desde la colina de Penang, pasamos junto al Templo hindú de la colina de Penang y acabamos en La mezquita de la colina de Penang. Tengo un arsenal de fotos esperando para entrar en El Club de las 500 así que durante las próximas dos semanas iremos a foto por día repasando aquellos tiempos que no necesariamente fueron mejores pero que quedaron grabados en una imagen.
La foto de bicicletas de esta semana fue La hija pródiga, una de mis bicicletas que pensaba que me la habían robado y que finalmente regresó.
Fui al Cine cinco veces, en cinco cines distintos y salvo en una ocasión, siempre acompañado. La semana ha sido un verdadero festival cinematográfico y mi total de películas vistas en este 2011 ya está en 19. Por la bitácora hablé de tres, comenzando por la maravillosa Cisne negro ? Black Swan que recomiendo una y otra vez a todo el mundo, seguida por la modosita y más bien mediocre Twelve y terminando por el pallufo de Skyline.
Aunque cené cuatro de los días fuera de mi casa, me las apañé para seguir produciendo comida. Esto es lo que hubo:
Y así transcurrió la semana …
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Skyline
Igual que a un cura le pones delante un niño y se lanza a tocarlo porque parece que la revelación esa que se supone que les viene les anima a realizar actos que para su Dios puede que sean permisibles pero para los humanos son despreciables, asquerosos y que deberían estar condenados con pena de muerte en plaza pública, pues igual a mí me pones una película de ciencia ficción en el cine con naves espaciales y extraterrestres y yo vivo sin vivir en mí hasta que la voy a ver. Tras esta comparación de situaciones tan similares, decir que hoy he visto Skyline, película que se estrenó en prácticamente todo el universo conocido antes de llegar a los Países Bajos y que en España la pudisteis ver en noviembre del año pasado.
Una banda de julays celebran el cumpleaños de uno de los Orcos y por la noche se monta un mal rollo que no veas cuando comienza el juicio final y la gente empieza a ascender al cielo por la gloria de sus padres
Un grupo de wannabi celebran el cumpleaños de uno de ellos y acaban bien tarde y pasadísimos. De madrugada se despiertan con unos meneos similares a terremoto y con unas luces fuertes y resulta y parece que hay una invasión de extraterrestres que suben a la gente a sus naves en plan levitación y no parece que los quieran para nada bueno aunque tampoco estamos seguros. Todo lo demás es historia.
Vale que no tenían un gran presupuesto pero hay que tener un poquito de por favor y al menos escribir un guión coherente. Esto es una broma de mal gusto de principio a fin, con una historia que no daba más que para un corto de quince minutos y ya estirados y que convirtieron en noventa minutos de angustia por ver los títulos de crédito y marcharte del cine. Las polladas y boberías son tantas que si me pongo hago una lista infinita pero entre los momentos sublimes tenemos el subir a la azotea a las cuatro de la mañana, un ?NICO piso, salir de la habitación en noche cerrada y llegar a la azotea con el sol bien alto, o esa explosión nuclear que sucede a un par de kilómetros y cuya radiación no le hace ningún daño a nadie o ?? supongo que lo captáis.
Unos diálogos de puta pena, unas tramas secundarias que parecen escritas por minusválidos cerebrales practicando escritura, un montaje que parece ensalzar las tomas falsas y los errores y unos actores y actrices que aunque intentan poner caras no se creen nada de lo que hacen nos llevan a un producto mediocre que espero olvidar antes de la medianoche.
Esto seguro que lo dan en la tele así que ni te molestes. Es mala.
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Twelve
Intentar retratar los usos y hábitos de algún segmento de la sociedad es algo que a los directores de cine les gusta mucho. En lugar de limitarse a contarnos una historia, pretenden aleccionarnos y que veamos lo que otros hacen de una u otra manera y más o menos encauzar nuestro juicio en la dirección que a ellos les conviene. El problema es que la línea que separa ese adoctrinamiento la marca el simple y banal gusto y si la película no nos gusta, da igual lo que nos quieras contar, no nos va a interesar lo más mínimo. Algo parecido es lo que le ha sucedido a la película Twelve, la cual se estrenó en España a mediados de enero con el mismo título.
Un julay que trapichea drogas con niños ricos tiene un fin de semana horribilis por culpa de una nueva droga de diseño para niñas putas y ricas
Durante la semana de vacaciones de primavera, vuelven a casa en Nueva York todos los niñatos ricos y malcriados que solo aspiran a pasárselo bien. Casi todos esconden tras su perfecta y preciosa fachada algún secreto y parecen ser infelices. Uno de ellos es el camello que les pasa las drogas, un chico que ha vivido recientemente la muerte de su madre y no lo ha sabido superar bien y que en unos pocos días tendrá que afrontar que su primo es asesinado, su mejor amigo es culpado del crimen y la chica a la que quiere se está cansando de esperar a que de el primer paso. Nadie dijo que la vida sea sencilla ??
El principal problema de esta película es la falta de empatía. Los espectadores no nos identificamos con nadie, lo vemos más bien como un documental que ni siquiera sabemos si es realista o está muy alejado de la verdad. Caminamos con el protagonista y vemos como jode su vida poco a poco pero no nos importa e incluso nos alegramos porque si eres guapo y rico, te mereces algo malo por capullo. A su alrededor hay niñas pijas y repelentes, operadas hasta la saciedad, de cuerpos exteriormente perfectos pero podridas por dentro, hay frikis que tratan de ser aceptados, psicópatas a los que el dinero de sus papás mantiene en la calle y estupidez en grado superlativo. Es un fresco de una sociedad decadente y en la que parece que todo el mundo tiene unos cuantos miles de dólares para tirar en drogas durante el fin de semana.
Una vez abrimos el envoltorio y nos dejan de deslumbrar esos cuerpos danone nos damos cuenta que no había demasiada historia que contar y no supieron hacerlo de una manera interesante. Una lástima pero esta es una de esas películas que se olvidan pronto. No merece la pena mencionar a ninguno de los actores y actrices ya que aparte de poner la cara, ninguno fue capaz de construir una actuación memorable.
Ni te molestes. Busca alguna otra película y no pierdas tu tiempo con esta.