Supongo que el julay terrorista-musulmán que se inventó la Dubai Marina, se inspiró en Manhattan, en Nueva York y cuando te alejas un poco, es que se ve similar, con mega rascacielos todos arracimados y entre ellos es que probablemente la luz del sol nunca llega a la calle, siempre está bloqueada por alguna de estas moles. En primer plano a la izquierda tenemos una de esas playas privadísimas y elitista en la que se puede ver que no hay ni un gato en la arena. La playa además tiene un tráfico de barcos infernal frente a la misma, que aunque hayan puesto boyas para que no se acerquen, nadie te quita el ruido de los yates, que son en muchas ocasiones de los grandes o grandísimos. En Dubai la ostentación parece ser lo que mueve a la gente. Que nadie se engañe con lo maravilloso que se veía el día, estábamos casi a cuarenta grados y el calor era infernal y aún más infernal era pensar que al volver en el metro, el pestazo a sobaco con sudor macerado sería insoportable.
Hoy tenemos otra de esas bicis que solo parecen existir en Ámsterdam porque son de empresas pequeñas que las hacen allí y se las venden a sus ciudadanos. Si lo que estás viendo te parece más bien una motocicleta, has acertado, las Betroniq pro electric bike se venden en su página güé como el retonno de las antiguas motocicletas, solo que esquivando las leyes actuales y por consiguiente, sin necesidad de usar casco o tener licencia para llevar motocicletas. El precio base de estas bicis eléctricas es de dos mil ochocientos leuros y en el caso de la que vemos, si le añadimos la cesta trasera, los espejos retrovisores en el manillar y la cadena que bloquea la rueda delantera, la bici nos sale por la módica cantidad de tres mil ciento treinta y seis leuros. Estas bicis tienen una batería que vale para recorrer cincuenta kilómetros en modo motocicleta total, sin hacer esfuerzo o ciento treinta kilómetros si el ciclista ayuda y está en modo económico. Tiene motor eléctrico trasero y como curiosidad, la empresa que las hace tiene una tienda en Ámsterdam que abre de viernes a domingo de doce a cinco de la tarde, con lo que es casi seguro que el dueño tiene otro trabajo y esto es como algo para hacer un dinerillo extra. Salvo por la vez que le hice la foto, no me la he vuelto a tropezar por el centro de Ámsterdam, con lo que la cantidad de estas bicis que hay en circulación debe ser bastante limitada.
Fui a ver ocho películas al Cine y por aquí comenté cuatro, comenzando con The Inspection, tropezamos en Magic Mike’s Last Dance, flipé con la fabulosa El peor vecino del mundo – A Man Called Otto y acabamos con Missing. La buena cosecha de la semana nos garantiza dos semanas de pelis, que en los Países Bajos la próxima semana es de vacaciones escolares y no habrán estrenos, salvo pelis para niños.
Hace ahora cuatro años y medio que se estrenó Searching en el preestreno sorpresa de la semana y fue una peli que cayó muy bien y gustó mucho, sobre todo por lo original que era. Al parecer los pavos que la hicieron no tienen demasiada capacidad intelectual y no generan nuevas ideas y por eso, han optado por lo fácil, hacer una peli similar, contando con el mismo estilo y ver si hay suerte y la gente traga el anzuelo y pescan espectadores. La nueva película se titula Missing y al parecer se estrena la semana que viene en España con el mismo título porque les dio pereza traducirla y llamarla truscoluña no es nación.
Una julay adolescente se pasa el puto día enganchada como una perra al telefonino y el ordenador. Sin chimpún.
Resulta que una pava se va de vacaciones a Colombia con su nuevo novio y deja a su hija adolescente sola durante el fin de semana, que la chama aprovecha para montar un fiestote. Cuando la madre no regresa, la pava entra en pánico y empieza a intentar averiguar lo que ha pasado en Colombia usando una especie de servicio de mensajería y al mismo tiempo, investigando en su keli y descubriendo que quizás su madre no es lo que parece y que el padre que murió hace la tira de años igual tenía también sus secretillos. Todo se irá complicando y complicando y aquí todo el mundo usa el telefonino para todo.
Esto fue super-hiper-mega original hace casi cinco años pero ahora ya nos es conocido, lo cual no quiere decir que no sea una peli de suspense entretenida, simplemente, que lo del formato del telefonino como fuente de imágenes y darnos la sensación de ir a caballo entre película y documental, eso ya no es nuevo. La historia es de esas en las que cada quince minutos tenemos un giro dramático del argumento que lo cambia todo, con lo que en los primeros cinco minutos haces tus apuestas y después se trata quién gana, ya que nada es lo que parece y aquí todo es posible o imposible. En lo que teníamos en la primera película que no tenemos ahora es la protagonista, que es una joven sin demasiado carisma y que no parece ser capaz de enamorarnos y engancharnos como sucedió con el padre de la primera peli. La historia está bien llevada, pero falló con la protagonista y con el malo-malísimo, que como cambian la historia tan a menudo, no lo pudieron desarrollar como personaje y para cuando lo tenemos delante, ya es demasiado tarde.
Esto no creo que mole ni a los miembros del Clan de los Orcos, que hablan mucho y no hay hembras agitando los tetones junto a coches deportivos y con música de guarretón ni a los sub-intelectuales con GafaPasta. Esto es más bien un telefilm bien hecho para matar dos horas.
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