Aunque tengo para seguir una semana poniendo la misma foto una y otra vez, lo vamos a dejar aquí y con esta bonita foto cerramos la serie de Koh Samui. De entre las cosas que visité en la isla, esta fue la mejor, que lo de los templos budistas es curioso pero como que me la sudan bastante. El agua en estas cascadas está a una temperatura deliciosa, calentita, que allí se pasan el día por encima de los treinta grados.
La penúltima vez que estuve en Hilversum me crucé con esta maravilla, una bakfiets de las de antes, de las Ancestrales, que además es de un señor que tiene una empresa para hacer vidrieras, de las de antes, que habrá gente a la que le mole ponerlas en puertas o ventanas o de adorno, porque si hay algo cierto en este universo y quizás en todos los otros, desde el punto de vista de aislamiento energético, las vidrieras son lo peor de lo peor. La bicicleta tiene pinta de acumular décadas en uso y está relativamente bien cuidada. Hay incluso un par de pequeñas vidrieras en su cesta de carga. La ausencia de frenos nos indica que se frena a contrapedal y tampoco parece tener marcha alguna, aunque en Hilversum no debería ser un problema porque es una ciudad plana. El conductor debía estar sentado en alguna de las terrazas que están en esa plaza, que no creo que uno se vaya muy lejos dejando las vidrieras ahí.
Otra foto de la cascada de Na Muang hecha con el trípode y hasta podemos ver en el agua los restos de unos espíritus que se bañaban en el lugar y que gracias a la exposición que hice, salieron a flote. Por la parte de arriba, por donde se ven las palmeras, que igual hasta eran naturales, aunque no puedo confirmarlo, había un montón de puestos de venta de chucherías para turistas y unos explotadores de elefantes que te llevaban por el cauce del río subido en uno de ellos y los pobres animales no tenían ni buen aspecto ni parecía que estaban disfrutando mucho de su vida laboral.
Hoy tenemos la versión reducida del resumen hecha desde mi aiPá, con sus salvajes correcciones y cambios en las palabras, que este trasto hace lo que le sale de los mondongos. Como aquellos que leyeron Después de los demás saben, desde el martes por la mañana estoy en Gran Canaria y será mañana cuando vuelva a saltar hacia el norte. Relacionado con Koh Samui nos tropezamos con el ratero que bajaba de un árbol pa’robar. La gran celebración de la semana fue por los dos mil setecientos días de constancia en el Duolingo y en gaseado está el estremecedor relato del viaje de ida a Gran Canaria y en sin ellas, resulta que he tenido el dudoso honor y privilegio de presenciar por segunda vez y en dos países distintos, lo de quitársela de una vez.
En Koh Sanur, seguimos de paseo por la isla y esta semana vimos a la abuela y también al primo segundo, nos fijamos en unos pedrolos en el agua y nos quedamos en las cascadas de Na Muang, que creo que será el último lugar en el que nos paremos antes de seguir con otra serie de fotos.
Fui a ver cuatro pelis al cine en Gran Canaria y por aquí comenté cuatro documentales, lo cual debe ser ciertamente una primera vez. Comenzamos con el excelente Sounds of the South, de un músico neerlandés que se baja al sur del fin del mundo argentino, seguimos con el más flojillo Dark Green en el Amazonas, después le llegó su hora al neerlandés Neerland Onder Water y acabamos con el fascinante Die Wiese.
Por razones obvias, esta semana nos saltamos el resumen visual con la comida y el Ancestral seguro que se está empapando los helados por el Güazá. Y así transcurrió la semana.
