Esta tarde veíamos la Puesta de sol desde Phnom Bakheng y aprovecho la coyuntura para mostrar un poco lo que sucede detrás de la cámara. Yo visité esa zona en temporada baja y en la cima de la colina debíamos ser unos ciento cincuenta, lo cual a mí ya me parecía excesivo pero parece ser que en temporada alta la cifra supera tranquilamente el millar. Todos llegamos temprano para pillar un buen sitio, subimos andando o en elefante los que quieren un poco de exotismo y buscamos nuestro rincón, el cual protegemos con la vida ya que si te mueves quince centímetros alguien te lo quita. Por suerte yo planté el trípode y lo hice en un lugar que me aseguraba una visión sin cabezas de julays o el humo de sus cigarrillos o sucesos adicionales. En la foto podemos ver la platarforma en la cima de la colina y los julays que esperaban la puesta de sol conmigo. Aparte de los turistas también hay muchos guías turísticos, sobre todo de la gente que contrata las visitas a través de los hoteles de lujo que hay en la zona y que te asignan a una persona que no solo te acompaña todo el día, te trae agua si la pides, te carga la mochila y si es necesario te lleva a la piola aunque seas un americano obeso de doscientos veinte kilos. Al hilo de este último comentario, durante mi visita a Camboya, la persona que mejor inglés hablaba de todos los que tuve la suerte de conocer era un pobre desgraciado que malvivía en el museo de la Guerra con otros mutilados por la explosión de minas. El colega no tenía una mano y por eso el gobierno le había negado el permiso para convertirse en guía turístico, ya que al parecer no es importante tu nivel de inglés o los conocimientos que tengas, es muy importante que tengas las dos manos para poder abrir la puerta al turista mientras sostienes el paraguas o cargas sus bolsas. En el momento en el que escuchas el relato se te sube el nivel de rabia a máximos anuales pero no puedes hacer nada para evitarlo, ya que es el gobierno el que impide a esa gente el acceso a ese tipo de trabajo.
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Puesta de sol desde Phnom Bakheng
Cuando tenía muchísima más paciencia trataba con un amigo que juraba y perjuraba que las mejores puestas de sol suceden, sucedían y sucederán por siempre jamás en Gran Canaria. El hombre además hilaba fino y básicamente eran las que se veían desde la ventana del piso de sus padres. Ya no trato con seres que muestran este grado de inferioridad así que no sé si seguirá sosteniendo tan absurda teoría. En mis viajes por todo el mundo he encontrado puestas de sol increíbles, por todos lados y Angkor Wat no iba a ser la excepción. Lo que te recomiendan todas las guías turísticas es que subas al Phnom Bakheng, un templo hindú dedicado a Shiva y construido al final del siglo IX (palito-equis) y que está en lo alto de una colina muy cerca de Angkor Wat, el cual queda a tu espalda y no formará parte de tus fotos de la puesta de sol. El lugar se llena de gente y eso lo veremos en otra foto en la que podréis observar la multitud que hay en temporada baja. En la alta, son miles de personas las que suben diariamente allí, caminando o a lomos de los elefantes. El templo, del que se puede ver un trocito en la foto, es doscientos años más antiguo que Angkor Wat y no es demasiado grande. Yo pasé por allí en el mes de mayo, justo al comienzo de la temporada de lluvia y conseguir una puesta de sol con un cielo limpio de nubes era sencillamente imposible. Aún así, con paciencia y el trípode conseguí una bonita imagen del fuego del sol desapareciendo en el horizonte.
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La semana pasada en Distorsiones
Las compañías actuales parecen haberse acostumbrado a abusar de nosotros, sus clientes y con el rollo ese del gratis total nos la intentan meter doblada siempre que pueden. En Crimen, decepción, castigo y el estado de la Bobosfera tenemos la crónica de uno de esos intentos y como acabó. A propósito, hace más de una semana que les pedí que cancelen mi cuenta y no han respondido, lo cual confirma que bondadosos y honestos sí que no lo son.
En una semana bastante lolailo, el jueves básicamente me pilló preparando el contenido del fin de semana porque me piraba a Estambul y tuve que echar mano de la reserva de boberías que tengo para estos casos y hablar de mi nueva CASO VC100, una envasadora al vacío que desde que llegó a mi casa ha conseguido que incremente la capacidad de mi congelador sensiblemente. El viernes era un día muy especial que pasé Recordando.
En nuestro recorrido por los templos de los alrededores de Angkor Wat, comenzamos la semana viendo unas Caras en el templo desde los árboles y despues nos fuimos a ver el Chau Say Tevoda y de allí saltamos al templo Ta Prohm y seguimos en el mismo lugar viendo Las ruinas de Ta Prohm y terminamos la semana en el templo Banteay Kdei.
Acompañando la serie sobre Angkor Wat tuvimos a unos Elefantes junto a la puerta sur de Angkor Thom.
Descubrimos una nueva Cerveza. Se trató de la Hofbräu Original, una auténtica delicia que tome en Munich el otro día cuando estuve haciendo el borrachuzo con mi amigo el Rubio.
Esta semana aflojé un poco el ritmo y solo fui al Cine tres veces, dos de ellas con mi amigo el Turco en Estambul. Con él fui a ver por sexta vez Gravity, lo cual la convierte en la película más vista de este año en mi lista, seguramente la ganadora de mi lista particular y la única a la que he obligado a ir a todos los que tratan conmigo. El fin de semana solo comenté tres películas ya que pese al ritmo, tanta repetición ha afectado a mi despensa. Comenzamos con el masque de Blood Ties, seguimos con otro masque, en este caso Capitán Phillips – Captain Phillips y acabamos con la fantastica ¿Qué hacemos con Maisie? – What Maisie Knew. Hasta este momento he ido a ver ciento setenta y seis pelis con lo que estoy a veinticuatro de la asombrosa cantidad de doscientas películas en un año. Por ahora creo que lo conseguiré.
He seguido poniendo fotos en Comida en fotos y aunque fue una semana algo mermada, aquí tenemos el resumen visual con la comida:
Y así transcurrió la semana …
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¿Qué hacemos con Maisie? – What Maisie Knew
A veces el título de una película juega en su contra. Un buen ejemplo lo tenemos hoy, con una frase que en inglés sugiere que se trata de alguna película con un secreto terrible. Al ver el trailer, la cosa parece ir por otros derroteros y los espectadores nos desconcertamos y no nos terminamos de decidir e ir a ver la historia, ya que no nos queda muy claro de qué va. Por suerte encajaba perfectamente en una sesión doble que quería hacer el sábado por la mañana y decidí ir a verla. El sorpresón fue legendario y What Maisie Knew se ha convertido en una de las sorpresas de la temporada. En España se estrena una semana antes de las navidades con el título de ¿Qué hacemos con Maisie?. A propósito, me he dado cuenta que básicamente cuento el final así que si no quieres saberlo, que sepas que es una película buenísima y deja de leer en este punto.
Los padres de una julay juegan con ella al tiqui-taca y acaban metiéndose un gol en propia puerta
Una niña de seis años vive en una familia disfuncional en la que la madre es una estrella de rock que está más bien ida y el padre es un comercial o algo parecido que se olvida con frecuencia que tiene una hija. Cuando la relación se rompe y se separan, la niña acabará en tierra de nadie siendo atendida por la nueva novia del padre, que resulta ser su antigua canguro y por el nuevo novio de la madre, que parece ser un chamo que esta contrató para que se encargue de la hija. La niña sufre en esta situación y acabará por tomar cartas en el asunto y crear su propia familia.
El miércoles en clase de italiano una compañera hablaba de lo horrible que le había parecido esta película y las razones que daba son precisamente las que me engancharon totalmente a la historia. No es un tema fácil y suave, es algo tan duro como ver a dos padres básicamente pasar de su hija y anteponer sus propios intereses mientras la niña sufre en silencio siendo plenamente consciente de lo que pasa y encontrando cariño y amor en el lugar en el que menos se lo esperaba, con los compañeros de sus padres. La historia tiene momentos muy duros en los que podemos ver como tanto la madre como el padre la abandonan a su propia suerte y la niña ha de salir adelante una y otra vez. No sé como lo consiguieron pero la joven Onata Aprile está soberbia y si no te identificas con ella y le coges cariño es que no eres más que un cacho de carne con ojos y te mereces un falso pasaporte truscolán. La madre la interpreta Julianne Moore y consigue que la odies, que la desprecies y que le desees todo lo peor, siempre. En algunos momentos te dan ganas de meterla en chirona y tirar la llave para que no la suelten nunca más. Está fabulosa. Aún así, la película se la roba totalmente Alexander Skarsgård, el cual hace del chamo que la madre mete en la casa para que se ocupe de la niña y que se acaba convirtiendo en su padre. Tiene un montón de escenas tiernísimas con ella y sinceramente creo que hace el mejor papel de su carrera. Hay una química enorme entre ellos y en el momento en el que la niña le confirma a la canguro que lo ama, sabes con una certeza precisa y absoluta que es cierto. La pata más floja de los personajes principales es la canguro, interpretada por Joanna Vanderham y que parece estar perdida en la historia.
El tramo final de la película es fabuloso y el momento en el que la niña básicamente repudia a su madre y elige su propia familia ante la certeza de saber que por más que la madre le diga y le repita que la quiere, sabe que diez minutos más tarde seguirá con su vida y le dará la espalda. Si no fuera por el personaje de la canguro y el del padre, estaríamos hablando de un peliculón. Aún así, se queda muy cerca.
Por descontado está prohibida la entrada en las salas a miembros con carné en activo del Clan de los Orcos ya que carecen de suficiente masa cerebral para procesar estos conceptos. Por otro lado, este es el tipo de historia que fascina y entretiene a los sub-intelectuales de GafaPasta. Para los demás, si te gustan las historias íntimas y crudas, esta no te la puedes perder.