Hoy se cumple el séptimo día de hielo. Un Ijsdag, que sería el término en holandés es aquel en el que en ningún momento el termómetro cruza la línea de los cero grados y permanece siempre en el lado negativo de la escala. Dicen que hasta el domingo no regresaremos a los números positivos. La semana pasada, el martes, tuvimos una buena nevada y el resto de la semana lo pasamos rodeados de nieve. Por desgracia las temperaturas no bajaban demasiado por la noche y necesitamos una o dos noches a quince grados bajo cero para que el hielo crezca y se pueda patinar bien. Si a eso le sumamos que el mayor enemigo del hielo para patinar es la nieve, parece que este año no será uno bueno para el patinaje en hielo natural y que mi amigo el Rubio y de Uitverkorene hicimos bien apuntándonos a clases y patinando cada semana en la pista semicubierta de Utrecht.
Pese a estar rodeados de nieve y de hielo y con la programación de los trenes de emergencia durante toda la semana, seguí moviéndome en bicicleta y en tren y el único ajuste que hice fue aligerar mi arranque mañanero levantándome a la misma hora pero saliendo de casa diez minutos antes para llegar a la estación con tiempo y tener cierto margen en caso de toparme con hielo o algún imprevisto. Al contrario de lo que ha sucedido en años anteriores, parece que esta vez el temporal no fue tan malo y nos pilló mejor preparados porque no hemos tenido grandes dramas ferroviarios ni zonas de la ciudad aisladas por culpa de la nieve. He podido ir a clases de italiano sorteando la nieve, he ido a patinar e incluso he ido al cine los dos días que hemos tenido copiosas nevadas. Todo esto no sería posible sin mi maravillosa chaqueta de invierno The North Face, la cual acompaña a mi camiseta de manga corta de turno y que complemento con los guantes de invierno, el gorrito que uso para patinar y si la temperatura baja de cuatro grados bajo cero, con una bufanda cubriéndome la nariz y la boca para que al echar el aire por la boca me mantenga la cara caliente. Algunas de mis amigas africanas creen que estoy loco pero yo disfruto enormemente con este tiempo. Aprovecho para pasear por los bosques nevados, me dejo llevar de la emoción y conduzco con la bicicleta por senderos de nieve vírgen e impoluta y disfruto como un chiquillo con todo lo que rodea al invierno. Lo único que falta para que esto sea perfecto es que tengamos hielo en perfectas condiciones para patinar. El día que más frío tuvimos fue el miércoles de la semana pasada por la mañana, cuando yendo a trabajar me di cuenta que estábamos a doce grados bajo cero y pese a las deserciones de muchos holandeses o incluso de mi jefa, que se quedó en su casa, yo fui a la oficina en bicicleta como un campeón y a la hora del almuerzo estuve paseando por Hilversum.
El Rubio ya está avisado y desde que tengan hielo patinable en su poblacho y me avise, yo dejo lo que esté haciendo y me voy para allá y por supuesto, me planto de okupa en su casa. Yo me encargo de cocinar y entretener a las Unidades Pequeñas y a cambio lo único que pido es que mi dormitorio en su casa esté disponible.
El domingo, aprovechando el frío, aproveché para hacer un montón de Lentejas con chorizo, le pasé a mis vecinos un caldero bien repleto y está claro que les han gustado porque los peos se oyen desde mi casa. En fin, que ahora sí que parece que estamos en invierno.