Después de dejar el Islote de Hilario en el Parque Nacional de Timanfaya, visitamos el centro de visitantes que está en la carretera para ver la exposición y culturizarnos un poco, algo que todos sabemos que está condenado a fracasar porque yo soy como una ameba. La chica que estaba trabajando allí era muy amable y nos explicó un montón de cosas y entre lo que nos contó, nos indicó un lugar en el que podíamos parar y caminar a uno de los pequeños volcanes, cerca de un cartel que anunciaba el municipio de Yaiza. Paramos en el lugar y caminamos hasta el volcán, subimos por su falda, nos lanzamos a correr por el picón hasta casi darnos una hostia del copón y después entramos en el cráter y mi amigo el Niño se empeñó en escalar una de las paredes interiores para que le hiciera una foto y no me hizo caso cuando le dije y le repetí que con el objetivo de 11-16mm iba a parecer una mota de polvo. En la foto, el punto verde y blanco que hay en el medio es un cacho de carne de dos metros contando los zapatos y que posa en un volcán del que por descontado que desconozco el nombre.
-
Bici y más bici
Aprovechando el veranillo tardío que estamos teniendo en los Países Bajos y que comenzó el pasado viernes, estoy haciendo kilómetros a destajo en bici. El viernes fui a trabajar con ella, recorriendo los veintidós kilómetros y seiscientos metros que separan mi casa de la oficina en algo más de una hora. Salgo a las siete de la mañana, cuando aún no hay mucho tráfico, el sol está por salir y la temperatura ronda los trece o catorce grados, perfecta para pedalear en camiseta sin sudar. La ruta me lleva por el lado este de la ciudad de Utrecht, pasando junto a preciosos parques que a esa hora del día están desiertos y una vez salgo de la ciudad hace una línea recta casi perfecta que acompaña a las vías del tren durante gran parte del recorrido. Mientras pedaleo, escucho un audiobook y disfruto del aire fresco y de la soledad del camino. El regreso es a algo más de veinte grados, aún más relajado y por la misma ruta, la cual me ha costado determinar después de perderme tres o cuatro veces ya que en lo de orientarme sí que soy un negado.
El sábado me pasé por el mercado de Utrecht recién comenzada la mañana, después entré en una librería a comprar los libros de italiano para el curso que comienzo esta semana y al volver a casa salí en dirección a Wijk bij Duurstede, un poblacho a orillas de uno de los ramales del río Rín que está a unos veinticuatro kilómetros de mi casa. El nombre del pueblo significa el villorrio cerca de Duurstede el cual es un castillo cercano en el que vivía el obispo de Utrecht, que durante mucho tiempo era el Reyezuelo de la zona. Me debería haber llevado la cámara pero se me pasó y me quedé sin hacer la foto del único molino de viento del mundo bajo el que pasa una carretera. Para llegar allí planifiqué mi ruta usando el Knooppuntenplanner, en el cual eliges tu ruta y el sistema te dice los puntos por los que hay que pasar, los cuales están perfectamente indicados. Por supuesto me perdí al menos una vez y en lugar de los cuarenta y nueve kilómetros que quería hacer ese día, seguramente terminé haciendo sesenta. En el camino crucé por lugares en los que los colores del otoño comienzan a aparecer y por granjas en las que vendían manzanas, peras y en algunas de ellas mazorcas de maíz dulce (o piñas para los Canarios). Una vez en el poblacho, descubrí que ese día había un festival en el que participaban dieciséis coros de los Países Bajos que cantaban en varios escenarios repartidos por todo el pueblo y había un mercado fantástico. Me uní a los miles de visitantes para escuchar algunos de esos coros, ver a los frikis bailando delante de los mismos y recorrer las calles de un lugar que parece sacado de una postal y que por supuesto está fuera de las rutas turísticas, algo que sucede con casi todas las maravillas de este país, que parecen reservadas para los autóctonos y a donde no llegan los que vienen por unos días a fumar porros, emborracharse y ver las putas de Amsterdam (y si eres británico o americano a acostarte con ellas).
Regresé a mi casa por otro camino, pasando por poblachos aún más pequeños y por una zona que en primavera se vuelve blanca con las flores de los manzaneros, al llegar, aún pude disfrutar de la tarde en el jardín y comerme un kilo de almejas a la marinera que me dejó comatoso.
Por la mañana del domingo, un buen desayuno y salí a toda pastilla a coger el tren para ir a Amsterdam y pasar el día allí y hoy por la mañana, de vuelta al trabajo en bici, al igual que casi todos los días de esta semana, ya que el buen tiempo, con sol y sin lluvia, parece que va a ser la norma. Algún día quizás llegue a entender como puede haber gente que no puede vivir sin un coche. No hay nada más relajante que saber que vas desde un lugar a otro por tu propio esfuerzo y a velocidades que te permiten disfrutar de todo lo bello que tienes a tu alrededor ??
-
Mar de lava y volcán al fondo
Otra foto con los paisajes lunares de Lanzarote y esas extensiones enormes de lava, que en las imágenes se ve muy inocua pero que cuando estás cerca te das cuenta que es muy afilada y no apta para tropezar y caerte en el lugar a menos que quieras convertirte en una sangría andante. Entre que en Lanzarote no llueve con frecuencia y que una gran parte de la isla es básicamente lava, los paisajes son como los de esta foto.
-
La semana pasada en Distorsiones
Resulta increíble pero una vez más (y ya van tres), los escasos lectores de esta la Mejor bitácora sin premios en castellano me recuerdan que no debo parar y así pudimos decir lo de Misión: cumplida y garantizar otros dos años de boberías y desvaríos varios. Esta semana que ha terminado anuncié El regalo del mes de septiembre y la rematamos con el relato de Un fin de semana.
Una semana más paseamos por la isla de Lanzarote y comenzamos viendo unos Camellos en Lanzarote antes de seguir hacia un Volcán en el Parque Nacional de Timanfaya tras el cual vimos las Montañas de fuego desde el Islote de Hilario y acabamos la semana viendo a un profesional Echando agua en las anomalías geotérmicas y más tarde Provocando un géiser en las montañas de fuego.
Durante el fin de semana le dimos la bienvenida al Club de las 500 a la foto Keep on dancing! en el club de las 500 y a unos preciosos Pétalos en el agua en el club de las 500.Entre las fotos con cosas curiosas que veo por ahí nos encontramos con un Coche Tesla recargando la batería que vi hace unos meses.
La foto de bicicletas fue de un Rickshaw de Cycles Maximus que me tropecé en Amsterdam y por supuesto, ya está en el álbum de fotos de bicicletas.
Fui al Cine cinco veces y comencé la semana repitiendo con la divertida Crazy, Stupid, Love. Me lo pasé pipa con Los Pitufos ? The Smurfs, también me reí todo lo que quise son la ordinaria y vulgar Caballeros, princesas y otras bestias ? Your Highness y acabé la semana de muy buen rollo con Con derecho a roce ? Friends With Benefits. Hasta este punto del año ya he visto 123 películas y si lo comparamos con el 2010, crucé ese hito el 29 de octubre, en el 2009 fue el 15 de noviembre, en el 2008 fue el 25 de noviembre y en el 2007 directamente no vi tanto cine, así que salvo drama completo, debería llegar sin muchos problemas a las 150 que espero ver este año.
De mi cocina salieron las siguientes cosillas:
Y así transcurrió la semana …