Distorsiones

Lo que menos me gusta de esta época es que cuando llegamos a noviembre, la gente se acuerda de los cines y se llenan sea cual sea la película y así acabamos en una sala petada para ver algo que es más bien cine de filmoteca pero que han puesto en el multicine comercial porque el otro está siendo usado para un festival y claro, pasa lo que pasa, cuando los orcos descubren que aquello no es el tipo de cine que esperan, hasta que no se cansan y se van hay que aguantarlos. La película de hoy la he visto hace un par de horas, se titula Trash y en España se estrenó este fin de semana con el folclórico título de Trash: Ladrones de esperanza.

Unos julays juveniles las pasan canutas por una mierda que cogieron en el vertedero

Un par de niños que se ganan la vida recogiendo basura en un vertedero brasileño encuentran una cartera y al parecer tiene algo importante, ya que pronto, la policía de la ciudad busca insistentemente la misma. Los chiquillos deciden no entregarla y se embarcan en una aventura tratando de resolver el misterio que esconde la cartera y seguir con vida.

Esta es una de esas películas que en principio, uno espera que se transforme en un peliculón. Lo tiene casi todo, una trama interesante, buena música y un ritmo que promete y sin embargo, pronto empieza a hacer agua y tropieza y renquea y no consigue ganar velocidad. No ayuda que para resolver el misterio hayan estirado la cuerda tanto que la han partido por varios sitios. Tiene momentos muy duros y reales como la brutal tortura a un niño pero entre medias, le falta algo, la magia que la transforma en un clásico. Martin Sheen hace de cura borrachuzo y en casi todas sus escenas se le ve perdido y no interesado, como si hubiese aceptado el papel por las vacaciones gratuitas en Brasil. Lo mismo se puede decir de Rooney Mara, que en ningún momento es convincente. Los mejores son los tres chiquillos y la relación de amistad/amor que hay entre ellos, muy auténtica. La movida de corrupción, trapicheos y demás, a eso estamos muy acostumbrados los que leemos la presnsa española y no nos impresiona.

En fin, que definitivamente, prohibida para los miembros del Clan de los Orcos porque no es el tipo de cine que pueden tolerar. Aunque a mi me pareció flojilla, seguramente tiene un pase para los sub-intelectuales de GafaPasta. Para el resto, una curiosidad que igual hasta ponen por la tele algún día.

La espera desde que veo una película hasta que hablo de la misma en algunas ocasiiones, como la de hoy, puede ser larguísima. La culpa es de las diferencias en las fechas de estreno entre países, ya que siempre procuro ajustarlas a las españolas y conseguir de esta forma que los tres que me leen las tengan más o menos frescas. Aunque veo un montón de cine, también comento un montón de películas y cuando se me vacía la despensa tengo que tirar de esas pelis que tenía guardadas, como la de hoy, una película que fui a ver hace casi seis semanas. Se trata de Fury y en España se estrena a mediados de enero con el título de Corazones de acero que demuestra que algunos chuparon demasiadas pollas mientras estudiaban traducción e intérprete, porque de Furia a la mierda que le han puesto de título, hay varios universos que ni siquiera se tocan.

Unos julays risqueros se pasean por el terruño de los nazis reventando sus kelis

Con los nazis perdiendo la guerra, en 1945, un grupo armado en un tanque está detrás de la línea del enemigo luchando y pasándolas putas mientras no paran de hablar y nos recuerdan que ni los unos ni los otros son tan buenos como nos cuentan.

Vamos a dejar clara la principal razón para la baja nota. Ya se que si tienes un potorro se te ponen los pezones como piedras de hielo cuando aparece el Brad Pitt en pantalla, pero chica, ponte a ver cualquiera de sus últimas películas en versión original y verás que no vocaliza, que marrulla y no se le entiende una mierda. Se ha inflado tanto la cara con lo que quiera que sea que le inyectan que debe tener la lengua del tamaño de un pollote y el aire no puede salir de la boca. O eso, o se cree que actuar es marrullar sin que los espectadores lo puedan entender. Saltando a la película, esto es como un especial televisivo de los mejores momentos del cine bélico en el que están todos los posibles momentos emocionantes que hemos visto en todas las películas bélicas anteriores. No tiene un ápice de originalidad, es una sucesión de escenas que ya has visto anteriormente en otras películas y que sabes como van a acabar. Los diálogos bordean en algunos momentos la estupidez más absoluta y en otros son brillantes y este salto de lo bueno a lo malo es constante en la película. Los alemanes son clichés de lo que se espera de ellos, los soldados son clichés de lo que ya hemos visto en todo el cine anterior y esa constante falta de originalidad al final pasa factura. De la basca que va en el tanque, el único genuino y que logra robar momentos a todos los demás es Logan Lerman y es también el único que parece realmente un ser humano. Cuando está dentro del tanque limpiando los restos de la persona que han matado allí dentro tiene una escena increíble. Michael Peña hace una patética parodia de un latino entre gringos y Shia LaBeouf va de diva total.

Entre los clichés más patéticos que pusieron fue el enamoramiento instantáneo de uno de los soldados con chama alemana y el asesinato presto súbito de la misma para poder ver su cara de sufrimiento extremo por alguien que han conocido una hora y media antes. Mi impresión es que la película es poco realista y que está muy llena de momentos locaza de Brad Pitt.

Con un guión estúpido y simplón, uno podría pensar que vale para entretener al Clan de los Orcos pero el resultado es que en los cines, los Orcos no paraban de hablar o se marchaban directamente porque se aburrían. Los sub-intelectuales de GafaPasta igual la pueden apreciar. Para los demás, yo esperaría a que la pongan en la tele y me ahorraría la pasta.

Demostrando que me lo tengo merecido por güevón y por no molestarme en mirar las cosas, este jueves me iba al cine para ver un programa doble con las películas que he comentado hoy, es decir, primero con una de terror que ya sabía que iba a ser mala y después con una comedia de la que esperaba mucho, aunque si hubiese mirado lo que comenté de Cómo acabar con tu jefe – Horrible Bosses cuando la vi en el 2011, seguramente me habría ahorrado el disgusto. La secuela se titula Horrible Bosses 2 y se estrena en España el 1 de enero con el título de Cómo acabar sin tu jefe 2.

Unos julays fracasados, la siguen cagando sin más

Los tres comemieldas de la primera película deciden convertirse en empresarios y lanzar su propio producto. Cuando un empresario los estafa y su empresa está abocada a la bancarrota, deciden secuestrar al hijo del tipo y pedirle un rescate para salvar su negocio, solo que todo les saldrá del revés.

Esto es una comedia así que lo que uno espera es reírse, como sucede cuando ves el trailer en un par de momentos. Lo que no te esperas es que el trailer contenga todas las buenas escenas salvo una y que la película sea un festival de tedio. Los tres protagonistas parecen estar allí sin saber muy bien quien los puso o lo que tienen que hacer. Recitan sus líneas sin ganas, no hacen gracia y sus grandes momentos fracasan estrepitosamente. No se escuchan carcajadas en el cine porque no hay nada de lo que reírte. Del equipo de comparsas que les ponen, Chris Pine les roba planos a destajo pero tampoco logra que nos enganchemos a la historia, simplemente, le tocaron unas líneas mejores. Jennifer Aniston tiene un par de momentos épicos pero le faltan minutos que le podían haber quitado a los protagonistas. Del resto mejor no hablar, todos oscilan del lado de lo patético, encabezados por Christoph Waltz haciendo de pollaboba con acento. El final de la película es de puta pena y te deja helado por más que haya calefacción en el cine.

En fin, que este pallufo no servirá ni para juntar al Clan de los Orcos y que se echen unas risas todos juntos acompañados de sus hembras ni para que los sub-intelectuales de GafaPasta paladeen el arte que definitivamente no tiene. Un gatillazo.