No sólo de acción y terror vive el hombre, así que de cuando en cuando, me dejo caer por uno de estos thrillers americanos que encajan perfectamente en las sobremesas de los fines de semana. Hoy he visto 
The Manchurian Candidate, que se llamará en español El mensajero del miedo (Malditos sean los distribuidores por las barbaridades que hacen con los títulos de las películas). No ha estado mal, aunque tampoco he salido del cine gritando ¡aleluya!
La película está dirigida por el siempre eficiente Jonathan Demme, que sabe como hacer su trabajo. Este hombre, desde que en 1991 dirigió El silencio de los corderos no ha hecho nada espectacular, pero tampoco es que la cague a menudo como otros directores que viven del cuento. Los protagonistas son Denzel Washington, sufrido superviviente de la guerra del golfo con todo tipo de síndromes, Meryl Streep, que es la madre de otro de los supervivientes de dicha guerra y que borda el papel de hijadeputa política de-que-te-cagas. Su hijo es interpretado por Liev Schreiber, que no sé por qué pero me da un mal yu-yu del quince, aunque he de reconocer que lo hace bien.
Trata de lo que llegarían a hacer algunas multinacionales por meter un presidente en la casa blanca. La pena es que la peli llegue con cuatro años de retraso, porque ese es el tiempo que las multinacionales llevan controlando al actual a través de su vicepresidente y enviado del maligno, Dick Chirimpinpún.
Esta entretenida. Tiene mucho diálogo, mucho flashback y los actores no dan el cante. El guión está currado. En definitiva, se puede ver. Si estáis cansados de cine para quinceañeros y en vuestra ciudad no hay ninguna filmoteca, esta es una buena opción.
