Comenzamos a pasear por la ciudad de Múnich, una de las que más me confunden al hablar de ella ya que en alemán y holandés es München, en inglés es similar al español pero sin el acento y en italiano es Monaco di Baviera y tengo un cacao enorme en mi testa a la hora de elegir el nombre adecuado para el lugar. Comenzamos mirando la Karlstor, una de las puertas de la ciudad que ha sobrevivido y que antes de 1791 se llamaba Neuhauser Tor al estar en la calle Neuhauser. Está junto a una plaza que tiene una fuente de esas que no se ve pero que lanza chorros de agua a la calle y los chiquillos corren esquivándolos mientras las madres se enervan. La puerta actual no es la original sino una que se levantó después de 1861. El estilo actual de esta puerta es neo-gótico.
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Viajando a Estocolmo
El fin de semana pasado fue mi primera escapada para conocer un nuevo lugar. Este año ya he tenido dos, aunque eran de las que podemos catalogar como sociales, visitando a mi amigo Sergio y su familia en Málaga y yendo a casa del Turco en Estambul para ir un par de veces al cine y pasar menos de dos días con ellos. En este caso y aunque suelo tirar siempre para el sur, opté por subir más al norte e ir a la capital de Suecia, la ciudad de Estocolmo, una que no despierta mi curiosidad como pueden ser las ciudades italianas pero que igualmente estaba en mi lista de sitios que hay que ver al menos una vez en la vida. Desde los Países Bajos se puede llegar con Norwegian, compañía que ya usé cuando estuve en Copenhague y resultó que tenían billetes a muy buen precio, así que hace unos meses ya tenía mi billete. Esa fue la parte barata. Los hoteles en Estocolmo deben forrarlos de papel de oro porque los precios son de res-cándalo. Después de pegarme un mes mirando y mirando, comparando, leyendo, volviendo a comparar y demás opté por pagar un poco más y evitar los barcos, los cuales parecen ser la opción más popular entre la gente que quiere alojamiento económico. Era o eso o un dormitorio con multitud de camas, algo que sí que no me va. La diferencia total de precio entre tres noches en un barco con cutre-desayuno, habitación minúscula y baño compartido o habitación minúscula con mi propio baño sobre la terminal a la que llegan los trenes y autobuses del aeropuerto era de cuarenta leuros, así que opté por ésta última. El hotel que elegí es el Comfort Hotel Stockholm. Con eso solucionado, solo me faltaba la tarjeta de la ciudad para usar el transporte público y tener las entradas a los museos incluidas. En el caso de esta ciudad y usando el descuento de la tarjeta Ikea Family, la cual me saqué para otro descuento en Italia y que nunca he usado en las tiendas de esa empresa, te levantan setenta y tres leuros al cambio por tres días de transporte público y acceso a museos. Hay que comprarla por Internet y cuando llegas allí les das el recibo que te mandan por correo y te la dan, sin comprobar siquiera si tienes la tarjeta, con lo que ni hace falta sacársela para conseguir el descuento.
Mi vuelo era el jueves a las nueve de la noche, lo cual me permitió trabajar sin incidencias, volver a casa, prepararme una pizza con parmesano y salami milanés y después de cenar, salir para el aeropuerto sin prisas. Con mis amiguitos que Dios los bendiga tengo discusiones varias en la manera más adecuada para hacer una pizza. Yo soy de la escuela del Jamie, sin calentar el horno previamente, solo grill a potencia máxima y ponerla cerca de la parte superior. En doce minutos tienes una pizza deliciosa. Uno de mis colegas que pre-calienta el horno y controla la temperatura se queja de que las verduras sueltan demasiada agua. Por más que le repito que me haga caso y haga como yo no hay manera.
Mi mochila era la de treinta litros, básicamente llena con la cámara y el iPad y poco más, ya que llevo lo mínimo imprescindible de ropa. Con los años, acabaré viajando con lo puesto ya que me da pereza cargar mil cosas que no voy a usar. Una vez en el aeropuerto, fui hacia la terminal 3 ya que desde allí salen los vuelos de líneas aéreas económicas y era el lugar desde el que había volado la vez anterior con Norwegian pero parece que se han mudado a la parte del aeropuerto con el resto de aerolíneas. Una diferencia fundamental con los miserables de lIberia y Fueling es que deben pagar veinte céntimos de leuro más y en lugar de tenerte caminando media hora hasta pasar el final del aeropuerto para llegar a la puerta de embarque, estos aparcan en la primera pasarela, con lo que llegué a la sala de embarque en menos tiempos que tarda un bufo en disiparse (y para aquellos menos duchos en el idioma canario, un bufo es un peo (pedo) insonoro y con carga química apreciable por una o varias personas). Mi asiento asignado gratuitamente me ubicaba al final del avión y entré de los primeros. Me apalanqué en mi rincón y pasé el vuelo viendo vídeos con el iPad y chateando con el Rubio, ya que Norwegian es la primera y única aerolínea europeda que ofrece WiFi GRATIS-TOTAL Y TAL Y TAL en sus vuelos. Visto como los aviones tienden a desaparecer hoy en día, el Rubio siguió el vuelo con FlightTrack para no perderme de vista. Al aterrizar, cerca de las once de la noche, me acerqué al puesto de información turística, recogí mi Stockholm Card y me compré un billete de ida y vuelta en guagua, la cual me dejó a cien metros del hotel. Como esto va a ser mas largo que una homilía, corto aquí y el relato continúa en otra ocasión.
El relato continúa en Mi primer día en Estocolmo, pateándome el centro histórico
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La semana pasada en Distorsiones
Esta semana tenemos un resumen más corto de lo habitual. La culpa la tiene la vidilla social, la primavera y la primera escapada programada de este año (sin contar las visitas a amigotes), que me llevó de fin de semana a Estocolmo, la capital de Suecia. Veremos si consigo escribir el relato del viaje durante la semana. Esto sucede después del salto inesperado a Estambul presionado por mi amigo el Turco, el cual está esta semana en Holanda.
Las costumbres holandesas no dejan de fascinarme y en De regalos de cumpleaños y comida tenemos una pequeña explicación (con algunas fotos) de una de ellas. También hablando de costumbres holandesas vimos Otra Sarah más pachanguera
Acabamos el paseo por Sihanoukville y alrededores y en la tanda final estuvimos Caminando en el manglar en el Parque Nacional de Ream, subimos al Mirador de pájaros en el Parque Nacional de Ream y nos acercamos al mara para ver la Playa en en el Parque Nacional de Ream y también estuvimos en la Zona principal del Parque Nacional de Ream y acabamos en La zona de marisqueo en el Parque Nacional de Ream
La Cerveza de la semana fue la nueva Kornuit, una pilsen que no destaca por nada y que están promocionando muchísimo en Holanda, intentando que se convierta en la cerveza de moda.
La bicicleta que vimos esta semana es una vieja conocida. Es una Gazelle Cabby con la cesta cerrada, que tarde o temprano se unirá al resto en el Álbum de fotos de bicicletas.
Fui al Cine solamente una vez en la que es la peor semana del año, básicamente porque no había nada en cartelera antes del jueves que me faltara (o quería ver) y desde ese día hasta el domingo estuve fuera de mi casa. Aún así me las apañé para ir la noche del domingo. Aunque tenía tres películas en mi despensa, comenté únicamente dos. Comenzamos con la sosa Need for Speed, una especie de videojuego en pantalla grande con un tema estúpido y seguimos con otra película tonta basada en una serie de libros que seguro que no habéis leído (yo sí) y titulada Vampire Academy. Al final he acabado el trimestre habiendo visto cincuenta películas. Si mantengo el ritmo, tendremos otro año con doscientas películas, aunque este trimestre va a ser muy pero que muy complicado.
En Comida en fotos sigo poniendo fotos a diario y hay programadas las suficientes para llegar hasta el primero de mayo. El resumen de las cosillas que formaron parte de mi dieta alimentaria es limitado por no haber andado por mi casa pero tiene algunas cosillas:
Y así transcurrió la semana …