Hoja de ruta del 2023


En enero de cada año pongo mi hoja de ruta con aquello que pienso que quiero hacer y después no lo hago o lo cambio y adapto según me convenga, que es uno de los grandes placeres de este tipo de ejercicios, la flexibilidad y la adaptabilidad, que yo sé de muchos que dicen que van a hacer un montón de ejercicio y un año después ruedan como boliches para desplazarse y están tan a gustito con su morbidez. Esta es una tradición que se remonta al segundo año del mejor blog sin premios en castellano y que llega a la decimonovena iteración y si alguno no me cree, que todo es posible, las pueden leer haciendo clic en los enlaces de 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021 y 2022.

Lo bueno que tiene el entrenamiento es que se convierte en rutina y el mejor blog sin premios en castellano va a continuar, que solo llevo diecinueve años escribiendo la bitácora. No veo razón alguna para cambiar el formato y seguiré, ahora que ya es mayor de edad, procurando publicar dos anotaciones diarias. Por si alguno no ha captado aún el concepto, entre semana de martes a viernes vemos fotos de algún lugar, que este año incluirá sitios como Liverpool, Dubai, Salónica o Cork, los lunes por la mañana tenemos el resumen de la semana anterior y entre semana por las noches habrá algo que puede ser una bici o lo que se me ocurra. Los fines de semana nos moveremos entre dos y cuatro anotaciones de cine. La buena noticia de las fotos es que ya acabamos con Tailandia.  Tengo un par de boberías que se están macerando y tarde o temprano aparecerán por aquí. Entre ellas, una conversación absolutamente increíble entre un par de panolis que grabé en la playa de las Canteras gracias a que hablan a gritos y se podía oír bien.

Seguramente habrá nuevas recetas porque tengo unas cuántas que estoy haciendo y que aún no he comentado, tanto con mi CrockPot Express como sin ella, que también las hay y el istagrame es un universo fabuloso para encontrar cosillas que probar. Esas recetas, por supuesto, acabarán en mi pequeño libro de recetas de cocina, que ya no es tan pequeño y en el que varias recetas han sido actualizadas para hacer con la olla exprés. Tengo una lista de unas cincuenta recetas que quiero probar y algunas cuajarán.

Al tener chamba, probablemente habrá información sobre ese universo de seres humanos que yo miro desde mi búnker y doy gracias a uno o varios dioses por no ser como ellos.

Este año el plan es reiniciar los viajes, al menos los de buceo y quizás en el otoño las escapadas por Europa, dudo que lo haga en la primavera porque los precios de los billetes son de r-escándalo.

En lo relativo al cine, intentaré recuperar el más pausado ritmo de doscientas películas al año, que lo del 2022 fue frenético. De cuando en cuando comentaré Series de TV, que verlas, las veo, aunque aquí llegan solo las que me gustaron, ya que no hay sistema de puntuación como con el Cine, que con las series, a veces las abandono en los primeros cinco minutos del primer episodio.

A estas alturas y tras ocho años, ya lo del Duolingo es rutina y no creo que vaya a cambiar. Los viajes en tren al laburo son el momento perfecto para esto, que al menos así ejercito lo que quiera que haya dentro de mi kabezón. 

Estamos en la tercera temporada de YO NUNCA, que por suerte sigue pasando desapercibido. Sigo queriendo hacer una radionovela absurda, pero sería algo que tomaría mucho tiempo y como que si tengo que elegir entre ir al cine y hacer eso, siempre me voy al cine, así que otra vez será uno de esos deseos que no se cumplen.

Todos los años digo que quiero escribir un libro y ningún año lo hago, así que lo dejo caer por aquí por tradición, pero el blog es el libro y no parece que lo vaya a acabar por ahora.

Otra rutina que continuará es la de correr. Conseguí hacer más de mil doscientos cincuenta kilómetros, saliendo a correr doscientos ocho días y ya lo de quemar playeras y cambiarlas es algo que sucede con una regularidad asombrosa y he terminado por tener playeras repartidas entre los Países Bajos y España, aunque por el norte tengo incluso unas para correr en seco y otras para cuando llueve o tenemos hielo o nieve en el suelo, que puede suceder y ha sucedido. Dejé de hacer lo de la rueda de abdominales después de un tirón y no creo que vuelva a esa rutina, aunque me gustaría hacer alguna otra cosilla. Por los Países Bajos, seguiré yendo a caminar con un colega y haciendo rutas de veinte a cuarenta kilómetros a pie. También estoy yendo a caminar en Gran Canaria, siempre que me bajo al sur suelo ir con un amigo. También continuaré buceando y espero tener empachos como los que hacía antes de la pandemia podemita y truscolana, estar dos semanas buceando sin parar. El lugar al que quiero ir (o regresar) es a las Maldivas, que tienen unos cuántos tipos de tiburones con los que me gustaría bucear, nodrizas, martillo y tigre, entre otros.

Y ya no se me ocurren más cosas que dejar en esta lista, que está bien nutrida de asuntos que probablemente ignoraré.

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5 respuestas a “Hoja de ruta del 2023”

  1. Desgraciadamente, a mi lo de caminar, se me ha puesto muy difícil, tengo que ayudarme con muletas o bastón de vez en cuando, y cuando creo que las puedo dejar, vuelvo a tener una recaída, así que ya me estos mentalizando para no dentro de mucho andar en una de esas sillas eléctricas, la edad no perdona, y tampoco las metidas de pata ( nunca mejor dicho) del pasado, pero sigo con mi sentido del humor intacto…o casi 🙂
    Salud

  2. Genín, como uses silla eléctrica vas a tener que aguantarle a este lo del «culocoche» para la eternidad! 😉
    Lo importante no es la velocidad de movimiento, es la seguridad, si tú te sientes más seguro, adelante, es lógico. Tu sentido del humor no lo pierdas nunca (y tu paciencia para aguantarnos tampoco!) :*

  3. Virtu, como ya sabes sobradamente, uno, a estas alturas, está totalmente vacunado e inmune al virus Sulaco, sí que como soy muy espartano seguiré intentando no usar máquinas, pero nunca se sabe 🙂
    Salud

  4. Por suerte para mí, por ahora las únicas que uso son las del bus.
    Genín, ya somos dos inmunes (que remedio!) . Seguiremos haciendo frente común. Equipazo G-V!