Distorsiones

Mi relación con el director Guy Ritchie es muy complicada, tiene películas que me parecen fabulosas y otras que son tostones, así que ir a ver su siguiente película es como aventurarte a coger un bombón de los de la peli de Harry chapaPotter, que igual te sale fabuloso o te sale rana. No recuerdo haber visto el trailer de esta, apareció en los cines de pronto y de hecho, creo que la vi unos días antes del estreno oficial en los Países Bajos en una sesión de preestreno. La película se titula Operation Fortune: Ruse de guerre y en España está en los cines desde la primera semana de enero como Operacion Fortune: El gran engaño.

Unos julays tienen que quitarle a un malo-malísimo algo dañino y buscan la ayuda de un guaperas famosete.

Tenemos que los servicios secretos han detectado que hay unas movidas raras con transferencia de dinero y subastas pero no tienen claro qué es lo que se subasta y si es peligroso, así que envían a un equipo y para ayudarlos a infiltrarse más rápidamente, acoplan a un actor famoso del que es super-fans uno de los criminales. Con el actor metido a agente secreto, las cosas se complican y acaban todos tratando de parar la millonésima ocasión en la que los malos pretenden acabar con el mundo conocido.

Igual es porque fui al cine sin saber nada y esto acabó sorprendiéndome y gustándome, es una peli de espías, con aventuras, pero sobre todo es una comedia, con diálogos veloces como gustan a Guy Ritchie y con un montón de actores, entre los que destacan Hugh Grant, que borda su papel de mediador de criminales y presunto criminal y Josh Harnett, que es el que hace de actor famoso y le roba escenas una y otra vez a Jason Statham, el protagonista de la peli, que gracias al músculo único que va de la coronilla a los dedos gordos de los pies, se pasea por la pantalla sin mucha expresividad. La película recuerda muchísimo a las de 007, pero en plan cachondeo y más absurda, con una trama ridícula y que se vuelve aún más estúpida según avanza la peli. Dura casi dos horas y ese es el único pero que le pongo, que podrían haber cortado quince minutos y hacerla más dinámica, que tiene un par de momentos en los que el ritmo se reduce demasiado. Pese a esto, muy entretenida.

Esto no pretende ser cine para los miembros del Clan de los Orcos, por más que hay persecuciones y explosiones, porque todos hablan demasiado y todos conocemos las limitaciones de los mentados. Probablemente los más jóvenes entre los sub-intelectuales con GafaPasta la puedan apreciar.

Con el pánico cerval de las distribuidoras gringas a competir con Avatar, dejaron la cartelera desprotegida y se han estrenado al menos dos películas neerlandesas durante las navidades, una comedia, que es la de hoy y un drama, que he reservado tres veces y siempre cancelo por lluvia y porque en las entrañas sé que me va a disgustar y para eso no me mojo. La de hoy parece una vuelta de tuerca en un tema que ya hemos visto en multitud de películas y series. La película se titula De Tatta’s y la probabilidad de que se estrene en España está tan cerca del cero que no se puede medir, pero vamos, que de hacerlo, se titularía truscoluña no es nación.

Una familia de julays con pelas se arruinan y acaban viviendo con chusma terrorista-musulmana.

Tenemos que unos con pasta, después que el marido haga una mala inversión por culpa de los celos de un colega, lo pierden todos y acaban viviendo de okupas en un piso en un edificio petado de terroristas-musulmanes-de-mielda, concretando, moros. Allí verán que la gente los adopta como parte de su familia y se tendrán que acostumbrar a otras costumbres, como la hija convertirse en hembra de moro, el hijo meterse en una banda de futuros y presentes delincuentes y el marido trabajar en un taller y tal y tal.

Esto es una comedia, aunque en los primeros veinte minutos tenemos mucho drama y aburrimiento, pero para cuando llegan al bloque de pisos de los moros, la cosa aligera y la película pilla el cachondeo, a la holandesa, por supuesto. Tenemos escenas absurdas con el chamo, que no le ha dicho a su hembra que lo echaron de su trabajo, saliendo de la keli vestido con traje para después cambiarse y ponerse el mono del taller y aconsejar a un joven en el taller como aproximarse a una hembra para magrearla y empetársela sin saber que la hembra en cuestión, es su hija pija, mientras el hijo se hace amigo de unos morillos que forman una banda y básicamente, lo introducen en el crimen. La película está llena de escenas absurdas, vamos saltanto de miembro de la familia a miembro de la familia con esas boberías y todos, salvo por la madre, funcionan relativamente bien. Con la madre como que no se les ocurrió nada y tiene la trama más estúpida y tonta de todas.

Si eres un miembro de un Clan de los Orcos neerlandés, esto aquí funciona pero imagino que no lo hará con los de España. Aterrorizará a los sub-intelectuales con GafaPasta.

He visto tantas películas contando la vida de cantantes negras en los últimos tres años que estaba convencido que esta ya la habían hecho y hasta mirando el trailer, es que todo me sonaba. También está clarísimo como el agua destilada que el género está agonizando por saturación, que tantas películas de cantantes y folclóricas con problemas de drogas y en plan divas acaban cansando, que esto es un más y más y mucho más de lo mismo sin fin. Aún así, en el caso de esta cantante, conozco varias de sus canciones y gracias a la revista Lecturas, Pronto y Semana estoy super-puesto en su vida y al regresar de España fui a ver Whitney Houston: I Wanna Dance with Somebody, película que se estrenó en España en navidades como I Wanna Dance with Somebody, que por si no lo sabes, es una canción que cantaba un conocido traidor y cobarde cuando se esconde en los portabultos de los coches con los que huye.

Una julay berrea que no veas y cuando se hace rica, todos los negros de su familia la magorrean que no veas.

Resulta que una pava que canta en un coro y que tiene una madre conocida o algo así, tiene un buen vozarrón y cuando un productor la ve, firma un contrato y ya con su primera canción de su primer álbum se convierte en la más grande, o sea, la grandiosa. La chama mete al padre en la empresa, para que robe con gusto y después no escucha los buenos consejos y siempre elige el camino ese que tiene un cartel que dice pa’cagarla y poco a poco se va jodiendo la vida, que se le acabó muy mal cuando se ahogó en la bañera por no saber nadar y no usar flotadores, que hasta un tonto que se lea las instrucciones de la bañera sabe que los que no nadan deben usar flotadores al bañarse.

Igual es la fatiga de tanta biografía de cantante, pero esto es más bien un telefilm con una fabulosa banda sonora. Todo en la película me sonaba demasiado y en ningún momento hay una conexión emocional, ni con la actriz que hace de Whitney Houston ni con nadie más. Está bien hecha y la música es linda, pero es que hay poco más. Nunca tomaron bando, ponen al padre como alguien malo y que se aprovechó de la hija pero después no son capaces de mantener la postura, o al marido que también lo tratan de hacer el nuevo malo de la película pero después lo dejan ir sin más y todo esto es demasiado blandengue. Se supone que hay que tener drama y aquí no lo hay. Ni siquiera el declive con las drogas es reseñable, que yo he visto fotos de esta mujer cuando estaba fatal y parecía la cuñada de la bruja Avería y en la película la droga casi que saca la belleza interior que llevaba la chama. Lo mejor las canciones, pero por lo demás, un telefilm.

Esto no lo soportan los miembros del Clan de los Orcos ni jartos de coca. Tampoco creo que atraiga a los sub-intelectuales con GafaPasta. Para ver por la tele, si la pasan, pero vamos, que si te quedas dormido no te agobies que al final la chama muere, como en la vida misma.