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  • El templo Wat Suthat Thepwararam Ratchaworahawihan

    22 de noviembre de 2022

    Después de dorar la píldora con tantas fotos, por fin vemos el templo Wat Suthat Thepwararam Ratchaworahawihan, con ese tremendo pedazo de nombre que hay que pronunciar después de hacer unos ejercicios respiratorios porque si no te asfixias. Casualmente y fuera de plano, el templo está como en un patio interior y el azulejeado que ya hemos visto es lo que está a la altura de esas plantas verdes, solo que aquí no lo vemos. Como en Tailandia, cuando llueve, más bien diluvia, el lugar en temporada de monzón tiene que ser una charca o un lago interior. En ese edificio hay un Buda sentado en la posición podemita-truscolana de mendigar acompañado por una basca que no veas.

  • Bienvenido a bordo, el comienzo

    21 de noviembre de 2022

    Uno de los secretos peor y mejor guardados del mes pasado y el actual ha sido el que comenzaré a contar hoy y quién sabe si acabaré aquí o esto se estirará como un chicle bazooka. Todos somos de alguna manera consciente que hace dos meses y dos días comencé a laburar, con una nueva chamba. Ya han habido anotaciones al respecto. Entre la información que me suministraron los de Recursos Humanos, figuraba un evento, una especie de curso, de tres días, para dar la bienvenida a la empresa, aprender cosillas de su historia y mezclarte con otros empleados. Esos cursos se hacen en la sede europea de la empresa, que casualmente es la neerlandesa, en la oficina a la que yo debería ir por propio derecho aunque elijo la fábrica y la otra sede por conveniencia. Inicialmente me habían dicho que seguramente haría el curso el año que viene, pero parece que alguien canceló y un viernes me llegó un mensaje de una pava informándome que podía decir de-que-sín y unirme al evento de la bienvenida de la semana pasada. Mi jefe ya me había dado autorización, así que me apunté, después de tantear a todo quisque sobre el susodicho, recibiendo información ambigua, ya que unos, los que llevan aquí toda la vida, nunca lo hicieron y los otros, los que entraron en la gran expansión de la empresa tras la pandemia podemita y truscolana, lo hicieron en plan videoconferencia y decían que era un masque del copón. Por eso, decidí, pasar solo la primera noche en el hotel que suministran porque el primer día se acababa bastante tarde. Ese fue mi único error. Sabiendo lo que no sé ahora, debería haberme quedado los dos días.

    Como yo vivo en los Países Bajos, para mi acudir era cuestión de transporte público solo que justo la semana pasada (y esta semana), han cortado el tráfico de trenes por las vías que van por el sur de Ámsterdam camino al aeropuerto y aquello fue un caos absoluto, así que salí de mi keli con un montón de tiempo para llegar allí antes de las diez de la mañana. Según el programa de la empresa ferroviaria, podía pillar un tren a la estación del estadio del Ajax y desde allí seguir en guagua, pero en la realidad, ese tren no existía y por eso, me metí en el único tren que iba hacia Ámsterdam y que estaba lleno como cualquier Bangalore exprés, con gente por todos lados, aunque yo conseguí sentarme. El tren iba tan lleno que cuando salió de la estación iba despacito y como que no aceleraba y el chófer finalmente dijo por megafonía que había tanto mórbido allí dentro que habíamos superado la capacidad de carga del tren y no podía acelerar más, con lo que el trayecto de media hora a la capital de los Países Bajos se convirtió en un trayecto de cuarenta y cinco minutos y cada vez que cruzábamos un puente se oía como crujía por el sobre-esfuerzo. Al llegar tan tarde a la estación, perdí todas mis conexiones al aeropuerto y como este tren seguía hacia una estación llamada Amsterdam Sloterdijk, decidí seguir hasta allí con la esperanza de llegar antes que los que perdí y que paran en una estación en el camino. Decir que la estación a la que me dirigía, en su día, era la zona cero de crímenes en la ciudad, por allí todo el mundo se movía con sus pistolas, granadas y rifles. Esa estación tiene forma de letra T, o más bien de símbolo +, con lo que al salir de mi tren subí a las vías del cruce pensando que por allí llegaría el otro en un minuto, pero como que no me cuadraban los números de andén y descubrí que hay otra parada a doscientos metros de distancia saliendo de la estación y caminando, algo imposible de hacer en el tiempo que me quedaba, así que tuve que esperar diez minutos a que llegara otro tren que sí que iba por allí al aeropuerto. Una vez en el aeropuerto, en el mismo andén, pillé un tercer tren para ir a Hoofddorp, mi estación de destino, en un viaje de cinco minutos. Después caminé los seis minutos desde la estación a la empresa y asombrosamente, fui el primero en llegar, sobre todo porque todos los demás ya habían ido al hotel y venían desde allí en una guagua, con lo que aparecieron todos juntos.

    Nos dieron una bolsa con regalos y entramos al auditorio de la compañía para las dos primeras presentaciones, hablándonos de la historia de la empresa y allí nos enteramos, por ejemplo, que nuestra empresa inventó el primer semáforo automático, que por eso Virtuditas y su intimísimo me tienen tanta tirria, porque ellos son culocochistas profesionales y eso les duele. También inventaron el primer cajero automático y hasta el primer sistema de entrada al metro con billetes, las máquinas esas que te abren la puerta cuando metes el billete. Podríamos mencionar también el primer sistema automático para medir la presión de un julay, aunque para eso, Genín y Virtuditas, que con la edad que tienen ya son expertos en esas máquinas, nos podrían dar dos cursos. Hablaron de las cuatro empresas que forman la compañía, de la parte social de la misma y bla bla bla. Después de esto teníamo el primer ejercicio, consistía en preparar durante quince minutos un discurso de un minuto que le das a un pavo que te encuentras mientras usas un ascensor para convencerlo y que compre productos nuestros. Nos dividieron en seis grupos y yo estaba con todos los que vinieron de España, que eran cinco. Uno de ellos trabaja en marketing y ese maceró el concepto en plan vender aire y que tú disfrutes pagando, como hacen con los telefoninos esos que tanto le molan a Virtuditas y que ni se pueden programar para apagarse solos de lo malos que son. Los españoles, cuando se trata de hablar inglés, no es su lengua, así que cuando nos acosaban para que eligiéramos a uno que expusiera nuestra venta, yo me levanté, agarré el papelón con las ideas, me fui a la parte delantera del salón y esperé a que pusieran la cámara para grabarme. También me avisaron que habría cuenta atrás en los últimos cinco segundos y que esto no es como los discursos de los Oscars, que te cortan cuando llegas al minuto. Obviamente, clavé la coña, que eso de hablar y hablar sin decir nada, eso lo domino yo perfectamente. Yo tenía claro que de los cinco grupos restantes, le ganaba fácilmente a cuatro pero el que faltaba era el que me podía hundir, el grupo de las chochas, que como votábamos entre nosotros, todos sabemos que los machos votan en base al coño o al olor del susodicho, así que si en ese grupo elegían a una de sus chochas, yo no podía ganar, pero resultó que las guapas eran tímidas y la que expuso era protagonista en la serie del planeta de los Orcos y además con inglés fatal, con lo que cuando finalmente llegó la hora de la votación, A-RRA-SÉ.

    Después de eso vino el almuerzo y como veo que ya me estoy enrollando, dejamos la segunda parte del día para otra anotación.

    Esto continúa en Bienvenido a bordo, juego y crucero

  • La semana pasada en Distorsiones

    21 de noviembre de 2022

    Comenzó la semana pasada explicando que Mi energía no es tu energía, que a mí prácticamente me pagan por usar el gas y la electricidad. Sigo explorando mis viajes hacia el sur en De ríos y provincias que paso y Pasé la última frontera cinematográfica.

    Las carrozas de Buda
    El caballo en la entrada azulejeada del Wat Suthat Thepwararam Ratchaworahawihan
    El Buda de bronce del Wat Suthat Thepwararam Ratchaworahawihan
    El carrozón de Buda

    En Bangkok comenzamos la semana con Las carrozas de Buda y después nos centramos en El carrozón de Buda y bueno, lo flipamos con El Buda de bronce del Wat Suthat Thepwararam Ratchaworahawihan y El caballo en la entrada azulejeada del Wat Suthat Thepwararam Ratchaworahawihan

    Tenemos una nueva bicicleta, una Popal fusion que ya he añadido al Álbum de fotos de bicicletas.

    Barbarian
    Casa Coco
    Black Panther: Wakanda Forever

    Fui a ver cuatro películas al Cine y por aquí comenté tres, comenzando con la sosa Barbarian, siguiendo con la patética Casa Coco y acabando con el vómito deleznable de Black Panther: Wakanda Forever.

    La poca comida que salió de la cocina de mi keli fue:

    tarta de manzana
    garbanzada canaria
    Castañas asadas
    Magdalenas de arándanos azules
    Pan de huevo canario
    Poffertjes
    Pimientos dulces rellenos de carne
    Chili con calabaza y carne
    Churros
    Pannenkoeken
    Yogurt griego
    Mantecados de Gran Canaria

    Y así transcurrió la semana.

  • Black Panther: Wakanda Forever

    20 de noviembre de 2022

    Bueno, hace ahora casi cinco años que fui a ver Black Panther y básicamente, me pareció una mielda, llena de estereotipos y en la que los blancos somos siempre los malos y un puñado de negros racistas y arrogantes que se pasan el puto día bailando y pisoteando la tierra, son los buenos. En ese tiempo, se murió el protagonista y nunca le llegó a dar tiempo a pagarse un curso de actuación, que lo necesitaba desesperadamente porque era un pésimo actor, pero trincaron al resto de la banda y han hecho algo que han llamado Black Panther: Wakanda Forever, aunque repito, el protagonista por suerte ya no está. Esto se ha estrenado en todo el mundo al mismo tiempo y con el mismo título, incluyendo España, aunque este es uno de esos raros casos en los que truscoluña no es nación habría sido un título más acertado.

    Muerto el julay, el resto de la chusma y gentuza de su familia busca bronca con una banda latina.

    El panoli ha muerto y después del bailoteo en plan cabalgata de carnaval brasileña, la madre que lo parió, que tiene una mala leche que no veas, se busca enemigos por todos lados y le sale hasta una banda latina subacuática liderada por un pollaboba con alas de plumas en los tobillos, que es lo más chorra y peri-patético que he visto en todas las pelis de superhéroes. El pavo además es que va todo el tiempo con bañador de lycra ajustado y sin paquetón, que lo podían haber puesto un par de paquetes de kleenex. El chamo ese y su gente busca bronca con la gentuza del país ese conocido como los fascistas de wakanda y se pasan todo el puto día de bailoteo y mariconadas o algo así, con gran batalla final en el agua que fue una cagada que no veas.

    Puedo confirmar y confirmo que después de la primera hora estaba tan soberanamente aburrido que me dormí y por ejemplo, el rescate de las dos pelanduscas del reino de la banda latina sub-acuática no tengo ni puta idea de como sucedió porque me desperté con la celebración a posteriori. Me flipó ver cienes y cienes de miles de personas en el funeral en calles de tierra, todos vestidos con ropa lavada con blanco hiper-nuclear y que pisotean la tierra esa de las calles porque no se gastan un duro en asfalto y allí no se levanta tierra alguna. Algunas de las frases serias de los protagonistas eran para partirte la polla de risa de lo subnormales que sonaban, esto más bien parecía una parodia de las telenovelas clásicas y perfectamente la podrían haber titulado, la miasma, chusma y gentuza de la periferia también llora. El guion no tiene sentido ni coherencia, saltan de aquí para allá y hay un montón de cosas que no se llegaron a resolver. Básicamente, cualquier editor blanco con un buen par de cojones, coge la tijera, le quita al menos una hora a la película y la deja muchísimo mejor. La escena a posteriori en mitad de los títulos de crédito no sirve para nada y desde ya te digo que no vale la pena perder cuatro minutos de tu vida esperándola. Al parecer la pava científica que ella sola inventó algo que nadie más ha podido inventar y lo hizo como un trabajo para el instituto va a ser el nuevo Ironman, solo que ahora será hembra y negra. En fin, que el MCU se sigue revolcando en sus dólares y en la mierda soberana que ha sido toda la fase cuarta, que no aportó absolutamente nada a las vidas de los espectadores, salvo cansarnos, que yo ya es que empiezo a plantearme si vale la pena ir al cine a ver esas bazofias.

    Si eres un miembro del Clan de los Orcos, colores vivos, hembras despelotadas agitando la caja de la mierda, viejas no follables con uñas que parecen garras y música a todo meter te atraerán, aunque agárrate los machos que esto son tres horas y hablan un montón. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, huye.

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