Se dice y hasta se canta que no hablamos de Bruno y eso lo respetamos todos, pero sí que voy a comentar lo que sucedió anoche, que no vi en directo, que yo ya hace décadas que superé lo de pegarme toda la noche despierto para ver una aburridísima e interminable ceremonia de egos y ahora soy más bien de mirar la prensa por la mañana y en media hora ver los horrendos vestidos, los discursos más cutres y emotivos, las sorpresas y bueno, en esta gala, las escenas de violencia gratuita toleradas por una concentración de buenistas y que no se castigan. Resulta que un pavo, o más bien un macho alfa de esos que se prodigan tanto entre los buenistas, podemitas y truscolanes, uno que ha intentado colocar a los inútiles de sus hijos como actores pese a que no valen ni para batirle un güevo a un travelo y que está casado con una hembra en un matrimonio abierto y por eso ella chinga por ahí que no veas y al último pobre desgraciado que se descubrió que se chingaba y que tenía más o menos la edad de sus hijos, le hundió la vida y acabó en el ostracismo absoluto de los buenistas, que ella lo puede hacer por ser negra y hembra pero el otro pobre, pese a ser negro, fue expulsado de Hollywood y condenado a buscarse trabajo de chapero, de sorbepollas o de camarero, según le vaya mejor. Estamos en una gala aburrida y el presentador hace una broma estúpida porque la susodicha hembra, tiene alopecia, es decir, el coño ya no se lo afeita porque se le quedó como un mejillón sin pelo y ahora se rapa porque no lleva pelucones como muchas otras que están ahí y que son calvas y todo el mundo lo sabe. Su macho alfa se ríe y de repente le da un pronto, sube al escenario y le da una bofetada amariconada al presentador, vuelve a su sitio y se pone a gritar como la verdulera que es para que no se meta con su jodida mujer, que ahí si que hay verdad, que a la mujer la joden, pero otros, que a él parece que le da asco o tiene alguna alergia para la que no existe tratamiento. Digámoslo claro, un negro sube al escenario a hostiarse en un acto machista y se tolera y se aplaude un rato después con ovación y todo el mundo de pie porque es negro y por eso lo puede hacer. Si es un blanco el que sube al escenario y le da un bofetón al negro, lo sacan con seguridad de la sala, lo expulsan de la academia y ya ponen en la güiquipedia la hora, el minuto y el segundo en el que acabó su carrera, ya que estará condenado al ostracismo para el resto de su vida. Esta es la hipocresía actual, el ganador al Oscar al mejor actor es un abusador y un delincuente al que se le permite cometer un delito mientras lo ven cientos de millones de personas y como es negro y buenista, pues todos mamamos y aplaudimos y nos congratulamos de lo mucho que hemos evolucionado como especie. Han pasado un montón de horas y la Academia no ha hecho nada y es poco probable que lo hagan. Si la hembra que destruye las vidas y los sueños de los jóvenes que se folla estaba tan ofendida, podría haber subido al escenario ella misma y arrear el moquetazo, o va a resultar que a esta también hay que quitarle el teléfono móvil porque es débil y estúpida como otra hembra a la que el macho alfa de la coleta tenía en su redil de zorrillas. Al menos ya vamos viendo claro por qué cuando un inmigrante ilegal le pega una paliza a una anciana, la culpa es de ella y a él hay que darle sueldo, casa y que se traiga a toda su familia.
Y como tarea para hoy, los reto a que se sienten delante de la telelevisión, aprovechen su abono a la cadena esa de la eNe de truscoluña No es NacióN, se ponen unas pinzas en los párpados para que no se les cierren y se ponen a ver El poder del perro – The Power of the Dog y a ver cuántos creen que fui cruel y me pasé dos pueblos con los 4 puntos que le di y que fueron MUY pero que MUY generosos. Los que tengan abono a la plataforma de la manzana podrida o sepan como encontrar cosas en las internetes, disfruten con CODA, que es cine bien hecho, con bajo presupuesto y una bonita y positiva historia.