Ya dije que Jim Thompson se dedicó a coleccionar arte asiático y kelis tailandesas que pegaba con pegamento ymedio y hoy tenemos uno de los rinconcillos artísticos de la casa con estas dos esculturas que seguramente alguien saqueó de algún yacimiento arqueológico y después las compró el pavo y esa especie de separador de habitación tallado en madera que se ve muy fastuoso y hasta el jarrón que hay delante, o la palangana, seguro que es super-hiper-mega especial. La verdad que como estaba todo muy bien puesto y al morir el tío sin tiempo a acaparar morralla la casa todavía no estaba petada, tienen una colección muy chula y muy agradable de visitar.
El otro día vimos la parte de la fachada por donde se llegaba y se compraba la entrada y se veía como una cafetería o algo así en la planta baja. Del otro lado la casa (o casas, que son en realidad seis casas típicas tailandesas pegadas con pegamento imedio, que lo pega todo, todo, todo, salvo truscoluña, que no es nación) se ve más bonita, con muchas plantas y como integrándose perfectamente en el jardín de la misma, que la oculta de las calles de alrededor, que aunque parezca difícil de creer, esto está empotrado en una ciudad llena de rascacielos y edificios grandes y cuando estás allí dentro te olvidas de todo lo que hay afuera. El color que eligieron es muy parecido al de la pintura gratis que daban en el ayuntamiento de las Palmas, así que me pregunto si estos no se dieron un viaje allí para ahorrarse una pasta gansa en latas de pintura.
Hoy tenemos otra bici de esas que parecen pretender engañar y tienen la apariencia de motocicletas, con sus ruedas gruesas y en el caso de esta, con un asiento de motocicleta total, total y tal y tal. Se trata de la Super73 ZG, que por lo que he visto en la página güé del fabricante es la más económica de sus bicics eléctricas, con un precio de mil seiscientos leuros. No parece tener opciones para la batería y la que trae da para veinte kilómetros o cuarenta y cinco si usas el modo ECO. La bici pesa unos veinticinco kilos y la batería se esconde debajo del asiento. Los guardabarros parecen ser un extra que cuesta setenta leuros por la parejita. La bici tiene tres velocidades y se ve bastante simple y con el rango de alcance de la batería, está claro que es para fardar en la ciudad porque a poco que te salgas de la misma, la batería te deja tiradísimo. Aunque con ese asiento y las ruedas gruesas los mórbidos seguro que la ven como una buena opción, solo tiene una capacidad de carga de ciento veinticinco kilos y el fabricante ya informa que el peso tendrá una influencia significativa en el alcance eléctrico. Yo particularmente, todas las bicis en las que hay que levantar la pata tanto para subirte me dan una pereza que no veas, lo mío es el acceso cómodo. Por el diseño de la bici, parece imposible ponerle unas bolsitas por algún lado para llevar carga, o incluso una cestita en el volante y uno como yo que la usa como su principal medio de transporte se pasaría la vida con una mochila de cincuenta litros a la espalda cargándolo todo y deslomándose.
Este es el primer resumen semanal y la primera anotación de la nueva era laboral y como todavía no he podido aplicar vaselina en el entorno, como todo lo que está por venir por las mañanas, lo dejaré escrito el día anterior (a menos que trabaje desde mi keli, que ese es otro cantar). Después de solucionar unos problemas técnicos que me impidieron escribir o responder a comentarios en el blog durante los primeros días en Gran Canaria y que se deben a uno de los sistemas de seguridad que añadí cuando el mejor blog sin premios en castellano estuvo bajo ataque y que parece que bloquea los programas del aipá y el telefonino, ya cogí el ritmo y tuvimos cosillas como La caló africana o Quítate la máscara Pepe-Luis. El relato del viaje de regreso está en Cuando las cosas salen mejor.
Fui a ver seis películas al Cine y por aquí comenté cuatro, comenzando con la aburrida y patética La huérfana: primer asesinato – Orphan: First Kill, seguimos con la sosa comedia española El Test, después vino la fallida película de terror Jaula y la excelente 42 segundos. Supongo que por razones obvias, mi ritmo de cine bajará un poco, al menos hasta que le coja el tranquillo a la nueva chamba.
La comida que salió de la cocina de mi keli los últimos cuatro días fue:
BurritosEmpanadillas de queso de cabra y arándanos azulesSalchichas con guisantesChurrosLomo de cerdo adobado con tomate y quesoPannenkoekenTortilla de papas con cebollaYogurt griego
Mermelada de albaricoquesMagdalenas de arándanos azules
Y así transcurrió mi última semana de parao.
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