
Llega el momento de regresar a otra de esas series de televisión que me han gustado, que por si no queda claro y al contrario que con el cine, si comento una serie es porque me gustó y porque la he visto enterita, enterita o la estoy viendo, que en este caso, por ejemplo, sigo esperando que se estrene la segunda temporada porque la primera fue fantástica y fabulosa, con comedia mezclada con ciencia ficción y en episodios de alrededor de media hora que se te pasan en un suspiro. Esta serie está disponible en la plataforma esa con nombre de río sudaméricano y se titula Upload, incluso en cristiano, ya que al parecer no sabían que se puede traducir como truscoluña no es nación.
Un julay con novia pija, tiene un accidente de coche de esos que se conducen solos y se queda al borde de la muerte y resulta que su novia tiene un seguro con el que te pueden subir tu consciencia a una realidad virtual y tal y tal en la que vivirás para los restos y la chama decide subirlo allí, aunque eso significa matarlo porque los julays no sobreviven al proceso y así, el chamo de repente se encuentra conque está en un mundo virtual, fastuoso y todo lo que quieras, pero que no es el real. A partir de ahí, se tendrá que acostumbrar a su nuevo mundo, conocer a gente nueva y de alguna manera, interaccionar con los que quedaron atrás, en el mundo real como la vida misma.
La idea es simple, una vida tras la vida, solo que es una vida virtual, pero supuestamente, con todo lo tuyo porque todo lo que forma el julay es archivado como bitios y octetos y subido a unos servidores y reajuntado y todo parece allí tan real como en la vida misma. La serie tiene un tema interesante y salvo por el primer episodio y algún toque en los sucesivos, hay muy pocos efectos especiales y es más bien sobre la adaptación de un hombre a un nuevo entorno para el que no estaba preparado y como comienza a hacer nuevos amigos en el lugar. Tiene algunos momentos de puro cachondeo y algunos dramáticos, pero los episodios son cortos y fáciles de digerir. No pretenden hacernos meditar sobre sofisticados temas de la vida, esto es muy mundano.
Con el cachondeo y la idea tan tonta, seguramente no gustará ni a los miembros del Clan de los Orcos ni a los sub-intelectuales con GafaPasta, pero para el resto, igual tiene un pase. Me pregunto que harán en la segunda temporada.