No veas como echaba de menos el visitar el mejor blog sin premios en castellano y ver vídeos de buceo, así que hoy volvemos a retomarlo y nos lanzamos de cabeza a mi tercer día buceando y visitamos Miyaru Kan’du. De esta inmersión me salieron tres vídeos, con lo que hoy tenemos el primer tercio. Ese día sí que salimos al océano Índico a bucear e hicimos dos inmersiones seguidas sin regresar a Fulidhoo. La música que acompaña este vídeo es la canción Just Got Paid de *NSYNC.
Lo primero que me llamó la atención fue ese arenal blanco en el fondo, con corales negros repartidos por todos lados. Sobre el primer minuto pasó un tiburón por encima de nosotros y después aproveché para salir en el vídeo. Al llegar al minuto y medio vemos tres tiburones de punta de aleta blanca. En muchas de esas partes en las que solo se ven burbujas, había un montón de tiburones grises, pero la visibilidad era muy mala para la cámara, aunque a los dos minutos y medio del vídeo ya tenemos a varios tiburones a nuestro nivel, yo cuento unos diez. Estos son tiburones grises, más grandes y robustos que los otros. A los tres minutos y medio vemos un tiburón gris grandísimo, que daba la impresión de que lo habían empreñado y después de ese otro, giraban justo delante de nosotros y después se iban.
Hace ya once días que comencé una nueva emigración desde África hasta Utrecht y como siempre, es algo que siempre parece tener nuevos y fascinantes problemas. Al ser el regreso post-navideño, volvía con veinticinco kilos de equipaje facturado, que eran literalmente veinticinco kilos y medio en la maleta, que la pesé y la repesé y la volví a pesar y todo, todo, todo y todo era comida. Además, llevaba el bolso de mano con otros doce kilos y la bolsita de debajo del asiento con un par de kilos más, con lo que arrastraba cerca de cuarenta kilos en mi vuelta a mi keli, que comenzó con un taxi hasta la estación de Guaguas porque mover todo eso un kilómetro es casi misión imposible.
Allí pillé la guagua al aeropuerto, puse la maleta en el compartimiento de equipaje y así llegué al aeropuerto, exactamente tres horas antes del despegue de mi avión, un vuelo de Tuiflai que me movería desde Gran Canaria al aeropuerto de Róterdam. Tenía asiento con ventana y desde la guagua fui directamente al mostrador de facturación, rezando para llegar antes que la miasma que viene en las guaguas de turistas, algo que conseguí. Tenían cinco mostradores abiertos y me pude poner directamente en uno. Subí la maleta como buenamente pude para que la pesen y le pongan la pegatina, la señora se lo comenzó a currar, tecleando y tecleando y le pregunta a la compañera a su lado y esta le confirma que parece haber un problema y el sistema está bloqueado. Los otros tres confirman también sus sospechas y llaman a los de los equipos informáticos, los pitonisos y brujos esos, para que lo reparen y me dice que espere unos minutos. Estoy super-hiper-mega relajado porque tenemos tres horas y además, soy el primero en la cola.
A partir de ahí todo comenzó a ir mal, pasaban los minutos y no conseguían arreglar el problema y llegaba gente y más gente y más gente y ninguno de los cinco empleados podía hacer su trabajo. Yo ya estaba de tertulia con la mujer, que daba por supuesto que se arreglaría en unos minutos, cuando le dije que ya solo faltaban dos horas para el despegue y aún no habían comenzado con la facturación. En las colas, la gente ya se movía inquieta.
Vino uno de los informáticos y dijo que iban a mover todos los datos desde una plataforma a otra más chachi y molona y que así se podría hacer el embarque, con el pequeño detalle, casi minúsculo, que la migración esa de datos seguramente tomaría una hora, que fue más. Para cuando comenzaron la facturación, el avión ya había aterrizado y quedaban cuarenta minutos para el despegue. Todo el mundo estaba ya con pánico. Avisaron a los que recogen las maletas en los sótanos del aeropuerto para que fueran inconscientes del problema y que fueran llevando las maletas al avión según aparecían. Como uno de los primeros en facturar, me fui a hacer el control de Inseguridad y tras esto, me compré una botella de agua, eché una meada y ya era la hora de embarcar y allí éramos cuatro gatos.
Entré al avión y la tripulación ya sabía que existía un problema. La gente iba llegando con cuentagotas y por la ventana podía ver que las maletas llegaban igual, en pequeños grupos. Fueron pasando los minutos y diez minutos después de la hora del despegue, avisaron que el embarque estaba completo, cerraron la puerta, el chófer quitó el freno de mano y pisó el acelerador. Me dijeron que abrieron en total diez mostradores de facturación en paralelo y que así, procesando diez a la vez, consiguieron hacer en un rato lo que normalmente toma unas dos horas. Muchos se subieron al avión convencidos que sus maletas no llegarían con ellos porque literalmente caminaron desde la facturación al avión sin tiempo a pararse.
Una vez despegamos, la rutina habitual de venta de comida y bebida, más ventas y más ventas y la gente, que no tuvo tiempo de comprar nada en el aeropuerto, arrasando, salvo los precavidos, que yo me vine con mi bocadillo de pata de cerdo asada con queso tierno y mojo canario envuelto en platina y mis gominolas. El piloto dijo que llegaríamos cinco minutos antes de la hora oficial de llegada y cumplió con su promesa. Al ser el aeropuerto de Róterdam uno pequeño y muy cerca de la ciudad, el aterrizaje fue espectacular, además con el cielo despejado, de noche y con todas las luces de la ciudad. Fue increíble y algún día muy lejano veremos el (o los) vídeos. Al aterrizar el piloto nos dijo que la temperatura afuera era de un grado bajo cero y que no podíamos salir del avión hasta que mandaran la guagua porque no se arriesgan a que se caiga gente en el hielo. La guagua era una pequeña, con capacidad para unos treinta y hacía un recorrido de cien metros hasta la terminal, dejaba a la gente y regresaba para coger otra tanda. La distancia era ridícula, pero bueno.
Mientras sacaban a la gente, las maletas también salían y pronto comenzó a aparecer el equipaje, que la ventaja de ese aeropuerto minúsculo es que estas cosas suceden rápido. Cuando vi mi maleta, le di la bienvenida, puse sobre ella el bolso y salí arrastrando aquella cantidad monstruosa de comida.
Fuera del aeropuerto, a menos de cien metros, está la parada de la guagua y para llegar a la susodicha sí que había que tener cuidado con el hielo, aunque vamos, con el peso de mi maleta, no creo que quedara mucho hielo por donde pasaron sus ruedas. El frío era traumático. Después vino la operación para subir todo aquello a la guagua, que es prácticamente izar mi propio peso, que yo no soy mórbido como algunos comentaristas. La guagua me llevó a la estación central de Róterdam y allí pillé un tren para Utrecht, que al no ser hora punta, solo hay uno cada media hora y tuve que esperar unos quince minutos. Una vez en Utrecht, usé los ascensores para moverme verticalmente y desplazarme desde el andén del tren, al andén de las guaguas, en donde pillé la que me llevaba a mi keli. Salí de la keli en las Palmas a las once de la mañana, hora Canaria y llegué a mi keli a las diez de la noche, hora neerlandesa, con lo que fue un ejercicio de diez horas. Por suerte avisé a mi vecino por la mañana y encendió mi calefacción y la casa ya estaba calentita cuando entré.
Por fin acaba la tanda de resúmenes anuales de esto y aquello y como siempre, el último es el resumen que se centra en el mejor blog sin premios en castellano y en lo que sucedió por aquí, si es que pasó algo, que nunca se sabe. Este es el resumen de los números y más números y en el que celebramos que Genín siempre gana la partida, aunque cada vez comenta menos porque ya no lo descongelan con la frecuencia que lo hacían antes y su segundona, Virtuditas, está más bien desaparecida después de que se hizo influenser del TiquiToque y le toma mucho tiempo preparar sus coreografías y buscar lycras de colores vivos para atraer los liques de los chichones y poligoneros. Aquí en Distorsiones, el lugar en el que Nada es lo que parece, muy pocas cosas son ideas nuevas y originales, y esta anotación es un buen ejemplo de algo que carece de originalidad porque es la décimo novena edición que lo hago y si alguien tiene tiempo y ganas puede seguir toda la secuencia comenzando por el 2006 y desde ahí seguir con los de los años 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023.
Que quede claro y hasta clarísimo, Distorsiones es el resultado de las elucubraciones de un solo kabezón, un solo aclamado autor, aquel al que unos se refieren como el Elegido, the Chosen One, il Scelto o de Uitverkorene y de la misma manera, cuando se trata de comentar, Genín sigue en cabeza y le da un repasote a todos los demás. Siendo el primer año entero sin fotos, se nota un montón la reducción en el número de anotaciones y por supuesto en los comentarios, que desde el año 2004, repito, DOS MIL CUATRO, la cantidad de comentarios no era tan patética. Las anotaciones parecen mantener la cantidad de contenido, o el número de caracteres usados en las susodichas. Obviamente, el tamaño no altera la calidad, que sigue siendo ínfima. La hiper-mega-super tabla que registra la historia de la bitácora crece con un nuevo año:
O sea, durante el 2024, ha caído el ritmo, con una anotación diaria y hasta cuatro los fines de semana y este año el total fue de cuatrocientas treinta y ocho, el volumen de comentarios sigue cayendo en picado y descendió en más de cuatrocientos y ahora mismo está en setecientos dieciocho, la cantidad de comentarios por anotación se coloca en uno con sesenta y tres, que se explica sobre todo por la adicción tan grande de Virtuditas al TiquiToque y hubo una media de cuatro mil doscientos diecinueve caracteres por anotación y un total anual de un millón ochocientos cuarenta y ocho mil ciento veintidós.
Y mirando a los comentaristas durante el año 2023 tenemos la tabla siguiente, en la que entre paréntesis tenemos la variación de comentarios respecto al año anterior:
Comentarista
Número de comentarios
Genín
471 (-215)
Virtuditas
112 (-81)
doverinto
22 (-13)
Luis
17 (-7)
Evelyne
11 (+8)
Montse
4 (-21)
corsaria
3 (+3)
Burt
2 (+1)
Genín que está traumatizado porque su actor favorito Tom Cruise no aparece en la mejor película del año, ha tenido un descenso significativo de comentarios que yo explico porque él siempre responde a los de la otra y como esa no comenta, él no responde. Por la otra me refiero a su intimísima Virtuditas, la reinona del TiquiToque. En tercer lugar tenemos a doverinto, que probablemente desaparecerá de este resumen el año que viene, o se quedará por debajo de los diez comentarios y en cuarto puesto Luis, que sube alguna posición, como Evelyne, ambos beneficiándose de la caída de Montse, que lo suyo fue un despeñamiento. El Elegido no aparece pero debería estar en el tercer puesto.
Después que no me digan a mí que los que programan las pelis no son los que provocan cosas como esta, que en el mismo día tenemos dos clásicos que han vuelto a hacer porque claro, lo nuevo siempre es más lindo. En este caso, esta es un remake de la película de cine mudo de los años veinte, aquella en la que se dice que Virtuditas tenía un pequeño papel. Se titula Nosferatu y en España se estrenó en navidades con el mismísimo título y le añadieron la frase truscoluña no es nación.
Un julay viaja a truscoluña para firmar la venta de una keli y mira que hay chusma y gentuza por allí.
Tenemos que un alemán que trabaja en una inmobiliaria tiene que viajar al recarajo porque un pavo que ha comprado un casoplón quiere firmar el contrato en su keli. Por el camino se cruza con un montón de chusma y gentuza y gitanos y cuando llega, el friki que lo recibe es más rarito que Carlos Jesús de Raticulín y como que le muerde el pechito. Cuando sabe que lo va a matar, se escapa y mientras el otro viaja a Alemania para tomar posesión de su nueva keli y afanarle la hembra al pobre desgraciado y en la ciudad, con la llegada del extranjero, acabarán en modo pandemia con muchos muertos.
Supongo que la palabra que encaja con esto es gótica. Han cuidado mucho el color, o la falta del mismo en la película para recrear la atmósfera del cine mudo y en gran parte lo han conseguido. Como película de terror, puedo confirmar y reconfirmo que no da miedo alguno, pero la historia es interesante y Nicholas Hoult está fabuloso, como casi siempre. Willem Dafou para mí tiene el papel más chorra y además, juraría que ha hecho ese mismo papel en por lo menos cien películas. El que no aparece por ningún lado por culpa del maquillaje es Bill Skarsgård, que es el supuesto Nosferatu y al que jamás se le ve porque con tantas protesis en la cara y maquillaje, no queda nada de él. Las hembras tienen un papel de florero que no veas, que resulta hasta divertido. La película posiblemente se habría beneficiado muchísimo de un corte de media hora porque con casi dos horas y cuarto, tiene demasiadas escenas que estiraron como el chicle Bazooka.
Disgustará enormemente a los miembros del Clan de los Orcos y no estoy seguro que sea algo que interese a los sub-intelectuales con GafaPasta.
This website uses cookies
Esta página web usa cookies para recordar tu nombre si comentas. Asumimos que no te importa pero si te molesta, puedes elegir quedar fuera.AceptarRechazarLeer más
Privacy & Cookies Policy
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.