Distorsiones

Estando en Kuala Lumpur, me apetecía ir al cine después de tres semanas de abstinencia y entre lo que tenían en cartelera, elegí la película de la que quiero hablar hoy, aunque el trailer ya me daba un mal rollo del carajo y como que presentía que aquello sería una debacle. No ayuda saber que la historia no existe y que se los ocurrió a partir de una de las atracciones de unos parques temáticos que hay en el universo. Se trata de Tomorrowland y en España se estrenó este fin de semana con el título de Tomorrowland: El mundo del mañana.

Una julay y el abuelete se van pá’ Móstoles a mangonear

No tengo ni idea del tema pero creo que se trata de una pelleja que encuentra una moneda portal a un mundo secreto o paralelo al nuestro y que buscará a una reinona vieja y amargada para ir allí y hacer algo que no sabemos muy bien qué es.

Se cumplieron los peores de mis pronósticos. Esto es un despliegue de efectos especiales sin más. Si hay guión, a mí se me escapó porque acabé durmiendo en porciones significativas de puro aburrimiento y de no tener ni idea de lo que estaba sucediendo en la pantalla. Supuestamente es de ciencia ficción aunque ni por ahí se puede pillar algo. Hay tantas escenas sin propósito, tantos diálogos estúpidos, tantos momentos absurdos y de risa de lo malos que son, que lo único que puede hacer tu cerebro para protegerse es desactivarse y dormirte. El peor de todos es la reinona de George Clooney, que en esta película parece una folclórica amariconada. Hasta ahora nunca le había visto el ramalazo pero es que los diálogos y el guión eran tan malo, que buscando algo diferente, lo único que vi fue que va a ser cierto que el colega se casó para aparentar y que su novio era el chamo que salía en todas las fotos de la boda junto a la trepa con la que casó. El tipo no da pie con bola y en lo que a mí respecta, su sonrisita, con las cien mil arrugas o sin ellas, no me atrapa. Quizás hubiese sido mejor hacer una peli para niños sin este acarajotado. Del resto, todos patéticos y allí nada más que para pillar el cheque y tener dos mendrugos de pan que llevar a su mesa. Toda la escena final y el epílogo no lo terminé de entender y me enrabietó por el porcentaje tan alto de estupideces que sucedían en la pantalla. En fin, que esto es lo que oficialmente se denomina una mierda del copón. No hace falta decir más.

Sin pies ni cabeza, es probable que sea perfecta para los miembros más lerdos del Clan de los Orcos y sus hembras, que de siempre les ha gustado el acarajotado coprotagonista. Para el resto, mantenerse alejado de los cines en los que la estén dando.

Todos somos conscientes que de cada cinco película en el cine, una o dos son nuevas versiones con las que exprimen productos que funcionaron en su momento y así se ahorran el pagar por guiones nuevos. Sucede continuamente y este mismo fin de semana, ya he hablado de una película de ese tipo y hoy tenemos Poltergeist, que en España se estrenó la semana pasada con el mismo título y que seguro que os suena familiar.

A unos julays se les llena la keli de okupas y les roban a su hija

Una familia que al parecer está sin guita porque ambos padres están sin empleo, compran una casa en una barriada periférica y resulta que aquello está petado de unos espíritus con una mala hostia del copón que acaban llevándose a la hija pequeña y tendrán que contactar con el departamento de sucesos para anormales de la universidad y rezar que estos les ayuden.

La mayor innovación de esta versión sobre el original es que es en TresDé que sobra. Por lo demás, eliminaron algunas de las mejores cosas de la película de hace treinta años y las han substituido por mediocres alternativas. El guión no supo elegir entre lo que tenían y así acabamos con una historia aburrida, que tiene tres sustos y que el resto del tiempo no da ni miedo ni lástima. No ayuda que Sam Rockwell haga una interpretación pésima como el padre y que casi siempre que aparece en pantalla, rezas para que lo quiten porque no aporta nada y encima, jode. Jared Harris no le llega ni a la suela a la pitonisa enana del original y en el rato que aparece, casi que lo podían haber quitado. Le falta carisma y es más bien como una mosca cojonera. Del resto de los actores no se puede decir nada mejor, parece que alguien se empeñó en organizar una liga de mediocres en esta película. La niña, que era elemento fundamental en la original, aquí es mona pero nuevamente, no sabe poner caritas y acaba enfangada en sus propias carencias. Lo mejor de la peli son los tres sustos y de lo demás, mejor lo dejamos aquí.

Igual puede funcionar con los más estúpidos de los miembros del Clan de los Orcos. Totalmente prohibida para sub-intelectuales de GafaPasta.

Estoy seguro que muchos piensan que porque le de menos puntos a una película, eso quiere decir que la desecho y que jamás la volveré a ver. No siempre es el caso y aunque no las considere obras maestras, en muchas ocasiones repito con historias que me divierten o entretienen aunque soy consciente que no son clásicas. Así fue hace dos años con Dando la nota – Pitch Perfect, peli a la que le puse un 8 y que creo que fui a ver unas cuatro o cinco veces y que más tarde, obligué a mi amigo el Rubio y a su Primera Esposa a verla en su casa y también les entretuvo. Era una película tontorrona pero que engancha y con una buena banda sonora llena de versiones a capella de canciones pegajosas. Al parecer los seguidores nos convertimos en legión y por eso han hecho una segunda parte que ha llegado ahora a los cines con el título de Pitch Perfect 2 y que en España se estrenó la semana pasada como Dando la nota: Aún más alto.

Las julays gritonas montan un pitote por culpa del potorro de la desbaratada

Las Barden Bellas llevan triunfando tres años cuando en una actuación para el presidente de los Estados Unidos, se le rompe la lycra a la vaca-burro y acaba enseñándole el potorro al presi. Después de eso como que las castigan y la única manera de recuperar la gloria será ganando un campeonato mundial y en el que una banda alemana siempre arrasa.

Todos sabemos que vamos a ver una comedia musical en la que la razón por la que hay canciones es que todos los protagonistas forman uno o varios grupos de canto, lo cual lo justifica. En esta secuela, han sabido ver que en la primera tenían demasiada gente con pequeños papeles y pocas frases y se han concentrado en los que realmente funcionaban, lo cual es un acierto. La música sigue siendo tan buena como en la primera película y cuando estás llegando al momento culminante y te preguntas como coño van a sacarse el as de la manga porque no parecen tenerlo, te salen con algo nuevo y curioso y vuelven a clavarla. Entre las pérdidas más destacadas está el mínimo papel de Skylar Astin ya que su grupo no compite. Anna Kendrick lo hace bien aunque me sigue pareciendo algo vieja para la universidad, una cosa que tienen otros de los actores, se les ve como un poquito pasaditos para estar aún dependiendo del dinerito de sus papuchis. Como siempre, el cachondeo y las tonterías en cantidades masivas vienen de la mano de Rebel Wilson que usa su cuerpo desbaratado y le saca mucho partido. La nueva en el elenco es Hailee Steinfeld y cuando está con las otras, parecen sus abuelas ya que esta es la única que realmente está en edad universitaria. Entretenimiento agradable, fácil y que funciona, buenas canciones, infinidad de momentos en los que te ríes y un final feliz, convierten a esta película en la ideal para esos días en los que buscas algo que no te amargue.

No estoy muy seguro que valga para el Clan de los Orcos pero sí que funciona para algunos de sus miembros yendo al cine con sus hembras. Definitivamente, no es cine para sub-intelectuales de GafaPasta. Con esta, repetiré también unas cuantas veces.